4. Talia

Se está riendo, aunque acabo de abofetearlo y tiene una puta erección, solo consigue cabrearme más

-Tienes lindo trasero - se limita a decir antes de cruzarse de brazos, Diooooos, es insoportable

- Vete a la m****a - gruño pasando por encima de él hasta el baño, necesitando desesperadamente un baño, y al llegar a él, no me siento precisamente mejor, y como cualquier adulto racional al ver sangre, simplemente grito aterrada, y no necesariamente por el hecho de que hay sangre, he visto sangre antes, pero la camisa arrojada de cualquier manera en el piso y los rastros aún húmedos en el piso del baño consiguen asustarme como la m****a

- Estoy bastante seguro de que has visto peores - salto aterrada al escuchar la voz de Scott tras de mi

- ¿A quién m****a mataste? - pregunto aterrada, en especial al tenerlo de pie frente a mí, no puede tener más de veinticuatro, pero es enorme, casi tanto como el tío David, y él mide dos metros, se cruza de brazos, y tengo que resistirme a mirar lo enorme que son sus brazos, estoy bastante segura de mi cabeza es más pequeña que sus músculos

- Nadie importante - asegura, y mi mirada va directo a sus dedos lastimados, creo que quiero vomitar, mató a alguien, con sus propias manos.

- Lleva eso lejos de mi - me quejo señalando la camisa ensangrentada y estremeciéndome

- ¿Algo más, alteza? - pregunta divertido y consiguiendo cabrearme como el infierno

- Eres un idiota - murmuro - largo - exijo intentando empujarlo fuera del baño, pero el idiota no conseguía moverse en lo absoluto, era como empujar una jodida pared, una muy musculosa e irritante pared.

- Cuando acabes de hacer tu berrinche, habrá ropa - se limita a decir antes de alejarse y cerrar la puerta, maldiciendo, me saco la estúpida camisa y hago mi camino hasta a ducha, sacando la sensación de sus manos en mi trasero.

La última vez que lo había visto, el chico había estado comiendo carne como salvaje en una de las parrilladas de la Tía Anne, y estoy bastante segura de que no era tan alto y musculoso como ahora, así que una vez que consigo relajar mis doloridos músculos me atrevo a dar un vistazo al espejo, hago una mueca cuando veo mi rostro amoratado.

Cierro los ojos, intentando descifrar como debería actuar con todo el asunto de Scott, quien podría o no ser un posible asesino o violador que me ponía los nervios de punta, y podría o no venderme en alguna subasta extraña, Dioooos, maldito Petrov de m****a, lo de ir a buscar a Hazel podría ser o no una mentira. Aunque... Adeline y Alena solían murmurar sobre como el pequeño Scotty tenía un crush conmigo, eso podría funcionar ¿no? sentí su erección más de una vez, así que su cuerpo no era totalmente indiferente

Pero el idiota quería información, preciada información sobre la muerte de mi madre y varios negocios ilegales que podría enviar a mis tíos para hacer caer un montón de cosas sucias por aquí, así que...¿Como demonios iba a conseguir que me regresara a casa? Supongo que tendré que...usar mis encantos, como hice esa vez en Ottawa, fue asqueroso, lo admito, pero estaba sin dinero y ese sujeto tenía una cartera llena de billetes y un auto con matrículas falsas.

Organizar mis prioridades sería sencillo.

Ropa

Comida

Un teléfono

Descubrir los planea de Scott

Encontrar a Hazel

Ir a casa

Sencillo.

Bueno, el paso uno y dos fueron sencillos, al salir del baño había un montón de bolsas llenas de ropa y lencería (sí, nada de ropa interior cómoda) incluso una caja de tampones y junto a todo eso, uno de esos elegantea carritos de los hoteles en los que llevan la comida, y mi estomago gruñe con la simple visión de un enorme y jugoso filete.

Así que me pongo la jodida lencería y un par de vaqueros con un suéter de cachemira de aspecto costoso antes de sentarme y empezar a devorar mi filete. Cuando Scott entra en la habitación, me mira con algo que luce a diversión, pero no estoy segura, sus ojos son de un extraño azul grisáceo ahora mismo y sus puños están apretados a su costado.

— Quiero llamar a casa — suelto una vez que consigo superar el hecho de que su camisa azul marca sus músculos demasiado bien, y que el olor a sexo que emana de él consigue marearme ligeramente

— Y yo que dejes de ser un puto dolor de cabeza — gruñe dejándose caer en el sillón frente a mí, luciendo aterrador como la m****a, doy un último sorbo a mi soda antes de regresarle la mirada —¿Cuánto dinero le debes a Saltsman? — pregunta con voz ronca

— ¿Qué? — pregunto intentando parecer inocente

— No me jodas, Taliana — escupe — Intento ser agradable, pero si sigues colmando mi paciencia, te entregaré y ya no más problemas para mí.

— ¿Tu harías eso? — pregunto sintiendo un escalofrío atravesarme

— Si eso significa que dejarás de ser un grano en el culo, entonces sí — repone gruñendo, su acento ruso saliendo a trompicones

— P-pero dijiste…— Joder, Taliana, deja de actuar como una nenita de m****a, le doy una mirada dura (al menos espero que lo sea) — No es asunto tuyo -

Pone los ojos en blanco y murmura algo en ruso que estoy bastante segura que significa "niña estúpida"

Se pone de pie y empieza a desnudarse, lo que consigue asustarme como la m****a, por lo que me aparto tanto como puedo, usando mi tenedor como posible defensa

— ¿Qué haces? — pregunta luciendo aburrido mientras se quita los pantalones, arrojándolos de cualquier manera en el piso

— No te atrevas a tocarme — escupo en su dirección...haciéndolo reír

— ¿Crees que voy a violarte? — pregunta, aunque eso hace fruncir su ceño y luce seriamente ofendido

— A metros, Petrov — gruño, él pone los ojos en blanco

— No tengo tiempo para esto — murmura antes de sacarse la camisa y darme la espalda, mientras deja su reloj en la mesa de noche. Mi corazón se detiene al ver su espalda. 

La cicatriz en su rostro no es la única, tiene todo tipo de marcas en su espalda, y una en especial me hace soltar el tenedor, una quemadura en forma de estrella náutica, como la marca del ganado brilla en su espalda, tiene marcas de cuchillo y unos más recientes...rasguños.

— ¿Algo que asuste, pequeña? — pregunta divertido, se levanta y OH POR DIOS, ESTÁ DESNUDO ¿En qué momento se quitó los putos boxers?

— Es....enorme — murmuro aterrada, y no hablo precisamente de su estatura, el hombre estaba más que bien dotado, y mi estúpido cuerpo me traiciona demasiado rápido, mis pezones se endurecen automáticamente

— Como dije...No pienso hacerte nada — dice tranquilamente mientras me mira con los brazos cruzados, mientras su erección apunta directo hacia mi — A menos que ruegues por ello

Sonríe con suficiencia, y curiosamente es una linda sonrisa, incluso su cicatriz parece menos aterradora cuando sonríe.

Entra al baño y cierra la puerta, dejándome completamente anonadada. Esto va a ser mucho más difícil de lo que pensé, hace cinco minutos estaba aterrada como la m****a de él y ahora estoy excitada como la m****a. Por él.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo