-Atzhiry- le sonrió- que alegría verte.-Alteza- le sonrió también- un placer poder coincidir, vine a traerle el almuerzo a Hassan, aunque él asegura que no es necesario, disfruto mucho preparando los alimentos para él, además, de paso puedo asegurarme de que si se está alimentando bien. - sonrió.-Es maravilloso ver lo radiante que estás- la halagó- sin lugar a dudas, el matrimonio te ha llenado de luz.-Alá, ha sido muy bondadoso, Alteza. Hassan, es un hombre maravilloso, me cuida y me consiente. Es todo lo que hubiese deseado y más.-Me alegra mucho Atzhiry, es bueno ver lo bendecida que está siendo.-Gracias- sonrió- ¿Cómo se encuentra la princesa Isabdiella?-Está muy bien- asintió sonriente- el matrimonio también le ha traído mucha dicha, así que digamos que está en una bonita etapa, al igual que tu, irradia luz y energía.-Alabado sea Alá, por la sagrada unión matrimonial.-Amén- respondió la princesa- debo irme, saludos a Hassan, deberían visitarnos en Palacio, alguna vez.-Se
Ivette, miró horrorizada, como su esposo caía a sus pies.-¡Oh, por Alá!- gimió, cayendo de rodillas para sostener la cabeza del príncipe, quien parecía haber perdido el conocimiento.-¡Padre!- gimió Zashirah, corriendo hasta llegar a él y dejándose caer junto a su madre- ¡Padre, abre los ojos!-¡No puedo creer lo dramático que es!- gimió Zahiry, rodando los ojos- ¡Se desmayó por el compromiso!- Shemir, miró con ojos abiertos a sus padres, y luego a Zabdiel, quien negó, en un mudo comunicado de que no se preocupara.-Sólo denle un poco de aire- dijo Isabella- necesita respirar.-Buscaré sales, para ayudarlo a reaccionar- intervino Naiara, saliendo del salón a toda prisa.-¡Padre, por Alá!- decía Zashirah, asustada, mientras daba pequeños golpecitos en su mejilla.-Creo que la noticia ha sido muy fuerte para él- Vanessa se encogió de hombros- siempre pensó en que tardarían muchos años en llegar este momento.-Es obvio que no se esperaba algo como esto- aseguró Nael- ¿Deberíamos levanta
-Personalmente me siento muy agradecida- dijo Naiara- Shemir, por años ha querido a su alteza, así que no debo decir más que; si mi hijo es feliz, yo soy feliz y alabado sea Alá.-Pienso igual que mi esposa- dijo Haimir- nuestro hijo es nuestro mayor orgullo, no hay nada que pidamos a Alá, más que él sea feliz y que nos otorgue larga vida y salud para disfrutar de su felicidad.-Quiero aclarar que... me hace feliz que un buen hombre como Shemir, ame a mi pequeña, es solo que...- su voz se quebró- siempre será eso; mi pequeña.-Lo entendemos, claramente, Alteza.-En vista de los nuevos acontecimientos- dijo Isabella- y si el rey y la reina me lo permiten, me atreveré a sugerir que Naiara y Haimir, puedan ser trasladados a una de las habitaciones pertenecientes a alguna de las Alas, dedicada a los aposentos de la familia.-Por supuesto- aseguró Nael, con una enorme sonrisa.-No, son ustedes muy bondadosos pero, estamos bien donde estamos-Haimir miró a su esposa con ojos enormes.-Por su
Zashirah entrecerró los ojos a los hombres que le hicieron una leve inclinación de rostro.-Buenas noches, Alteza.-Buenas noches. ¿Sucede algo?-No sucede nada, Princesa.-¿Por qué se supone que están en mis puertas?- frunció el ceño- Estás no son las habitaciones del Jeque, son las únicas resguardadas en Palacio.-Son ordenes, Alteza.-Es absurdo, retírense.— les ordenó frunciendo el ceño. -Lo lamentamos- dijo el hombre con la mirada baja- pero no podemos obedecerle, la orden es permanecer resguardando sus habitaciones.-¡Oh, por Alá bendito!- dijo enojada, anticipándose al hecho, de que su padre había hecho aquello.- ¿Órdenes de quién?-De su Alteza, el príncipe Zahir.-Esto es absurdo- dijo indignada- ¿Con qué finalidad?, ¿Cuál es la orden?- el hombre pareció permanecer el silencio, como pensando si debía decirlo o no- ¿Cuál es la orden?-Permanecer resguardando sus habitaciones y...-¿Y?- preguntó conteniendo el enojo.-El joven Shemir, tiene prohibida la entrada a sus aposentos
