Veinte años antes…
Dublín-Irlanda.
La venganza es un motor muy poderoso que te ayuda a vivir cuando caes bajo.
—Prométeme que por más que escuches voces, no saldrás de este lugar —le pedía con desespero tomando su pequeña y temblorosa manito.
—¿Qué ocurre, Fabrizio? Fratello, me estás asustando demasiado —su voz sonaba agitada.
No pude darle una respuesta, solo seguimos corriendo por mucho tiempo. Realmente no sé cuánto, pero nos detuvimos en una puerta. La veía con ojos suplicantes para que me dijera que sí me iba a obedecer. Mi hermosa hermana con un apretón en su mano me dio una respuesta silenciosa, pero positiva. Su temblorosa manito la agarro fuertemente mientras sacaba de mi bolsillo una navaja. Con ella abrí la puerta después de algunos minutos y la hice entrar rápidamente al lugar oscuro. Le hice una seña para que guardara silencio y fuera a esconderse. Le entrego la navaja que el abuelo me había dado como regalo de cumpleaños y dejándola sola, cerré la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido.
«Oh mio Dio, cuida de mi pequeña hermana y permite que se marche de aquí sana y salva», nervioso pensé, mientras que seguía viendo si estábamos solos.
No habían pasado ni diez minutos cuando empezaba a escuchar pasos a lo lejos.
—¡Suéltame! —ese grito desgarrador me hizo helar la sangre.
Esa voz… por favor, no.
¿Fiorella?
Sin importarme nada, salgo corriendo como si mi vida dependiera de ello para poder regresar al lugar donde la había dejado. Miré hacia la habitación en la que debería estar y estaba vacía. El sonido de sus gritos desgarradores me estaba partiendo el alma y como un loco, los seguí para dar con ella.
¿Estamos en una mansión o un almacén? Me detuve en medio del lugar viendo a varios hombres y dos de ellos estaban golpeando a mi hermana.
—¡Fiorella! —saco el arma que tenía en mi cintura y la empiezo a disparar, aunque no sabía cómo usarla—. ¡Por favor, no la golpeen más! —gritaba histérico, mientras las balas daban en todo menos a ellos.
Cuánta sangre sale de su boca.
—¡La están lastimando! —sentía mi garganta arder por los gritos.
—¡Starò bene, fratello. Per favore, vai a chiedere aiuto! —desde el suelo me gritaba Fiorella.
»Estaré bien, hermano. Por favor, ve a buscar ayuda.«
Los hombres se divertían al darle patadas a mi hermanita. No me di cuenta cuando uno de esos miserables, se detuvo a ver como su amigo se acercaba hacia mí. Mis ojos se abrieron de manera exagerada cuando se empezaron a oír disparos fuera de este lugar. Tratando de ir corriendo a donde ella estaba, fui detenido por el imbécil que estaba tras de mí. Era más rápido y fuerte que yo. Me agarró brutalmente, me levantó y me colocó como a un saco de papas en su hombro.
Era un débil bambino de 15 años sin fuerza.
Comencé a darle patadas y a moverme bruscamente para que me soltara. No me importaba si me lastimaban, solo quería que me dejara ir para estar con mi hermana. Me lanzó al suelo con todas sus fuerzas para que me quedara inmóvil. Caí con mi cara frente al suelo y con mis manos traté de que fuera menor la caída, pero no funcionó. El golpe fue tan jodido que me di en la cabeza y escuché mis huesos romperse.
Empecé a ver todo borroso.
—¡Fabrizio! —un grito forzado escuché de su boca.
El hombre me golpeaba como si fuera su saco de boxeo favorito. Me puse en posición fetal para recibir los golpes. Miré su rostro como pude y me di cuenta de que ese tipo estaba disfrutando lo que estaba haciendo.
—¡Mátenme a mí y déjenla ir! —gritaba—. ¡Fiorella! ¡Déjenla ir, por favor! —gritaba desesperado.
Era imposible que nos dejaran ir.
Ignoraron mi pedido y los golpes fueron más fuertes para los dos. Solo escuchaba como la lastimaban con tablas y muchas cosas más.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero ya se habían detenido. No nos golpeaban más y en cierta parte lo agradecí. Con las pocas energías que me quedaban empecé a buscarla con la mirada. La encontré y me arrastré hasta quedar cerca de mi pequeña, pero deseé no verla así. Fiorella se encontraba mirándome dulcemente, sus ojos estaban rojos y tenía sangre por todos lados. Se le notaba que respiraba con dificultad, pero logré ver una fugaz y hermosa sonrisa roja. Con su mano me hizo una seña de que estaba bien y que cerrara los ojos.
