metiera en esta estúpida apuesta, aunque por supuesto que no seré su "mascota" ni loca.
Accedí a obedecer ciertas órdenes solo por el hecho de que podría salvarme el pellejo, pero ahora comienzo a darme cuenta de que en realidad no era buena idea. Este no era Scotty, el dulce niño que adoraba a su madre y siempre reía con mis primos. Era un extraño, uno frío y calculador...un asesino.
— Quita esa mirada, mascota — me ladra de repente, haciéndome saltar, aunque en realidad, todo me hace saltar ahora mismo, lo que es una mierda, porque suelo ser más ruda que esto.
— No soy tu mascota — gruño en su dirección, pero intento suavizar mi mirada igualmente, me he cambiado y estoy nerviosa, me ha dejado salir de la habitación y aunque me ha puesto una venda en los ojos todo el camino hasta el auto, ahora que mis ojos se han acostumbrado a la ten
Taliana va a conseguir que me maten incluso antes de reunirnos con Saltsman, en especial con su maldita negativa a darme la información que necesito— De rodillas — ordeno luego de un rato, cansado de rogarle por respuestas. Existen mejores maneras de obtener información de las mujeres. Ella parpadea y me dedica una mirada mortal antes de poner sus manos en las caderas— ¿Disculpa? — sonrío, parece a punto de echar humo por las orejas, lindo.— Disculpada. De rodillas. Ahora — ordeno de nuevo, tomando su cabello en un puño y haciéndola gritar de sorpresa — Patrick está escuchando, niña.— Soy cinco años mayor que tu — me recuerda, olvidando momentáneamente que debería estar asustada, lo que la hace mucho más encantadora— Y yo cinco veces más fuerte. De rodillas— insisto, cuando veo un co
Cuando aterrizamos, siento que algo está mal. Scott ha vuelto a mostrarse frío y distante, por lo que no soy capaz de leer su expresión en absoluto y la única palabra que me dirigió "Vístete”fue como un ladrido cabreado, mientras tiraba a mi rostro un diminuto vestido de brillantes y tacones mortales— ¿Vas a seguir con cara de culo o de hecho me dirás qué mierda vamos a hacer?— Limpiar tu desastre — se queja mientras se pone un traje de aspecto costoso, hemos llegado a Londres hace dos horas y estamos en un hotel lujoso y lleno de guardaespaldas — No tengo tiempo de explicarte los detalles, limítate a mantener la boca cerrada y obedecer mis ordenesEntrecierro los ojos en su dirección y pongo las manos en mis caderas, molesta como la mierda— ¿Disculpa? Merezco información, es mi pellejo el que está en juego, cabr&o
La mano de Talia tiembla ligeramente mientras puja por su amiga, quien, a decir verdad, luce como un venado asustado y cegado por las luces de un auto, la han golpeado un poco, por lo que fue catalogada como "rebelde" Cada vez que la pobre chica escucha un valor se estremece con fuerza, ahora solo somos tres en la puja, y el valor se está volviendo ridículo, tanto que estoy tentado dejar de pujar, pero se lo había prometido a Talia. Así que cuando finalmente tenemos la puja final, y la venta es nuestra, casi me duele escuchar el "vendido por novecientos ochenta y cinco mil dólares" casi un puto millón.
