Pues el se dejo llevar por los chismes de Sofia...
Mateo Acosta Su cuerpo le exigía hacerla suya antes de perderla, estar dentro de ella y dejarse llevar por sus deseos y anhelos aunque solo fuese una vezDecidido a llevarla al límite, abrió un pequeño espacio entre los cuerpos para mover sus manos con libertad, amasó los pechos con gula mientras sus oídos se regocijaban con los gemidos sensuales de la chica entre sus brazos. Dejó a cargo de sus labios la tarea de acariciar la tersa piel que asomaba por el escote y a sus dientes jugar con las aureolas que se dibujaban por debajo de la tela.Sus manos siguieron el recorrido hacia abajo, una se posó en el trasero redondo que antes recibiera su castigo, para hacer presión contra él y la otra se coló por debajo de la falda para acariciar la piel interna de los muslos.Cuando Marie impulsó su cadera hacia él, lo tomó como una invitación para ir más adelante. Con los dedos logró sortear la ropa íntima que se sentía pequeña y delicada, hacer contacto con el centro de su deseo Marie jadeó e
Marie Moreau Entre gemidos se revolvía en la cama y suplicaba por que la tomara, Mateo, obediente, se alzó sobre sus rodillas, se acomodó entre las piernas de Marie y metió las manos bajo su trasero para mejorar el ángulo con el que ambos firmarian un antes y un despues en sus vidas.Pero algo que ninguno se esperaba sucedió, Marie pegó un alarido involuntario de dolor y Mateo descubrió que acababa de desflorar a Marie, ella era virgen, cosa que el jamás se imagino.. — ¡Pero qué diablos! ¿Cómo es posible que tú... que yo...? —Entre balbuceos, incoherentes, la primera reacción de Mateo fue quedarse estático,—. ¿Por qué demonios me hiciste creer que eras de todos? — planteó rígido como una estatua sobre sus brazos.A Mateo le tomó unos segundos asimilar lo que estaba sucediendo, justo entonces empezó a deslizarse hacia afuera, pero Marie roto sus caderas con las piernas, emitiendo un suave gemido en el proceso.¡Dios!.— Gimió el sin moverse, pero era muy tarde para deternerse—Mateo
Mateo AcostaPasaba de media tarde cuando Mateo pensó que ya era hora de buscar a Marie para acordar la fecha de la boda, no podía darse el lujo de que el acostón tuviera consecuencias y los envolviera el escándalo.Al no verla en el comedor, preguntó por ella a Cristal, pero esta tuvo a bien recordarle que, según sus indicaciones, nadie debía despertarla.Pero eso no era aplicable para él, que ya se sentía en total control de la situación como para lidiar con lo que le arrojara ella.Impaciente por finiquitar el trámite, Mateo tocó a la puerta en repetidas ocasiones sin recibir respuesta, por lo que se decidió a entrar.La habitación se encontraba sola, la cama deshecha casi como cuando se marchó la noche anterior, aunque el desgarrado vestido dorado no se encontraba tirado en el piso.Sin entender por qué, sintió cómo se iba instalando en su pecho una pesadez que le impedía respirar con libertad, paseó la mirada por su alrededor y luego procedió a abrir cajones.Notó que no faltaban
Marie MoreauUn mes después que despertara el señor Joseph, comenzó un largo proceso de recuperación, no tuvimos cabeza para nada en ese tiempo, Mateo insistió en que me alejara de su padre, pero no tuve corazón para hacerlo, el señor me llamaba constantemente y Mateo accedió que continuara visitándolo, a que nuestra relación se volvió tan cercana como la de un padre a una hija, aunque la gente comenzó a pensar otra cosa.Como sea ya estoy acostumbrada a que las personas piensen lo peor de mi, hasta Madeleine se ha alejado de mi, después que alguien se encargara de esparcir todo tipo de rumores sobre mí, su familia es muy estricta y capaz me vean como una mala influencia para ella, la llame en varias oportunidades, pero no me respondió…Me di por vencida, quiera bien y si no me quieren bien también, no voy a sufrir por nadie mas.Ya sufrí suficiente, y lo hice por quien debía, nadie me va a devolver a mi padre con él, murió una parte de mi misma.El tiempo pasó rápidamente, los días se
