Crucero por el Mediterráneo.

Atenas-Grecia.

Fabrizio.

En el momento que vi a Ada sentí que durante todo este tiempo estuve perdiendo mi tiempo. Ella era especial para mí, la vi nerviosa, tan delicada… le faltaba confianza para dar ese paso tan grande conmigo, o eso creí en ese momento, pero de la nada tuvo una determinación que la hizo firmar y seguir conmigo. En ese instante supe lo mucho que estaba perdido por esa alemana mentirosa.

No voy a decir que ha sido fácil admitir lo que me sucede con ella. El problema es que ponerles un nombre a mis sentimientos por ella, sería completamente injusto porque lo que siento, es más grande que cualquier cosa. Honestamente, no quiero que esto acabe nunca, quiero hacerla feliz, quiero darle la seguridad que tanto me pide. Quiero darle todo lo que necesita y lo que no, pero esto parece que tiene fecha de caducidad y no es precisamente por el contrato que hace un tiempo firmamos, o por mí.

Admito que sé que ella me miente de pies a cabeza, pero no