Marie no puede perdonar el mal trato al que la sometió Mateo, eso es amor propio chicas, no importa cuanto ames a una persona, si con el o con ella te pierdes a ti misma
Marie Moreau Se quedo profundamente dormido y solo despertó en la mañana cuando alguien aporreaba la puerta como si quisiera tumbarla.— ¡Voy, voy! —gruñó al impaciente que llamaba—Buen día. — Con cara de pocos amigos se hizo a un lado para dejar pasar a la molesta Madeleine, tenía mucho tiempo sin verla por acá. —Buenos días, Mateo, gracias por cuidar de mi amiga... —Aún no terminaba de hablar, cuando el malencarado hombre ya le estaba haciendo señas de que bajara la voz— ¿Cómo pasó la noche? —Pregunto entonces en un susurro, preocupada por Marie, admirando al hombre que se veía increíble con el cabello revuelto y sin afeitar.—Marie estuvo muy tranquila —aseguró colocándose los zapatos—Mi padre se entero que fue Sofia, la encargada de decir que mi ex novio y Marie tuvieron algo, él me juro que no, yo no le creí, ya es tarde él se fue lejos para olvidarse de mi. — Me dice en busca de consuelo, yo no tengo ganas de consolar a nadie, cada quien obtiene lo que se merece, yo en el lu
Marie MoreauSalí de la habitación un poco tambaleante, me colocaron un tratamiento por la vena con todos los nutrientes que necesito, pues tenía todos los valores bajos, y he bajado un par de kilos de peso otra vez.Me he sentido triste, pero no he dejado de luchar con uñas y dientes por mis sueños, el único problema es conmigo misma en realidad ¿Qué tanto vale la pena toda esta lucha? ¿Mis sueños me harían sentir plena una vez los logre?, lo único que me mantiene con los pies en la tierra es Joseph, y por el contrario a lo que piensa la gente, él es el sustituto de esa figura paterna que aun necesito en mi vida.—Buen día querida ¿Cómo te sientes?— Me saluda Joseph en la mesa comiendo su desayuno.—Mejor gracias a Dios ¿y tú?— Cuestiona sentándome en la mesa con él.— ¿Resultó buen enfermero mi hijo, pequeña? —bromeó don Joseph para aligerar el ambiente algo tenso, las imágenes de Mateo y yo acostados juntos, llegan a mi cabeza como si fuese una película ¡soy tan estúpida que creí qu
Marie Moreau El domingo es el día libre de las cocineras, por lo que a la una no hay nada que comer y estoy famélica, por lo que saco del refrigerador una pechuga de pollo y la comienzo a hervir, pensando en lo estúpida que fui al beber de esa manera. Si no hubiese estado tan borracha el no hubiese logrado nada conmigo, me reprocho mientras corto papas y zanahorias en cubos para hervirlas en el agua donde ya el pollo está casi listo. Preparo una ensalada con estos ingredientes y me sirvo un generosa porción, esta delicioso, Joseph acaba de salir, que lo invitaron a jugar golf, yo detesto el golf, no sé que le ven las personas a ese juego. —Hola mamá. —Me saluda Mateo apenas entra a la cocina, no respondo a sus provocaciones y continúo comiendo en la mesa de la cocina. — ¿Te comieron la lengua los ratones?— Pregunta con una sonrisa sirviéndose sin permiso de lo que acabo de preparar. —No sabía que cocinabas tan bien. — Me dice, después de probar la primera cucharada de comida. —
Marie MoreauEl lunes cuando voy a trabajar, tanto padre como hijo insisten en llevarme con ellos al trabajo con la excusa de que nos dirigimos al mismo lugar haciéndome sentir incomoda.Mateo me mira amenazante como diciéndome con la mirada, tenemos un trato, a mi me conviene que piense que entre su padre y yo hay algo, para terminar con este tira y afloja que hay entre los dos una vez por todas…El dijo que me dejaría en paz, si yo terminaba mi relación con su padre, dicha relación solo existe en las mentes más perversas.Debo reconocer que tanto don Joseph como yo tuvimos algo de culpa para que así lo pensaran, en el momento que fingimos frente a la madre de Mateo que teníamos algo... ¡Pero solo fue para que ella viera!, que él podía tener a la mujer que quisiera a sus pies.De hecho creo que él no tiene a la que quiere a sus pies porque tiene temor a enamorarse de nuevo.En el caso de Mateo, ese ser nació sin corazón, él nunca ha sentido nada por nadie y tampoco ha demostrado tene
