Lucero Las cosas pintaban bastante mal, peor de lo que imaginé, y más porque los minutos corrían a la par de los kilómetros preocupándome en gran medida. No tenía ni idea de en dónde estábamos más allá del hecho de encontrarnos muy a las afueras de la ciudad y la bodega en la cual se adentró Ramiro estaba vigilada por muchos hombres armados que cuidaban los alrededores. —¿Qué estás esperando? ¡Bájate! —ordenó Rosario quien haló de mí haciéndome tropezar y habría terminado en el suelo de no ser porque Ramiro alcanzó a sostenerme. Este no dijo nada, tan solo me arrastró hasta el interior de una de las tantas bodegas que había alrededor y fue cuando vi un helicóptero a lo lejos, se me hizo extraño, pero igual seguí el camino en silencio. Muy en el interior del lugar había más vigilancia, muchas cajas amontonadas y varias puertas, el lugar me generaba una sensación muy extraña, era como si ya hubiera estado aquí… —Preparen la avioneta, partiremos cuanto antes —ordenó Ramiro a sus homb
Sharif—¡NO TE ATREVAS, ROSARIO!—¿Adolfo? —ella y Ramiro estaban tan confundidos como Lucero por la aparición de él.Adolfo llegó de la nada junto a Abiud entregándonos un arma a Alison y a mí, ahora éramos cuatro contra tres.—¿Papá? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías dónde estaba?—Sharif me dijo y en cuanto recibí el mensaje salí del hospital.—¿Sharif? ¿pero qué…?—Me alegra saber que pudo alcanzarnos a tiempo.—Por el contrario, Sharif, soy yo el que te agradece por buscarme.—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Rosario.—Simple, ellos me buscaron mientras tú estabas en la empresa queriendo estafarme, me contaron todo lo que Ramiro y tú le hicieron a mi hija y no dudé un segundo en ayudarla, aun si eso me enviaba a una clínica.—¿Tú… tomaste las pastillas apropósito?—Sí, hija, excepto las otras que esas me las estaba suministrando tu madre en secreto, pero no importa, al menos pude traerte de regreso.—Lástima que te equivocaste en algo, Adolfo —intervino mi padre. —Ella es mi hija y
Días después Sharif Los primeros dos días fueron los peores para todos y de no ser porque Karhel tenía un helicóptero; no habríamos podido traerla al hospital a tiempo, los demás tuvimos algunas heridas; pero nada tan grave como ella, lo peor era que nadie nos daba información de su estado y cuando al fin salió el doctor tras muchas horas de espera, este nos dijo que Lucero tenía un diagnóstico reservado, Alison y yo enloquecimos, pero al intervenir Abiud (quien era el más centrado de todos), el doctor nos dijo que lo mejor era prepararnos para lo peor porque su cuerpo no parecía querer estabilizarse y tanto ella como el bebé estaban en riesgo de muerte. Obviamente este golpe fue fuerte para Alison, Adolfo y para mí, pero hoy, por fin podía estar más tranquilo al saber que Luz respondía al tratamiento, seguía en cuidados intensivos, pero al menos estaba fuera de peligro. —Sharif, llevaré a Alison al hotel, ¿vienes con nosotros? —dijo Abiud. —No, yo me quedaré con Adolfo en caso d
AlisonDesde que Luz perdió el conocimiento en esa bodega he pasado las peores horas, días de mi vida, aquel instante me paralizó por completo recordándome cuando la encontré tirada años atrás por la golpiza que le dio Ramiro y con ello el aborto, temía que lo próximo que me dijeran era que ella y/o el bebé habían muerto. No podía soportar la idea de perderla y Sharif mucho menos, pero ahora, dos días después de la noticia, Abiud me había convencido de venir al hotel para descansar un poco ya que solíamos venir a ducharnos y enseguida regresábamos al hospital.—Alison, llegamos —apenas pude levantar la vista divisando la habitación.—No me di cuenta en qué momento bajé del auto o subimos al ascensor…—Lo sé, pero igual para eso me tienes a mí, para evitar que te estrelles —su voz era suave, comprensiva. —Ven, vamos a ducharnos, lo necesitas.Me dejé llevar por él, a pesar de todo estaba más tranquilo y de vez en cuando me refugiaba en su pecho bajo la lluvia artificial. Regresamos a l