Cuando aterrizamos, Hazel y la otra chica siguen dormidas, yo en cambio, no he podido pegar el ojo, y al parecer Scott tampoco. Se la ha pasado bebiendo y con la mirada perdida, alternando entre la furia y la irritación, lo que a decir verdad es lo más cercano a una emoción que he podido ver en él, y tiene que ver con la otra chica, se ha negado a decirme su nombre o de donde la conoce, pero no ha despegado sus ojos de ella. Lo que me da mala espina. - Lleva a Hazel a la habitación - me ordena Scott una vez que abren las puertas del jet, un aire gélido se cuela, haciéndome estremecer, frunciendo el ceño y rascándose la ligera sombra de barba, rebusca en un armario antes de darme un abrigo - Regresaré mañana temprano - su amigo Luke (el idiota que me golpeó el rostro la primera noche) entra y me hace una señal para seguirlo - ¿No vienes? - pregunto, sintiéndome curiosamente molesta, su amigote ríe y él murmura algo en ruso que suena ofensivo -
Sé lo que se están preguntando ¿quién es Natalie? Eso puedo responderlo: es la razón por la que estoy hasta el cuello en la mafia, y la razón por la que no me he vuelto loco. La primera vez que la vi, fue en un bar del barrio donde vivía, tenía el cabello rubio, piel blanca y unos penetrantes ojos bicolor, llevaba un vestido de verano y zapatillas, recuerdo que me había cautivado lo inocente que parecía, tierna y dulce, incluso cuando sus ojos decían lo contrario. La siguiente vez, llevaba gafas oscuras que me impedían verle los ojos, el cabello ahora era castaño con visos del color de la miel, llevaba vaqueros gastados y una chaqueta de piel. Tiempo después a penas y la reconocí, de no ser por sus ojos y su mirada, jamás habría sabido que era ella. Tenía el cabello corto, liso y negro, los vaqueros habían sido sustituidos por shorts y una camisa corta cuya espalda estaba hecha jirones, incluso había una gargantilla en la base de su garganta, guantes
Estoy acabando mi cena (Cordero y patatas, me alimentan muy bien, pudo concederles eso) cuando escucho los gritos femeninos. Estoy una habitación diferente ahora, sola, pero segura, tengo cable, ropa, frazadas, chuches y comida cada vez que quiera, pero ninguna forma de comunicación externa más que un botón para llamar a esta chica Lucía, quien me traía todo lo que necesitaba cuando lo pedía, aunque nunca dijo una palabra, y cuando mis pedidos eran cosas que no podía obtener, como un teléfono por ejemplo (tenía que intentar, ¿no?) se limitaba a mirarme como si yo fuera tonta. Así que estoy aburrida constantemente, por no decir que ansiosa por un plan, se suponía que debía conseguir que Scott se pusiera de mi lado, se deshiciera de Saltsman, liberara a mi amiga y me enviara a casa. Pero estoy fracasando escandalosamente. Y cuando los gritos llegan, me apresuro a correr hasta la puerta, afinando el oído — ¿Crees que das miedo? — gritaba.... Estoy casi s
Mi madre es una mujer ruda por naturaleza, a sus cuarenta y seis años, sigue inspirando respeto en mis hombres, aunque de ella solo hayan escuchado las historias, y con sus suéteres negros de cuello alto, botas, guantes y pantalones de cueronegro, es difícil decir que no podría romperte el cuello de una patada.— Scotty — dice contenta al verme, me dejo abrazar y pellizcar las mejillas — Dios, pero mira que guapo estás— mamá — me quejo cuando empieza a peinarme como cuando tenía seis años, la mujer se ríe y me deja ir, mirándome con orgullo — ¿Como están todos en casa?— Katherina está, como siempre, sacando de quicio a tu padre, Klaus entró a clases de Karate y Nathan se metió en una pelea, ha decidido no ir a la universidad y cree que podrá escaparse de casa sin que lo encontremos — explica, habl
Es un beso dulce, sin malicia, casi como una caricia, tiene una mano como apoyo en su cabeza y la otra acaricia mi vientre, indecisa sobre qué dirección tomar. Mi corazón es como un tambor en mi pecho, resonando con tanta fuerza que creo que podría escucharlo a la distancia, dejo mi mano vagar hasta su rostro de nuevo, no me aparta, al contrario, toma su mano libre y me agarra las caderas, levantando mi cuerpo y recostándome sobre su pecho desnudo. — ¿estás bien? — pregunta rozando delicadamente mi barbilla lastimada, yo asiento, con cuidado me besa de nuevo, deslizando sus manos poco a poco hasta mi trasero. Puedo sentir su erección contra mi abdomen, y su pecho desnudo rozando mis pechos, solo separados por un fino trozo de tela. Pero sorprendentemente, no insiste en llevar las cosas más lejos, y luego de los besos, me acomoda sobre él, hasta que mi cabeza descansa en el hueco de su cuello y él acaricia con suavidad mi piel. Su erección palpita bajo mi peso