—Voy a encontrarlos y mataré a todos los bastardos que nos hicieron esto —le decía, con voz pausada y cansada—. Seré el mejor y el más poderoso mafioso de todo el mundo para poder encontrarlos y hacerlos suplicar por su vida.
—Fabrizio, por favor, no…
—Fiorella, promete que vivirás y estarás conmigo para ver mi venganza. Seremos los mejores mafiosos y haremos valer nuestra voluntad. Matar y hacer sufrir a cada uno de los bastardos que nos hicieron daño hoy.
—Fabrizio, deja de hablar. No digas esas cosas. Pronto papá y el abuelo estarán aquí. Ellos se harán cargo de todo —sollozaba, acariciando mi rostro.
—Por favor… caro, no me dejes… —suplicaba con un hilo de voz.
—Te lo prometo, mio caro fratello —me acerqué más a ella para darle un dulce beso en su mejilla.
—Ti amo, cara. Pero quiero verlos morir desangrados en mis manos. Los haré pagar por secuestrarte y hacernos esto.
—Siempre estaremos juntos —me acurruqué a su lado mientras veía como su sangre se esparcía por el suelo—. Quiero que seas feliz y te olvides de esa venganza. Olvidarás todo lo que ocurrió hoy. No eres como nuestra familia. Jamás olvides mi nombre y no olvides que eres mi dulce fratello.
El resto pasó demasiado rápido.
Enteraron más hombres armados disparando por todos lados. Los tipos que nos golpeaban cayeron al suelo heridos o muertos. Honestamente no me importaba. Un suspiro de Fiorella cerrando sus ojos le dio fin a su sufrimiento. Empecé a gritar su nombre mientras la vida se me iba con ella. Un señor me levantó y alejó de su lado mientras yo seguía llorando desconsolado y gritando su nombre para que ella me mirara. El tipo me hablaba en otro idioma y no entendía nada, solo quería que mi hermana abriera sus hermosos ojos. Me sacaron del lugar mientras se me desgarraba la garganta por gritar su nombre. Vi a una niña correr hacia el cuerpo de mi hermana, un hombre sacó un arma, y ahí, se me desgarró el alma y se me destruyó la vida para siempre.
La niña de ojos azules me dio una mirada de dolor y los sonidos de los disparos me hizo perder la conciencia al ver que el impacto fue directo a sus cuerpos.
Juro por mi vida que todos ustedes morirán en mis manos.
En la actualidad…Sicilia-Italia.Bar Esci Se Puoi.Fabrizio.¿Cómo debería contar mi historia en estos días? He sido abandonado por las mujeres que han estado conmigo y soy un tipo excepcional que lleva una doble vida. Un mafioso y empresario con clase, solo que el primer título si lo llegas a conocer es porque definitivamente hiciste trato con la gente equivocada.Durante estos veinte años he trabajado duro para llegar a donde estoy hoy y he luchado por la posición que me ha dado mi abuelo. No puedo decir que soy feliz o que vivo tranquilo. Después de la muerte de mi hermana menor, juré dedicar mi vida a encontrar al hijo de puta que me la arrebató de mi lado. Recuerdo claramente la promesa que le hice y ya no soy el mismo bambino debilucho
Todavía no comprendo cómo llega a gustar este tipo de historias hoy en día. La sociedad ha cambiado muchísimo y estoy seguro de que, si alguien escribe las vivencias de lo que sucede diariamente el mundo, jamás podría llegar a su fin.Por mi parte no soy un hombre muy interesante. Trabajo, respiro y tengo bastante dinero. Bueno, si le anexamos un pequeño detalle de mi oscura vida, sería mejor.Gracias por leer, nos vemos en unos años.Muchas cosas han cambiado desde el asesinato de mi hermana menor. Tuve que adaptarme al nuevo mundo que me tocó vivir, mi corazón dejó de latir y se enfriaron mis sentimientos.Mis necesidades están cubiertas por decirlo así. Soy un tipo bastante higiénico, tengo sexo con cualquier mujer del bar que esté disponible y trabajo lo suficiente para tener la m
