—¿Aun así son cuatro días libres? Daría mi riñón izquierdo a cambio de cuatro días libres,— expresó Ernest.—Suena bien,— asintió Edmond. —¿Qué horario es?——De seis de la mañana hasta las seis de la tarde,— Jayden parecía triste mientras contestaba. Solo alguien que no tuviera responsabilidades relacionadas con niños podría aceptar un turno como ese.Edmond dejo escapar un silbido. Quería ese turno. Lo quería de verdad, pero también sabía que no había manera de hacerlo con Anthony.—¿Supongo que no hay forma de hacerlo durante el fin de semana?— dijo Edmond medio en broma medio en serio.—No,— negó con la cabeza Jayden.Edmond se echó para atrás en la silla y momentáneamente fantaseo con lo fácil que sería su vida si pudiese coger ese horario de tres días y llevar a casa algo más de dinero. Su mente dio vueltas a las opciones que tenía con Anthony, y entonces se dio cuenta que no había visto a Anthony salir del baño después de lavarse las manos.Sin decir nada, Edmond se levantó y se
—No lo sé. Parecías… realmente agotado hace un momento.——Oh…si. No podía encontrar a Anthony. Le mandé lavarse las manos y no volvió…——Oh,— Belinda asintió. Le miraba como si esperara que él le digese algo más, pero no sabía que más decir.Permanecieron ahí mirándose el uno al otro incómodamente hasta que Jayden y Ernest aparecieron de camino a la cocina. Edmond se dio cuenta de que Jayden tenía una estrafalaria sonrisa en la cara e instantáneamente Edmond supo lo que él pensaba que estaba pasando.—No iré el sábado si no quieres que vaya,— susurró Belinda.—Belinda, esta bien. De verdad. Ven. Anthony quiere que este allí,— dijo Edmond. Y hasta hace unos minutos, Edmond también quería.Al principio, Edmond pensó que iba a ser un rollo comer en la mesa en lugar de al lado de la televisión, pero tenía que admitir que no estaba tan mal. Pudo ver a sus amigos y a sus parejas y también pudo conocer un poco a Belinda. Su lista de atributos aumentaba: era amable, cariñosa, lista, guapa y m
—Vale, quizás podemos hacerlo el viernes por la noche… espera, creo que Ernest ha invitado a alguien a ver el partido del viernes… y el sábado… hmmm…bueno, incluso podríamos salir durante la semana. Osea, ¿solo es una cena, no? El jueves también podría ser…——Camille, ¿me necesitas en serio para esta conversación?— Belinda preguntó exasperada.Después de comer Belinda había recibido un mensaje de Camille donde le decía que tenía que hablar con ella de algo urgente. Belinda esperó a llamar hasta el último recreo del día, para descubrir que Camille intentaba liarla con uno de sus compañeros de trabajo.Hace unas pocas semanas Derek había visto las fotos que pasaban en el protector de pantalla del ordenador de Camille y había expresado interés en Belinda cuando vio una foto de ella aparecer en el monitor. Camille había intentado que se vieran desde entonces.—Oh, vamos, Belinda. No puedes dejar esto pasar. Es como un sueño hecho realidad,— insistió Camille.—Dices eso de cada hombre con
Sorprendentemente, Camille la escuchó. —No tengo ni idea. En realidad no la conozco. De todas formas, esta cosa del futbol, enfatiza lo que estaba diciendo. Necesitas salir, Belinda, en lugar de gastar un tiempo valioso en hacer cosas que no te benefician en absoluto.——Si accedo a una cita con el tal Derek, ¿me dejarás en paz en relación con lo del fútbol?— Belinda puso los ojos en blanco.—¡Si!— Camille dio una palmada encantada.Ariana se asomó desde la cocina al oír el grito y les ordenó a las dos mujeres que fueran a la cocina, no para ayudar, sino para ser incluida en los cotilleos.Cuando Belinda se giró hacía la zona del comedor, finalmente permitió que sus ojos repararan en Edmond. Si él no la hubiese estado mirando en ese momento se hubiese permitido evaluarle más a conciencia.—Hola— Belinda forzó una sonrisa casual mientras pasaba al lado de Edmond, pero en todo lo que podía pensar era en la mujer desconocida que había atrapado su corazón. ¿En qué tipo de mujer se fijaba E
