¿No entiendo por qué quiero abrazarla?
Eso debe ser porque soy lo bastante idiota para creer que me podría ayudar, cuando solo pueden ayudarme mis chicas – con las que me acuesto – aunque no sean… niñas buenas. Mi hermano difiere ante ello y me mandó ser un buen chico con ella, no es que la quiera conquistar, lo único que deseo es que acepte y ya. Tomo la botella de whisky y mi vaso favorito, sirvo el trago, se lo llevo a Isobel que aun moquea sollozando por unas lagrimitas que se me corrieron para poder representar el papel del sufrimiento y entonces convencerla de ser mi novia, de ese modo, engañada y conmovida la llevo al altar. Me acuclillo frente a ella con rostro compungido y sus lindos ojos oscuros observan detenidamente mis rasgos escudriñando algo de lo que no tengo idea, es muy intuitiva, eso quiere decir que debo ir con cuidado para no ser descubierto. Necesito que entienda de
—¡No, de ninguna manera! – se acerca y sube la cara inclinándola hacia atrás para poder verme a los ojos.—Escuche que dijiste querer estrechar vínculos y compartir un poco ¿no? – es más inteligente de lo que creía, mucho más —Este es un buen momento Jacques Hawkins ¿no lo crees? – aprieto los labios, esto n es bueno, pero no puedo negarme, no ahora que se muestra accesible conmigo ¡Aaaaargggg! Voy a nalguear ese lindo trasero cuando pueda, esta la voy a apuntar.—¡Muy bien Srta. Makenzie, vamos todos! – la tomé por el bajo de su espalda y pasamos entre los cuerpos guiándola hacia la salida junto con mi hermano y su amiga la rubia.El guardaespaldas abre la puerta para dejarlas entrar primero y luego a Josep. Hago ademán para entrar y cierro la puerta aplic
—¡Suéltame, deja! – manotea y golpea mi torso como un tambor con los puños ¡me encanta! Es muy pequeña, luego me hace sentir esto tan raro, un cosquilleo en la panza y esta presión rara en el pecho —¿De qué te ríes? – golpea mas fuerte y se lastima por mis duros músculos y ya me cansó jugar a esto, levanto su cuerpo por la cintura pegándola al muro para quedar a la misma altura, parece una muñequita y se ve preciosa asustada.—¡Necesito que hablemos! – niega y trata de zafarse —No seas terca Isobel, permíteme explicarte.Se remueve con furia y trata de patearme, de no haberme dado cuenta me habría noqueado.—¡No, no después que me abandonaste en un auto, encerrada como un animalito que estorba, no quiero que me hables, o que
las cinco de la tarde me doy una súper ducha para vestirme adecuadamente y esperar al supuesto novio que voy a tener, el cual tiene muchas cosas que explicar y decirme antes de que lo acepte. Ya no puedo luchar en contra de la atracción que siento al verlo, al sentirlo, al tocarlo y cuando él me toca a mí. Aun cuando es cierto que tengo mucho miedo ya que ni siquiera había tenido un novio, no sé cómo se hace y mucho menos como llevarlo, pero hoy comienza algo nuevo para mí y espero no equivocarme.—¡Isobel! Date prisa, tienes visita – salgo enfundada en un vestido color rosa pálido a la rodilla con una abertura a cada lado de las piernas, no muy abiertas, mas bien recatado y el escote delantero es en V y un poco cerrado con la espalda, mas ajustado de lo que me gusta. Salgo de la habitación con el cabello planchado y un maquillaje muy tenue.&
Capítulo 23. Verdades, Citas y Besos. Parte 2.—¿Entonces, haremos esto? – su voz es casi un susurro y yo, a pesar de mi condición, siento que dese hacerlo.—Si tu estás dispuesta yo… pues, también – sonrío con eso que las chicas llaman: encanto.—Pero debes recordar que yo no soy de las que se deslumbra, muy por el contrario, tiendo a descubrir más cosas de lo que pretendo – entiendo, es mucho más inteligente y menos cabecita hueca.—Si bueno, yo… quero saber si ¿quieres ser mi novia? – pregunto muy rápido, por primera vez me siento tan nervioso que mi cuerpo hormiguea y me falta un poco el aire, las manos me tiemblan y creo que necesito un minuto.—¿Está todo en orden Jacques? Te ves pálido – y vaya que lo estoy, siento que puedo desmayarme en cualquier momento.—¡Si, lo estoy! – miro sus ojos de un color tan
