Alice y Anthony nacieron un 21 de julio, de hace, (solo por unos días) seis años.En una semana sería su cumpleaños y el tema era las constelaciones, me he preparado para esto desde hace dos meses.Tanto por el dinero, como por las decoraciones y sobre todo porque Alice quería un vestido azul marino con estrellas plateadas.Tenía mucho tiempo que no confeccionaba un vestido, digo lo hice en secundaria y desde entonces solo había hecho las cortinas o los manteles, pero Alice se encaprichó con que quería que yo se lo hiciera.Tony no fue difícil, solo quería unos guantes de lentejuelas plateadas y una camisa azul.Ellos querían invitar a sus amigos de la escuela (unos cuantos), y a nuestra familia, era la primera fiesta que realizaba con otros niños, los años anteriores habían sido entre familia, solo asistía Gabriel, el hijo de Everett.A solo una semana de dicho evento me dio un lánguido arrepentimiento, han pasado dos días, en los cuales he estado lidiando con los pensamientos malos,
Holly declinó la oferta de James, que mediocre, aunque yo también la había invitado, pero él había recalcado en que ellos dos, yo claramente dije que los cuatro. ¿Cómo conquistar el corazón de una madre soltera? Obvio, ganándote a sus hijos. Holly me estaba dando la espalda, le explicaba un par de cosas más a James, este me miró a hurtadillas y no sentí más satis facción al ver su rostro de derrota al sonreirle con ganas. Los niños bajaron con sus impermeables y luego se fueron con su padre. Holly regresó para la sala conmigo con la caja de chocolates que ese imbécil le había dado, venia comiéndose uno. Seguía sorprendiéndome, ella no se preocupaba por estar al pendiente de cuantas calorías tenía cada comida. Estaba sonriente, pero no me gusto el motivo de su sonrisa, si habían sido los simples chocolates o que él se los hubiese regalado. —¿Quieres uno? —me extendió la caja, se parecían mucho a las trufas. —No. —Oh, vamos, están deliciosos, tenía años sin probar uno—volvió a
Holly declinó la oferta de James, que mediocre, aunque yo también la había invitado, pero él había recalcado en que ellos dos, yo claramente dije que los cuatro.¿Cómo conquistar el corazón de una madre soltera?Obvio, ganándote a sus hijos.Holly me estaba dando la espalda, le explicaba un par de cosas más a James, este me miró a hurtadillas y no sentí más satis facción al ver su rostro de derrota al sonreirle con ganas.Los niños bajaron con sus impermeables y luego se fueron con su padre.Holly regresó para la sala conmigo con la caja de chocolates que ese imbécil le había dado, venia comiéndose uno.Seguía sorprendiéndome, ella no se preocupaba por estar al pendiente de cuantas calorías tenía cada comida.Estaba sonriente, pero no me gusto el motivo de su sonrisa, si habían sido los simples chocolates o que él se los hubiese regalado.—¿Quieres uno? —me extendió la caja, se parecían mucho a las trufas.—No.—Oh, vamos, están deliciosos, tenía años sin probar uno—volvió a tomar otr
Quería contestarle, pero las palabras no salieron de mi boca.—Llegaré tarde—me dijo, se levantó de mí, dejándome vació.Subió a su habitación, quizá para cambiarse.Me llevé la mano al cabello, soy un idiota y reconocerlo no me llevaba a nada.Necesito hacer que ella piense de mi diferente, necesito arrancar por completo lo que sucedió, solo así podré recibir su perdón verdadero, ella tiene razón, tal vez era culpa lo que sentía, no, era culpa total.Clavé mis ojos en el pizarrón, donde mi dibujo de pinocho aún se veía, no estaba sirviendo de nada llevarme bien con sus hijos, ¿Qué más puedo hacer?Ella bajó a saltos las escaleras, traía botines de tacón, un pantalón oscuro muy ceñido, le daba la curvatura perfecta, un top con el logo tipo de Def Leppard y una chaqueta de piel roja.—Trataré de que no lleguemos tan tarde…—¿Piensas dejarme aquí? —escupí incrédulo.Ella se arregló el cabello sacándolo de su chaqueta.—No creí que quisieras salir—¿Cómo podía hacer esos ojos de inocente?