Belinda miró hacia Edmond por el rabillo del ojo; su mirada estaba perdida hacía el frente y su postura revelaba su malestar. El la camiseta de manga larga de deporte que llevaba se ajustaba a su torso, y cuando su pecho se elevó, Belinda anticipó que iba a hablar, pero solo suspiró y no ofreció nada más.—Oh esto es ridículo,— dijo finalmente Belinda, terminando el silencio.—¿El qué?— pregunto él, mirándola, con una ceja elevada mientras preguntaba.—Esto,— Belinda hizo un gesto entre ellos. —Nosotros. ¿Estamos peleado por algo?——No,— Edmond dijo indignado. Su discomformidad era aparente.—¿Bueno entonces que pasa?— preguntó Belinda. —¿Por qué estas siendo tan… distante?—Edmond se encogió de hombros.Por lo menos no lo niega.—¿He hecho o dicho algo que te molestara? Porque si es así, lo siento.——No, no has hecho nada,— dijo Edmond mientras vigilaba a Anthony que estaba dándose la vuelta en el columpio. —Es que… tengo demasiadas cosas en la cabeza.——¿Trabajo?——Entre otros.—Bel
La conversación que Edmond había tenido con Vicki dos noches antes volvió a su mente cuando vio como Belinda se alejaba del parque en su coche el sábado por la tarde.—Vivito y respirando, vaya…Edmond White!— Vicki sonó genuinamente agradada por oír su voz.Tras la usual charla que tiene lugar entre dos personas que no se han visto ni hablado en un largo periodo, Vicki pregunto la pregunta que Edmond aún no sabía muy bien como contestar.—¿Bueno, y que hay de nuevo en tu vida?—Edmond rió. —No te lo vas a creer si te lo digo.——Ponme a prueba,— Vicki tanteó. Edmond había llamado su atención.—Bueno, veamos… para empezar, he estado trabajando… y he conocido a mi hijo,— Edmond intentó sonar casual.—Perdona, pero creo que he oído mal. Por un minuto creí que has dicho que tienes un hijo,— Vicki rió nerviosa.—Creo que oyes perfectamente,— Edmond dijo monótonamente.Hubo un momento de silencio entre ellos y entonces Vicki se puso a la defensiva. —No se como se supone que he de tomarme est
—No me gusta,— le dijo a Edmond.—Cómetelo,— le dijo Edmond tan bajo como pudo pero que sugiera siendo un tono autoritario.—¿Bueno y el pan de ajo? ¿Te gusta el pan de ajo?— le preguntó Vicki en un tono demasiado empalagoso.—Esta muy duro,— dijo Anthony mientras cogía el pedazo de su plato.—Oh…lo siento,— Vicki miró a Edmond.—No, por favor no lo sientas.— Edmond le lanzó a Anthony una mirada de advertencia antes de continuar. —Lo hace todo el rato. Es muy especial con la comida. No consigo que coma nada en casa.——Bueno si no te tomas la cena, no puedes tomar postre,— Vicki le dijo imitando a Mary Poppins con su voz.Anthony volvió a mirar a los espaguetis y después a Edmond. —¿Me puedo excusar?— La advertencia en cuanto al postre no era bastante para tentarlo a comer el mejunje que tenía delante, Vicki miró entre Edmond y Anthony e intentó salvar el momento de ser extremamente incómodo.—¿Por qué no nos excusamos todos?— dijo mientras empujaba su silla y se levantaba. —Edmond, ¿q
—No está tan buena, pero te la puedes comer,— dijo Edmond.Anthony alargó los brazos y cogió la tarta, la olió y la dejó sobre su regazo. No la comió, pero reconoció que podía hacerlo si quería.Más tarde esa noche, después de que Anthony se acostara, Edmond se sentó en su sillón favorito y paso los canales para distraer su mente del hecho de que la noche había sido un autentico fracaso.En realidad, no estaba tan decepcionado por que Vicki no fuese a poder cuidar de Anthony si Edmond podía cambiar su turno para trabajar el turno de tres días de doce horas. Aunque pudo ver que Vicki siempre estaba ansiosa por ayudar y de acuerdo con ello, por como había actuado esta noche con Anthony, él probablemente no iba a estar a gusto con sus cuidados.Pero aparte de eso, Edmond querría aumentar su circulo de amistades, el número de personas en las que podía confiar a Anthony en caso de emergencia o a quien acudir cuando el ya no pudiese más. Por ahora, Jayden y Ariana podían ofrecer ayuda limit