¡Esto es increíble! He perdido el sentido de la vergüenza totalmente y me he convertido en una pervertida como el sujeto que desea ser mi novio. Aunque no voy a negar que lo he disfrutado mucho y ese… ¡oh por favor! Es la primera vez que lo siento de ese modo y no tengo idea si me agrada que sea con él o no. Es un hombre experimentado y sabe lo que hace, pero eso puede ser un arma de doble filo ya que todavía no me dice sus intenciones verdaderas, tampoco es que yo sea mejor ¿cierto? Lo he utilizado para conocer las cosas que no he experimentado hasta ahora, sin embargo se ha comportado como un caballero a pesar de sus hábitos peculiares de Don Juan.Anoche me dejó en la puerta del apartamento y dijo que si necesitaba compañía, no tenía problema en quedarse conmigo sin que tuviese que preocuparme por algo sexual o por algún compromiso. Eso es muy dulce de su parte, pero yo me sentí bien y bueno… nos despedimos hasta otro día.—¿Qué
Llevo más de media hora estacionado en la esquina cerca del edificio donde reside Isobel, pero aun no me decido a subir, sé que le dije me esperara, sin embargo no quiero verme desesperado ante ella y por esa razón me encuentro aquí como un idiota debatiéndome entre ir o no. No me siento seguro de querer hacerlo y mas que todo es porque me siento temeroso de que algo pase y me pueda dañar, ya estoy bastante maltrecho para tener que lidiar con un desengaño amoroso o un engaño y… menos aun con esto desconocido que vengo sintiendo desde hace un rato, o lo que es peor, desde que la vi en esa fiesta y de manera muy atrevida y espontánea la besé. —¡Prefiero lo que sentía antes! Que no sentía nada por nada ni nadie – cubr mi rostro en actitud de preocupacion. —¿Me habla señor? – James cree que le hablo a él. —No, bueno, si que te hablo – es para que no me tilde de loco. —
—¿No deberías estar tratando de decirme a que viniste? – expresa Isobel con voz ahogada ante los besos que le propino en el cuello, dado que estamos en la cama y yo sobre ella.—¡Lo que debería estar haciendo es propinándote unas nalgadas por meterte en lo que no te llaman señorita – lamo el valle entre sus senos y grita excitada.—¡Es que ese idiota, oh sí más por favor! – me froto contra su entrepierna logrando que se arquee, su respiración trabajosa me vuelve un animal hambriento sobre este pequeño cuerpo que esparce placer por todo el mío.Chupo su labio inferior y acaricio sus caderas por encima de la ropa, tiembla estremeciéndose de anhelo, de placer, nunca había estado en esta posición – y no me refiero a estar encima – me da mucho placer que se encuentre extasiada con lo que hago. Subo de nuevo hacia su oreja derecha y muerdo el lóbulo. Grita de nuevo. Tira de mi cabello y me parece un gesto de desesperació
Me encuentro frente a la casa de la abuela, necesito anunciar que tengo una novia, pero me rehúso a traerla aun, hasta que no sepa que todo va a estar bien ya que mi maldita familia tiene la particularidad de ser hiriente y perversa a mas no poder, la someterán a cualquier cantidad de preguntas indiscretas y tratarán – todos – de humillarla para que no se cumpla con el testamento del abuelo en conchupancia con mi padre ¡los odio a los dos! Por cosas diferentes, pero los odio. Hoy es un buen día para hacer el anuncio en el almuerzo que se hace anualmente en conmemoración de la muerte de mi tío el idiota Vladimir Hawkins, quien murió por sobredosis de heroína, hace cuatro largos años, no era el favorito, pero era el menos porquería de la familia. Exceptuando a mi abuela y mi tía que al parecer no son miembros de la misma. Decido entrar a la Mansión y encuentro en el camino a mi tía Agatha, es una de las razones por las que vengo a esta cueva mal