Me desestrecé un poco cantando.Tenía mucho tiempo que no afinaba mi voz, antes de la boda, en esa presentación aquí en la Tirana, luego en la boda y al final aquí.Hoy fue día de baladas, era miércoles, un día relativamente flojo, las personas venían más por comidas por comidas corporativas, grupos de universitarios, incluso grupos de amigas mayores.Veía a muchas cantando, la mayoría aplaudía, me gustaba así, este tipo de entorno exclusivo, en la tercera canción alguien me mandó una Mimosa de naranja (que el barman sabía perfectamente que si alguien me mandaba una bebida era estrictamente sin una sola gota de alcohol, solo para aparentar), la agradecí y continúe cantando.Hubo tres peticiones así que con gusto complací a la gente.Luego llegó Jake, uno de los nuevos cantantes del turno de la tarde noche, ese turno siempre estaba cambiando de artistas, muchos van y vienes, todos buscan buenas oportunidades, algunas veces suelen llegar personas importantes, con fines de buscar nuevos
Te quiero, AdamNo, aun no estoy lista para decirlo.Mi corazón está acelerado, no puedo hablar y estoy a punto de dejar de respirar.Todo este tiempo soñado con alguien… con un hombre que confesara lo que sentía por mí, escuchar a Adam se me hacía completamente irreal.Conocí a este hombre de la peor manera, arrastrándome a su guarida bestial, estoy confundida.Pero me gusta la persona en la que se ha convertido ahora, eso, me gusta, solo es eso, no estoy segura de mis sentimientos por él, mi corazón late a un ritmo acelerado, pero no es cálido del todo, no siento mi estómago revolotear, no siento que mi cabeza esté por las nubes, no como solía sentirlo con James, con él me sentía todo el tiempo flotando en el cielo, todos mis pensamientos eran volcados hacia él, siempre pensaba en él y quería complacerlo en todo, pero con Adam… ¿acaso esto es otro tipo de enamoramiento?, porque no pienso en él, no suspiro al verlo y tampoco quiero complacerlo. Ahora tengo otras cosas en las cuales p
—Estás jodiéndome ¿verdad?La cara de Holly se debatía entre la seriedad y la burla.—No bromeo—contestó—, pero tampoco es como si estuviésemos, saliendo, saliendo.Tragué lo último que quedaba de mi sándwich de pollo, sin quitarle la mirada de encima, bebió su soda italiana sin dejar de mirarme también.—Te gusta—apunté.—Sí, un poco.—¿Un poco dices?—Holly, está viviendo en tu casa, se está llevando bien con tus hijos, y encima de todo se te ha confesado.Se encogió de hombros.—Sí, pero, aun no siento lo mismo que él—partió un pedazo de su sándwich búfalo—, no se lo dije, creo que se me hace un poco cruel…—¿Cruel, dices?, Holly—me llevé una mano a la frente—, te “secuestró” y se aprovechó de ti… aunque eso no puedo decirlo completamente segura, ya que lo disfrutaste y aun así dices que es cruel no decirle que no lo quieres.—Está cambiando…Negué con la cabeza.—Lo mismo pensaste con James y…—Es que no puedo comparar a James con Adam, literalmente en nada—bufó—, solo quiero sabe
—Necesito que revises las gráficas de medio año—le indiqué a Eros—, debes cerciorarte de que todas superen el año pasado—este frunció el ceño. —Ya lo hice—me extendió su tableta—, mientras jugabas a la cacita, Nicholas y yo trabajábamos como debería—recriminó. —Está completamente idiotizado—convino Nicholas—¿Quién lo diría? —se burló. —Dejen de joderme y entreguen sus trabajos. —Sigo pensando que solo eres la figura publica y no el jefe real—se quejó Eros, dejándose caer sobre el sillón. —Déjalo, deberá compensarnos jugosamente por hacer su trabajo—sonrió anchamente Nicholas. No tenía problema con ello, puedo darles una fortuna con tal de continuar estando con Holly. Continuamos con el trabajo atrasado, bueno, mi trabajo, firmas, lecturas, revisión de proyectos, cosa que ya habían pasado por revisión de Eros y Nicholas. Pasado de las seis ya no me concentraba, espiaba a cada minuto el reloj, en muchos años, era la primera vez que me sentía ansioso y nervioso por tener una cita.