꧁ Adalyn ꧂
Ya en el lugar donde me iba a encontrar con la editora nos dispusimos a revisar lo que tenemos para la edición de la revista de este trimestre. Siempre he sido precavida con respecto a una nueva edición ya que a veces se suele filtrar información. Ya con los temas y fotografías ordenados, nos disponemos ir a almorzar. —Será un éxito como la anterior —comenta Edeliz. —Creo que sí. Te agradezco mucho que hayas Conseguido la entrevista con la escritora. —Batalle mucho para poder conseguirla, pero tenemos una entrevista con ella. Continuamos hablando de todo lo que debemos programar para empezar la edición, maquetación, editar el contenido y demás… Al regresar a la oficina seguí con mi trabajo, en la noche seguí trabajando con algunas fotografías, además debo trabajar en el diseño de la portada de la revista. Al día siguiente no vi a Giovanni y así pasaron los días, supongo que no viene ya que debe estar en su empresa, no es que me haga falta verle la cara. —Dime que ya está listo el hilado —le pregunto a Perla, la encargada de producción. —Lo siento señorita Maxwell, pero algo salió mal, no se como pasó, pero el hilado se decoloró. —¿Cómo que se decoloro? ¿Cómo sucedió? —ya me estoy empezando a alterar. —Ya le dije que no lo sé —responde de forma altanera. —Tal vez se equivocaron con el colorante. —No puedo creerlo —niego y sonrió.—¿Cómo fue que se equivocaron con el colorante? —llevó mis manos a mi cabeza. Esto no puede estar pasando, como le iba entregar este producto al comprador, es que cada día son más obstáculos, algo siempre sale mal, como para que quede mal ante todos. Tengo unas ganas enorme de tirar a Perla de cabeza en el colorante, como me va decir que ella no sabe y encima va a culpar a alguien más, siendo ella la encargada. No me aguanto la lengua y le pido que se marche, detesto las ineptitud. Giovanni aparece y como nos llevamos tan bien terminamos dándonos abrazos y besos para luego despedirnos, pues no, no pasó así, fui grosera y altanera, pero a él nadie le mandó meterse en lo que no debió. Ya de por sí estaba al tope y se la cobre a él, no tenía culpa, pero es que lo amo tanto. Llegó a la oficina, respiró hondo, pero no sirve de nada, estoy enojada, abrumada. Es que escuchar precisamente de ese hombre que no sé manejar la empresa fue como si me hubieran dado un golpe directo al pecho. Se bien que no sé cómo se maneja esta empresa, pero tampoco me gusta que me restrieguen en la cara lo que ya sé. Llevar esta empresa no es como llevar la revista, pero hago lo que puedo y lo he intentado desde hace meses. Previamente desde que mi padre y mi madre me dijeron que debía tomar el control de la empresa me opuse, pero era eso o esperar que papá enfermara más. No tenía otra opción, era yo o era uno de los socios, algo que papá no quería y tampoco era justo dejarle el control de algo por lo que mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre se habían esforzado. Acepte con resignación y aquí estoy siendo señalada por todo y por nada, trabajó día y noche para poder encontrar una estrategia pero es como si lo que haga no está bien. —¿Estás bien? —pregunta Irina entrando. —Por supuesto estoy bien —Irina niega, es que la condenada me conoce perfectamente quince años de amistad no es en vano. Me empiezo a quejar de todo, y de cómo las palabras de Giovanni calaron en mi ego y orgullo y no dudo en decir que fue mala idea tomarle la palabra a papá. Irina como siempre me da aliento alegando que lo estoy haciendo bien y como ya no quiero seguir en el mismo tema cambio de tema. —¿Ya llegó Frank? —pregunto. —Sí, está esperando —salimos de la oficina y vamos al área de fabricación. —¿Dime en que te ayudo? —Crees que tenga arreglo eso —le digo señalando la hiladora. Lo miro, Frank frunce el ceño y hace una mueca, solo ese gesto me hace saber que no se puede hacer absolutamente nada. —Adalyn, lamentablemente no se puede hacer nada, ya el tinte está impregnado en los tejidos. —Eso quiere decir que debemos empezar de cero. —Sí. ¿Cómo pasó esto? —No lo sé, Perla dice que se equivocaron de colorante —Frank sonríe y ya se por donde viene, lo sospecho, pero antes no eran tan frecuentes las supuestas equivocaciones. —Esto no parece equivocación Adalyn, alguien lo saboteó ¿cuál fue el colorante que se utilizó? —Creo que ya sé llevaron el envase. —Qué conveniente, no —me mira. —te están saboteando Adalyn. —¿Tú crees? —Lo sospechas no es así —claro que lo sospecho, desde hace cuatro meses empezaron a surgir eventos sin importancia pero que ahora que se hayan equivocado de colorante ya es mucho. —No lo hacía antes, pero ahora sí me preocupa, esta es una gran producción, no solo iba ser para Franchesi, si no que la íbamos a utilizar en la nueva marca. —Tienes material para aunque sea suplir a Franchesi —sonrió. —Por supuesto, papá siempre me enseñó que debemos tener reserva —vamos al área de almacenamiento. Entramos a una de las bodegas que tiene otra habitación, pero que nadie tiene acceso solo yo. —Siempre me pregunté qué había aquí —colocó la contraseña y mi huella para tener acceso. Tomamos uno de los contenedores de plástico donde se almacena todo tipo de materiales, hasta cuero. En fin… —Yo me encargo no te preocupes, vengo en una hora iré a ver porque aun no me llega mi encargo —dejó a Frank solo. —Gracias Frank, no sé qué haría sin ti. —No hay de que, ahora déjame trabajar —asiento. Espero que no nos tome mucho tiempo, solo serán mil piezas de hilo. —Crees que se terminen a tiempo. —Por mi bien espero que sí. —Crees que haya alguien saboteando todo los sucesos que se han dado. —Sí no es eso es coincidencia —tomó asiento. —Lo que sí sé es que estoy harta de esto, estoy al tope, ya no se que hacer y por si fuese poco aún no se nada del embarque que debía llegar ayer y los muy sinvergüenza no se han comunicado conmigo —suelto un suspiro. —Relájate, iré a comunicarme con ellos —asiento. Desde que tomé posesión de la empresa no he tenido un día de paz. —Adalyn la línea tres —me comunica Irina. Marco la extensión. —Buenas tardes señor Louis, le habla Adalyn de Industrias de textiles Maxwell, le hablo para saber a qué se debe la demora de mis productos —le hablo de forma cortés. —Señorita Maxwell, el embarque está demorando debido a unos permisos. —¿Permisos? —pregunto. —Y eso qué tiene que ver conmigo, hace meses hice mi pedido, no es así. —Sí señorita Maxwell, pero es que no se cumplió con los permisos pertinentes debido a eso su embarque aún no ha podido ser enviado. —Ese es tu problema no mío, los permisos los deben cumplir ustedes no yo —digo ya molesta. —Pero debe entender que… —No me interesa, quiero ese embarque para mañana, dijiste dame un mes, como es posible que aun no puedan enviarme ese producto, casi me quedo sin material para la nueva producción, si no me respondes por ello voy declinar de tus servicios estamos, en una semana lo quiero, no me interesa como le vas hacer —mi humor vuelve estar por las nubes. Cuelgo de forma brusca, es que no puedo creer es como una maldición que me han echado, no soy superficial, pero es que no tengo otra explicación para lo que está sucediendo.꧁ Adalyn ꧂Enciendo el ordenador y busco otro proveedor que pueda proveerme de los materiales que necesito, como dice papá siempre hay que tener un AZ bajo la manga, nadie me va hacer quedar mal si eso es lo que buscan.“Buscan” rayos se me había olvidado buscar un papá para mi bebé, con tantas cosas en la cabeza no he tenido tiempo, el reloj corre y los días se me agotan. Ya tendré tiempo, ahora debo arreglar este pequeño problema.El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos.—Adelante —digo para que pasen.Mientras sigo tecleando en búsqueda de la empresa que voy a utilizar para que me suplan los materiales que necesito. El olor de esa colonia exquisita llega a mis fosas nasales, levantó mi mirada para ver si es que no me lo estoy imaginando.Él está parado mirándome, frunzo el ceño.—¿Señor Giovanni, desea algo? —pregunto al verlo solo parado. Abre la boca pero no gesticula ninguna palabra. —¿Está usted bien? —vuelvo a preguntarle.—Sí, estoy bien yo solo venía a ver si ya
꧁ Adalyn ꧂¿Qué hago en sus piernas? ¿Cómo llegué aquí?Giovanni abre sus ojos y me mira, su mirada es calmada, pero yo lo miro sorprendida.—Espero que hayas dormido bien —sus palabras me sorprenden aún más, es como si yo hubiera buscado la comodidad de sus piernas.Me levanto de su regazo y me siento erguida, tal vez dormida busque la comodidad y termine en sus piernas.—¿Cómo? —me expreso, pero no termino la oración. —¿cómo fue qué…?—Te veías incómoda y yo solo te ayude, pero tú te aprovechaste de mi buena voluntad…Giovanni.Se suponía que iba a ofrecerle ayuda a Adalyn, pero casi termino yéndome, luego recordé porque había venido a su oficina. No dude más en ofrecerle mi ayuda, pensé que no aceptaría, pero me equivoque, aunque creo que por un momento dudo en aceptar.Baje y en conjunto con Frank, empezamos a separar las fibras de algodón procesadas para así meterlas a la hiladora.Unas horas después sentí esa fragancia, no voy a negar que su loción es una exquisitez, es más es o
—Giovanni, aquí estás —dice Perla entrando a mi oficina.—¿Qué sucede? —pregunto al verla.—¡Esa mujer! —exclama. —ella se atrevió a suspenderme de mis cargos —gimotea, sus ojos se llenan de lágrimas.—¿Cómo? ¿Bajo qué argumentación?—No sé, no me lo informo, solo dijo que cuando regrese tomará la decisión sobre mí cargo, no quiero perder mi trabajo Giovanni, ayúdame por favor.—Tranquilízate, ve a tu casa y espera que decisión toma, no creo que te vayan a despedir.—Es que no conoces a esa mujer, estoy segura que me va a despedir.—No tiene porqué Perla, descuida, yo hablaré con ella.—Harías eso por mí —asiento.—Te prometo que no te quedarás sin trabajo, ve a tu casa, saldré de viaje, pero encontraremos una solución.—Gracias Giovanni, eres un gran hombre —me abraza, gesto que le devuelvo porque está decaída.Salimos de la oficina y tomamos el elevador. Al bajar a la planta baja, Adalyn está en el lobby esperando.—Qué tengas un buen viaje —dice Perla abrazándome.—Gracias, todo es
✰✰ Giovanni ✰✰—¿Adalyn estás aquí? —preguntó entrando al baño.Al fondo escucho ruidos, como si alguien estuviera tosiendo, camino hacia la puerta.—Adalyn —vuelvo a llamarla.No se ni para qué vine detrás de ella, es que ni se para me preocupo por esa mujer arrogante, engreída, es que solo me causa estrés y enojo.—¡Adalyn! —volví a pronunciar su nombre. Me acerqué a la puerta y la abrí despacio, al ver a la mujer inclinada frente al retrete me tensé. —¿Se encuentra bien? —pregunté.—Estoy bien —dijo levantándose.—¿Segura? —me miró por un instante.—Sí —se acercó al lavabo y se lavó la boca y las manos.—¡No sé ni para qué me preocupo por usted! —exclamó.—No tendría porqué, pero le agradezco mucho —me mira a través del espejo. —debería salir de aquí antes que vayan a pensar cosas que no son —sugiere. —si alguna mujer lo ve aquí va a pensar que…—No tiene que decir nada más, ya salgo —algo me decía que no debía entrar.—Giovanni, lo siento es que estoy abrumada todo es un problema