Lucero Han pasado algunas semanas desde que esta pesadilla por fin terminó, mi recuperación ha sido excelente y más por la atención que me dieron en el hospital gracias a Bayek, incluso he podido caminar sin dificultad o riesgo de aborto ya que me habían ordenado reposo absoluto, aunque Sharif y mi padre siguen molestando bastante diciendo que no debería sobre esforzarme. Ali, por otra parte, es quien más me apoya acompañándome a caminar y me motiva a concentrarme en otras cosas para no aburrirme, así que en este tiempo nos dedicamos a sacar todas las cosas de Rosario, hacer remodelaciones en la casa dándole otro ambiente y así mismo hicimos con la casa de Paz, puesto que ella comenzó los trámites del divorcio y gracias a un contacto de Sharif agilizaron el proceso, ahora solo falta que el abogado envíe los papeles para que ambas partes firmen y ella puede ser libre de ese tortuoso matrimonio en el que ha sido tan infeliz. No obstante, es imposible que no exista cierta sombra de tr
Sharif Lucero insistió en no querer dejar pasar más días para visitar a mi padre, así que habló con Karhel informándole que iríamos y este envió una camioneta junto a dos de sus hombres, en principio fue extraño, pero él nos explicó que el lugar no era una cárcel común y corriente, sino que era una exclusiva de alta seguridad que usaba para beneficio propio, palabras suficientes para no hacer otra pregunta puesto que era evidente que tenía que ver con su otra vida. —Estás más nervioso de lo que imaginé. —Lo siento, son tantas cosas que, supongo, en parte no quería venir, pero sé que lo necesito. —Es lo mejor —ella me regaló su bella sonrisa dándome tranquilidad. La puerta se abrió siendo mi padre quien ingresó a la sala junto a un guardia que le retiró las esposas y al salir este, se sentó frente a nosotros. —Me alegra saber que estás bien —dijo suavemente mirando a Luz. —Gracias, aunque al parecer no puedo decir lo mismo —comentó con tristeza al ver su labio partido y un ojo m
Lucero Al salir de la sala me quedé en un enorme pasillo esperando a Sharif, me sentí bastante inquieta por lo poco que hablé con Omar y lo que me contó de Ramiro me dejó con un sin sabor de boca, por tal motivo, hablé con uno de los guardias para que me permitieran hablar con él, al comienzo me lo negaron, pero bastó con hacer una poderosa llamada para conseguir lo que quería, así que aquí me encontraba en otra sala con los nervios de punta. —¿Qué haces aquí? —fueron las primeras palabras de Ramiro dejándome paralizada. No me atreví a levantar el rostro, pero de reojo veía cómo se acomodaba en la silla siendo a su vez esposado en la mesa, entonces lo vi, no era ni la sombra del hombre que había conocido, estaba muy golpeado y era evidente que su estancia en este lugar era peor de lo que nos contó Omar minutos atrás. —Te hice una pregunta ¿O solo viniste para ver lo que me han hecho y restregármelo en la cara? —no era déspota pese a la dureza de sus palabras, sino que más bien se
Un mes después Ibiza, España Alison Música, alcohol, sol y playa, esa es la combinación perfecta para sanar un corazón roto, porque no es lo mismo pasar un despecho encerrado en una habitación fría y lúgubre a tener que hacerlo frente al mar de Ibiza donde la diversión no termina, y en mi caso, que tenía un corazón fracturado en mil pedazos por lo ocurrido hace más de un mes, era justo lo que necesitaba. Al menos reconozco que valió la pena todo lo que soporté, puesto que Luz y Sharif quisieron darme un capital para que empezara una nueva vida, así como también me hicieron socio de los negocios en los que ella estaba involucrada gracias a Omar. Sin duda, la reconciliación entre ellos sirvió de mucho al ser hoy día tan cercanos. Pero no usé todo mi dinero en este viaje, no, sino que después de ayudar a mi mamá con el trámite del divorcio, darle un par de golpes a mi padre (en defensa propia), decirle sus verdades y sacar sus cosas a la calle con el mayor gusto del mundo, me enfoqu