Después de una noche bastante incómoda, de enfado y frustración, se levantó al alba para abrir los ventanales de sus habitaciones y contemplar a lo lejos la inmensidad del desieto, con los primeros rayos solares haciendo acto de presencia.... un mes, en un mes sería la esposa de Shemir, no pudo evitar que una sonrisa iluminara su rostro, era todo lo que había deseado en su vida, al fin la misericordia de Alá le alcanzaba y la llenaba de dicha... no supo cuánto tiempo pasó allí, pero un llamado a la puerta la sobresaltó.-Zash, soy yo- y sin más entró, su rostro reflejaba sorpresa, Zashirah encaró a su hermana y caminando hasta ella la abrazó. -¿Qué sucede?- preguntó preocupada- ¿está todo bien?, ¿Por qué hay hombres en tu puerta?-No creerás cuando te lo diga- suspiró- padre los envió para que Shemir no entre, y a las habitaciones de él envió otros guardias para que me prohíban el acceso.- Zahiry frunció el ceño, y sus ojos mostraron enojo.-No puedes estar hablando en serio, Zash.-A
****************************************************** Zahiry, salía de la cocina con una taza que contenía algunos dátiles, se le había antojado algo dulce, no tenía nada que hacer aquel día y se sentía muy aburrida, pensó en ir al pueblo pero luego desistió, pensó en leer un poco y casi se queda dormida, caminó por los jardines y volvió a entrar a Palacio, estaba sumamente aburrida, pasó a ver a Vanessa y a Zhamir, el bebé era un hermosura, estaba enamorada de sus regordetes cachetes, pero pronto quiso comer y dormir, así que dejó a madre e hijo a solas, pensó en pedirle a su padre que la llevara de paseo, luego recordó que estaba enojada con él, y la tía Isabella estaba reunida con su madre, sin contar que Zash se había marchado al pueblo con Shemir... por primera vez en su vida, la soledad le abrumaba, se sentía muy sola y aquello no le agradaba. Entonces decidió ir a la cocina por Dátiles, que quizas ayudarían a elevar su ánimo. En cuanto salía, se encontró con Azhohary, la muj
Zashirah y Shemir, llegaron al palacio con el tiempo justo para asearse antes de la cena, tras un rápido beso de despedida, cada uno se marchó en dirección a sus habitaciones. Leisha, le ayudó a prepararse para la ocasión, estaba agotada pero felíz, el día había sido muy productivo en el pueblo y amaba que Shemir se interesará en sus actividades, tanto como para decidir acompañarla. Sé sintió aliviada cuando al llegar a sus aposentos se percató de que los guardias se habían marchado, Se observó en el espejo, su Caftán azul con bordes plateados era precioso, Leisha recogió su cabello en un moño alto, dejando escapar algunos mechones de cabello, que servían para acentuar los hermosos rasgos de su cara. -Está usted preciosa, Alteza- le halagó Leisha, con una enorme sonrisa. - sus ojos brillan de manera preciosa.-Gracias, Leisha- le regaló una tierna sonrisa y al mirarse en el espejo no pudo menos que reconocer cuánta verdad había en aquellas palabras, sus ojos parecían emitir un bril
El corazón de Shemir latió con fuerza contra su pecho ante las ardientes palabras de su princesa, estaba batallando por no rendirse ante el deseo que así como le sucedía a ella, a él también lo consumía. -Es difícil, amor mío, cuando inicias necesitas liberación.-Es lo que quiero- dijo con respiración agitada mientras sus ojos se oscurecian- no sé si me entiendas amor- le besó una mejilla y luego otra mientras le hablaba.- te necesito, te necesito mucho, desde que tengo uso de razón soy tuya- besó sus labios- te pertenezco, entonces ¿Por qué no tomas lo que por derecho te pertenece?-Zash...Zash...-No me reprendas, me haces sentir como una libidinosa, como una descarada, como si solo yo te necesitara.-No sabes lo que dices mujer- la abrazó de la cintura- me muero cada día con las ganas de tenerte y Alá no me dejaría mentir en torno a eso. -Entonces... Es como cuando preparas un gran banquete, debes probar para asegurarte de que todo lo que se servirá está bien.- sonrió y las mano