Tomo asiento en una de las sillas que se encontraban en el bar para ver la emocionante elección de amantes para los Capos y cualquier mafioso que se encontrara aquí. Me quedé por la simple razón de ver su reacción cuando Patricio la pida. No me importa quien pague dinero por ella, pero siento placer al ver que se tendrá que tragar todas sus palabras.Mi madre y Alessandra tienen la misma actitud que esta mujer. Espero que no todas sean así porque sé que terminaran muertas por mí poca paciencia.Las luces bajan la intensidad y salen los futuros objetos sexuales de mis colegas. Veo el rostro de miedo de Ada y sonrío al ver lo cagada que esta.La vida de este lado del charco no es tan brillante, bella.—Iniciaremos nuestras ventas de amanti, ahora mismo —anuncia, Brenda, ella es la encargada de las mujeres del prost&
Dos días después. Compañía Martilleni. Fabrizio. Uno cree que no heredera nada nuestros ancestros, pero viendo mi lado bueno que nadie valora, soy una persona bondadosa. Mi corazón es oscuro, pero tengo pequeños sentimientos y eso, se lo debo a mi madre. Después de todo no soy tan malo. He gastado doscientos millones de dólares por las amigas de Alessandra y posiblemente me he buscado un problema con el Capo de Ámsterdam. Gracias a mí esas alemanas salieron de ese lugar. Lo sé, soy un gran sujeto. Estoy esperando a que Alessandro termine su sermón para poder hablar con las invitadas. —Por lo menos me hubieras dicho y preparo a Jantine. ¡Fabrizio, me voy a casar en unos meses! ¿Cómo es que compré a una amante? —me ve con mala cara—. ¿Ahora de
Semanas después…Restaurante Palermo.Ella me frustra.Después de ese día no nos vimos por algunas semanas. Ella desapareció de todos lados y simplemente nadie puedo encontrarla. Todavía tenemos asuntos importantes que tratar y por solo minutos llegué a sentirme ansioso, más que todo porque no quiero perder a la única persona que puede saber quién es el hombre que asesinó a mi hermana menor.Desconfío plenamente de ella, pero algo que me enseñó la mafia desde que me inicié en este mundo, es que, a tus enemigos y amigos, debes tenerlos en el mismo saco. Ninguno sabe cuál de ellos te dará la puñalada en la espalda con una traición.Ella está en una pequeña línea entre la traición y lealtad.El problema aqu&ia
Compañía Martinelli. Fabrizio. Me considero un adicto al trabajo, obviando la parte de mi vida como Capo, tampoco es que lo ando presumiendo cada vez que es necesario, pero mi papel como empresario, lo hago muy bien. Siempre me ha gustado velar por los demás y por eso, que toda la población de Italia tenga sus productos, es mi necesidad. También debemos tener en cuenta que eso me facilita muchísimo hacer uno que otro contrabando, pero prefiero que mi familia se encargue de eso. Soy más liberal. Mi gente está regada por todo el mundo, pero mi famiglia, vive conmigo aquí en Sicilia. Por muchos años hemos buscado al asesino de mi hermana, pero no hemos tenido suerte en ello. Me gradué con honores de una Universidad de Reino Unido. Es bastante conocida, pero prefiero mantenerlo en secreto. Nadie creería que el líder de una organización delictiva es un tipo inteligente y estudiado. Quería ser reco
Después de una de la discusión de los hermanos, la oficina quedó en completo silencio. Al final me había quedado solo. Me sentía sofocado, cansado y tal vez molesto. ¿La razón? No tengo idea, solo me siento cabreado. Si tengo idea. El problema siempre son las discusiones que ellos tienen. Me hacen reflexionar y pensar en mi hermana. Estoy seguro de que fuera igual que
Cada vez que me pasan estos episodios por culpa de una discusión de los chicos, siento un vacío enorme en mi pecho. Muchas veces me iba a visitar la tumba de mi hermana y regresaba peor a la casa. Después de irme al extranjero a estudiar, perdí esa costumbre y lo mejor que pude hacer, fue reprimir lo que siento. Si no lo hago siento que mi día irá de la peor mi3rda. Toda mi vida la he dedicado a encontrar a ese hombre que me la quitó y muchas veces soñaba que lo encontraba. Imaginaba todo un escenario donde podía hablar con él y preguntarle, ¿por qué a nosotros?, ¿por qué a ella? Mi hermana era una niña. Solo tenía 7 años. Pero sinceramente ni sé a quién estoy buscando ya. —No soy buena haciendo recetas, pero gracias a YouTube, no nos moriremos de hambre —su voz me regresa a la realidad, la miro mientras prepara algo—. Cristal cocina su comida, así que es la primera vez que hago algo para un adulto. —Tranquila, si me envenenas, recuerda que er