Nunca en mi vida me habían acuchillado tanto en mi vida. Son cortes poco profundos, pero maldición, algunos dejarán cicatrices.
Una semana en Tokio y en cada esquina tenemos que correr por nuestras vidas. A demás, descubrimos que teníamos un polizón en medio de un enfrentamiento bastante sangriento.
Soy bueno con la lucha cuerpo a cuerpo y mi puntería es genial, pero Alena es una bestia, carga un montón de armas ligeras, incluso sacó una navaja de sus pechos una vez, pero es lista también. A pesar de que probó que su agilidad y forma de atacar es letal, evita la lucha cuerpo a cuerpo. Es peque&
Cuando tuve a Scotty, fue el día más feliz de mi vida. Había dejado atrás mi vida de asesina y cada cargo que tenía había sido retirado. Dejé de arrebatar vidas para hacerme cargo de una. En ese tiempo Scott y yo teníamos solo un año de matrimonio. Él lo estaba haciendo bien con su enfermedad y no era violento. Hasta que descubrí que él fue quien se aseguró de que cada tortura que sufrí en Petak fuera efectuada, le disparé, tomé a mi hijo y me encontré a mí misma volviendo a Vienna, con un niño de dos años y sin dinero real.Tiempo después inicié mi vida con Max, a quien le había roto el corazón, no una, sino dos ve
— Papá — mi hija corre hasta mí y nos fundimos en un abrazo como nunca antes, beso su frente con las lágrimas amenazando de escapar, mi hija, mi nenita. Está pálida y delgada, el cabello empezaba a crecerle rojizo de nuevo — ¿Estás bien? ¿Qué te hicieron? — pregunto con dureza y buscando en su cuerpo señales de abuso o violencia, pero ella niega con la cabeza. — Estoy bien papi — asegura, sus ojos tristes y asustados. — ¿había alguien más contigo? — pregunto, sacando una chaqueta y poniéndola sobre sus hombros, mi nenita niega con vehemencia antes de señalar la puerta por la que había entrado. — es la única puerta, ellos me tomaron en Ámsterdam y me trajeron aquí...— su labio tiembla y me da un último abrazo — Ya papi está aquí — le aseguro. Cargo mi arma y dudo antes de entregarle la de repuesto, mi hija tiembla antes de tomarla. Nunca le ha disparado a una persona, y riego a Dios que ese momento no llegue, pero si se presenta el caso...
Las semanas pasan tan lentamente que empiezo a sentir una especie de remordimiento y a dudar de mis acciones. Decidí venir con Anthony, ansiando una vida sin tener que sufrir las mismas tristezas ansias que hace un par de años. Solo conseguí vivir con Otto a diario durante dos años, dos años luego de veinte de constantes espacios de tiempo en los que esperaba que alguien tocara mi puerta y la noticia de su muerte me acorralara.Ahora Anthony se ha ido y no estoy segura de sí regresará, nuestros bebés crecerían sin su padre y yo me quedaría sola, tal vez era un pensamiento egoísta de mi parte, pero no podía evitar sentirme de
Estar de regreso se siente fenomenal. Tengo a mis dos pequeñines y mis dos mujeres rondando alrededor. Taliana luce tranquila a pesar de todo lo que sucedió ese día. Scotty había disparado a Koda y fue un todos contra todos. El niño recibió gran parte de los golpes. Yo liberé a Alema y el infierno se desató. Definitivamente una madre que protege a sus niños es peligrosa, más aún una que de hecho sabe matar. Acabó con todos los que se le opusieron, era como si estuviera en una especie de trance. Maldición, por un segundo pensé en dispararle.Adeline luce radiante. Aunque sigo intentando descifrarla. Había hecho la mudanza por su cuenta, lo que me hacía sentir como la mierda, pero tan pronto como me besaba, me abofeteaba.Recuerdo una conversación con Otto hace algunos años, Adeline se había mudado a casa de sus padres durante tres meses pa
Cuando termino de arreglar a Taliana, la chica está radiante. Teñimos su cabello del mismo color que sus raíces para que pudiera usarlo rojizo de nuevo, lo tiene rizado en las puntas y su flequillo ha sido recortado, he maquillado sus ojos y pintado sus labios de manera que se ve preciosa pero no demasiado llamativa. Le compré un vestido elegante que la hace ver estilizada y enseña sus caderas. Tiene poco pecho, pero el vestido le agrega un par de tallas en los lugares correctos, y decidió enseñar sus tatuajes, después de todo. Son parte de ella. Yo me pongo un vestido negro que planeaba usar para una cena benéfica en Vienna, pero dadas las circunstancias, esta ocasió
Adeline me mira con los ojos abiertos y luego posa su mirada en el anillo que había recogido de la joyería esta misma mañana, era sencillo, con pequeños diamantes y un rubí en la punta.Cuando la miro a los ojos, siento que la he cagado, al ver a la multitud de familiares a mi alrededor y lanzar esto tan precimpitadamente sobre ella, la estoy obligando a decir que sí.Fuerza una sonrisa tensa y aprieta los labios antes de asentir y tenderme su mano— Sí, sí quiero — asegura haciendo que todos aplaudan de contentos, deslizo el anillo en su dedo y le doy el beso de rigor, cuando la abrazo, susurra en mi oído — Te pedí que no me presionaras.Con el corazón en un puño, la veo seguirme la corriente y enseñar su anillo a todas las mujeres, intento demostrar alegría, pero no puedo.Había sido un idiota. Claro que no querí
Me duele el culo. Demasiado. Y Anthony lo sabe, pero además de su sonrisa engreída, se dedica a mimarme todo el día, aunque el sentimiento de culpa ha estado atormentándome desde esa noche, decido que mis miedos son estúpidos, amo a este hombre. Sin embargo, el remordimiento por lo egoísta que fui al dejar que mis miedos se apoderaran de mí, persiste. Anthony pasa el día conmigo y luce orgulloso de su cometido, sinceramente me había sorprendido la forma en que decidió tomar el control, sin eso...creo que jamás me habría admitido a mí misma la verdadera razón de mi negativa al matrimonio, en especial al ver el tatuaje que le dedicó a su esposa. — Tengo uno para ti — dice luego de un rato, me ha estado observando y me sonrojo al darme cuenta de lo obvia que fui, señala su antebrazo izquierdo, lo miro curiosa al notar un tatuaje nuevo, no lo había notado antes por la forma en que han estado sucediendo las cosas, hasta la noche anterior, no habíamos tenido contac
Me voy a casar. Jodidamente me voy a casar. Maldición, jamás pensé que realmente llegaría a este punto, y con una mujer preciosa, madre de mis gemelos. Maldición, verme de nuevo con el traje y listo para el altar trae algunas emociones serias, cuando me casé con Sharon ambos éramos jóvenes e inexpertos. Una vez que termino de arreglarme, voy con mis hermanos hasta la planta principal, donde había preparado todo para una boda clásica de los Connors. Solo está mi familia y los padres de Adeline, solo un par de sus amigos habían conseguido tiempo para venir. Mi madre luce radiante y es bueno verla contenta, ella se hace cargo de los gemelos, que en cuanto me ven se sacuden y empiezan a llorar. Último capítulo