Adalyn. Sí, fue incómodo despertar en las piernas de ese hombre, pero culpo a mi inconsciente por tal atrevimiento. —¿Cuántos boletos de avión quieres, por qué si irás con alguien verdad? —Aún no sé si llevar a alguien, sabes que aquí no me tienen fe. —Pero necesitas a algún experto, porque no llevas a Frank —sugiere. —o podrías llevar al señor Di Marco —la miró ante su sugerencia. —Frank se encargará de otros asuntos y Giovanni, pues no creo poder convivir con él. —Pero estabas acurrucada con él —la fulminó con la mirada. —Lo hice inconscientemente cuando estaba dormida. —Pero disfrutaste de sus piernas —niego. —Reserva dos boletos, tal vez le pida ayuda al señor Di Marco. —¡Es en serio! —A quien más le puedo pedir ayuda, con la estima que me tiene ese hombre dudo que no me diga que estoy haciendo las cosas mal. —Es lo bueno de él, te dice las cosa en tu cara, creo que si te llevas a alguien más te dirá si eso está bien y todo para que quedes mal. —Solo espe
Al salir del aeropuerto el auto ya está esperando, pido que me lleven a mi primero y que luego lo lleven a él donde viva. ☆꧁༺✿☆ ✿༻꧂☆Al llegar día siguiente pasó primero a la revista ya que debo aprobar los pagos y corregir algunas cosas que no me parecen en la nueva edición.Ya terminando mi trabajo voy a la empresa debo convocar otra reunión con los socios para informarles el cambio de los proveedores, quiera o no deben saberlo, se que muchos dirán que el señor Louis, es de confianza que no debí cambiarlo y rescindir el contrato y bla, bla…—¿Cuéntame todo como te fue, dime? —Me fue muy bien ya que tengo dos proveedores disponibles.—Se que los tienes eres una Maxwell, lo que quiero saber es si hubo algún acercamiento entre tú y el italiano papuchon ese —miró a Irina con cara de espanto.—Te sientes bien verdad, no tienes temperatura.—De verdad no hubo un acercamiento entre ustedes.—No, él único acercamiento fue anoche al quedarme dormida y terminar recostada en su
꧁ Adalyn ꧂—Irina, dile al señor Di Marco que venga a mi oficina —si no lo intento no sabré.—Precisamente acaba de salir del elevador —me informa.Cuelgo la llamada, solo espero que acepte, ya mañana debo reunirme con mi familia y estoy segura que todo será un caos si no aparezco con un hombre a mi lado.La puerta es tocada y abierta de inmediato.—¿Me mandaste a llamar? —dice en tono hosco.—Sí señor Di Marco, pase —Le digo con formalidad.Quiero llevar esta reunión en paz, además que el control lo tengo hoy y quiero estar serena.—Deseas algo —dice con molestia.—Tome asiento por favor.—Dime que deseas —y a este que le pasa si su trato es así no podré proponerle ningún trato.—Estás así por lo que sucedió en la reunión.—No.—Y entonces.—No es nada Adalyn, dime para qué querías verme.—Ya creo saber que es lo que te pasa —formuló.—No creo que sepas a donde estés parada, ahora vas a saber algo de mí —responde con arrogancia.Le sonrió, me levanto de la silla y rodeó el escritorio
꧁ Adalyn ꧂ —Adalyn, mira —miro hacia donde me dice Irina. —¿que vas hacer Ada? —bajo del auto. Esperaré lo que sea, estoy sola en esto, ya Giovanni no vendrá y no lo culpo, quien fingiría algo descabellado como ser un papá de repuesto de alguien con quien no tiene nada que ver. —Adalyn ¿Cómo estás preciosa? —saluda la abuela. —¡Abuela! —la abrazo. Me mira de arriba abajo y frunce el ceño, estoy segura que ya hasta lo leyó en los frijoles que cenó ayer. —Adalyn acaso tú… —calla por un momento y mira mi vientre. —Estás algo gordita mi niña —dice sonriendo, vuelve a repasarme con su mirada escudriñadora, estoy segura que ya lo sospecha, es que debí ponerme una faja. —¿estás embarazada? —pregunta sin pepitas en la lengua. —¿de quién es? —suelta de inmediato. —Abuela, porque no entramos. ¿Dónde estabas? Debes venir cansada —argumentó para salir del tema. —No entraremos hasta que me digas de quién estás embarazada. —Es mío —dice una voz detrás de mí. —mucho gusto, soy Giovanni Di M