Marie MoreauUna sola semana, dure habitando en mi casa, ¡me tuve que devolver a la mansión! porque Don Joseph, se sintió mal y sentí el deber de ir a cuidarlo.Verlo pálido en una cama, me rompió el corazón, no sé de donde salió ese maldito virus que lo dejo por una semana convaleciente, tuve que ir a una reunión y solo eso me separo de él.Apenas termino la reunión Cristal me avisa que tengo una visita de Inglaterra, solo con decirme eso chillo de la emoción.Cuando voy saliendo encuentro que le han ponchado dos llantas a mi auto ¡Y nadie vio nada! Mateo va saliendo de la empresa y me ofrece el aventón a casa, no me importa ir con él estoy muy feliz.Me subo a su auto, esta semana tuvo un cambio radical en la forma de tratarme, todos los días tiene detalles conmigo que no cambiaran para nada mi decisión de alejarme definitivamente de élApenas, llegamos a casa, Mateo y yo salgo corriendo del auto como una niña con juguete nuevo, Albert, sale a la entrada de la casa y yo salto encima
Marie MoreauHay cambios significativos en la conducta de Mateo, pero que me resultan demasiado sospechosos y yo no soy ninguna tonta para pensar que una persona cambia tan rápidamente de la noche a la mañana.Durante esta semana, se comporta muy amable conmigo, incluso me pidió disculpas por haberme juzgado mal, por supuesto que le dije que todo quedo en el olvido con una sonrisa como si pudiera olvidarlo fácilmente, ese perdón fue de la boca para afuera.A la hora del desayuno, me encuentro con Albert en el pasillo nos saludamos y caminamos juntos hasta el comedor, en la mesa se encuentra solo Don Joseph, esperando que le sirvan la comida—Buenos días, querido Joseph. —Al otro día, Marie se presentó a la mesa del desayuno con actitud renovada y de mejor ánimo.Antes de tomar asiento junto don Joseph, le dio un beso en la mejilla —Buenos días, pequeña. ¿Qué tal tu noche? ——Regular, ¿y la tuya? —preguntó sin dejar de mirarlo en tanto extendía la blanca servilleta de lino sobre sus pie
Marie Moreau¡El mejor hotel!, casi pego un grito al ver que el mejor hotel de esta comunidad rural, solo tiene diez habitaciones y nueve están ocupadas.Por lo que tuve que compartir habitación con Mateo, el veía de arriba abajo todo el lugar asqueado, por la humildad del lugar, por mi parte no estoy acostumbrada a estas condiciones, tenemos que compartir el baño con otras personas y la comida se sirve a una hora especifica, si no estás allí no comes.Las calles no están pavimentadas, es como entrar a otra época, el acceso en auto es casi imposible, por lo que desde el aeropuerto fuimos trasladados por una camioneta rustica, sinceramente no pensé que nuestra estadía fuese tan difícil y solo era el principio.—Buen día señorita, espero la estadía sea de su agrado. — Me dice la dueña del lugar atendiéndonos personalmente, mientras me entrega las llaves de la habitación, el lugar por lo menos está limpio, medito al entrar al pequeño espacio, lo que predomina en el lugar en la cama matr
Marie Moreau—Conozco perfectamente la forma de pensar de los hombres de este lugar y creo que es hora de cambiar las cosas por aquí, en esta casa mando yo Luis y si no te gusta te puedes marchar por donde viniste. — Le dice Esperanza al hombre conflictivo.—Si le hacen caso a esta mujercita, solo traerá desgracia, conozco perfectamente a las mujeres como ella. — Dice, el que ahora se llama Luis.—No señor no creo que conozca mujeres como yo, si así fuese este lugar fuese un lugar diferente. — Continúo con la discusión—Le repito señora, será mejor que se vaya por donde vino, yo soy el menor de sus problemas aquí.— Me dice el sentándose a comer como si nada, yo tomo asiento también y como si estuviera comiendo tierra, Mateo esta alerta, lo sé por su postura rígida y sus ojos como un depredador a punto de atacar a su presa.—La gente va levantándose de la mesa y cuando me dispongo a hacerlo la señora Esperanza me pide un momento a solas——Yo la sigo en silencio a la cocina. —Debes ten