—Ya me siento mejor, ha sido solo un pequeño mareo. —Lo miró con sus grandes ojos flotando en su rostro aún pálido—. Si ese café con leche es mío, me lo tomaré de inmediato, no he desayunado. —Confeso tomándolo con dedos temblorosos aceptó la taza que don Joseph presto le entregó, sin ver los ojos grises del más joven que no dejaba de mirarla.—Aprovechando que su padre y ella parecían haberse olvidado de él, regresó a su asiento y se dedicó a observarla con detenimiento, su figura la percibía mas voluptuosa que antes mucho pecho, mucha cadera y unas lindas piernas… ¡Wow! Esas piernas siempre lo habían vuelto loco—Lo que sí era definitivo, es que tenía de más para engatusar a un hombre de la edad de su padre.—Papá, debo retirarme, tengo algunos asuntos que urgen mi atención. ¿Qué te parece si cenamos esta noche en casa? ——Claro, hijo. Me encanta la idea de que cenemos juntos, te he extrañado mucho, gracias a Dios tengo a Marie conmigo, no sé qué haría sin ella—comentó con total in
Mateo Acosta — ¿Te pasa algo, hijo?, te noto taciturno. —Le dice Joseph, observador al notar como Mateo se quedo en silencio, después que Marie salió por la puerta. —Son ideas tuyas, papá, estoy bien. Sí acaso un poco cansado; la construcción de la nueva sucursal me tiene absorto.—Se movió incómodo en su asiento, no pensó que fuera tan obvio a los ojos de sus padre, es un hombre tan sagaz como lo era antes del accidente ya hace seis años, además de un milagro andante para la ciencias medicas. — ¿Qué te parece si mejor me cuentas un poco de ti? Hace mucho que no conversamos acerca de tus proyectos —sugirió Mateo para dejar de ser el foco de atención de su observador padre, también le serviría para enterarse o más bien para saber que tan enamorado estaba de Marie su padre... — ¿Qué te puedo decir de nuevo? —Don Joseph apoyó el codo en el escritorio y se tomó la barbilla, pensativo. —.los proyectos que iniciaron hace un mes y mis compromisos sociales van excelente todo gracias a Mari
Marie Moreau —Mi querido, don Joseph, que guste verte por fin; tenía semanas detrás de tu secretaria para que me consiguiera una cita contigo. —En cuanto se puso cómoda en el sillón frente al escritorio, la impecable Sofia declaró con una falsa sonrisa, cruzando sus kilométricas piernas—Lo sé, de hecho, yo también necesitaba hablar contigo, pero hasta ahora fue posible —Aclaró sin inmutarse por el verdadero asunto que lo molestaba.—. Quiero mostrarte estos documentos; son el resultado de una investigación que solicite hacia tu persona—Don Joseph admiró el temple de la mujer su rostro permaneció ecuánime, aunque la vena pulsante en su sien la delataba— En ellos encontré pruebas de todas las calumnias que has levantado en contra de la señorita Marie, lo que la ha afectado a nivel personal y profesional, conoces mi poder, la calumnia se paga con cárcel ¿lo sabías?—mintió con deliberación Joseph quien es abogado y por eso podía mentirle sobre las leyes sin inmutarse.—No es lo que us
Marie Moreau Se quedo profundamente dormido y solo despertó en la mañana cuando alguien aporreaba la puerta como si quisiera tumbarla.— ¡Voy, voy! —gruñó al impaciente que llamaba—Buen día. — Con cara de pocos amigos se hizo a un lado para dejar pasar a la molesta Madeleine, tenía mucho tiempo sin verla por acá. —Buenos días, Mateo, gracias por cuidar de mi amiga... —Aún no terminaba de hablar, cuando el malencarado hombre ya le estaba haciendo señas de que bajara la voz— ¿Cómo pasó la noche? —Pregunto entonces en un susurro, preocupada por Marie, admirando al hombre que se veía increíble con el cabello revuelto y sin afeitar.—Marie estuvo muy tranquila —aseguró colocándose los zapatos—Mi padre se entero que fue Sofia, la encargada de decir que mi ex novio y Marie tuvieron algo, él me juro que no, yo no le creí, ya es tarde él se fue lejos para olvidarse de mi. — Me dice en busca de consuelo, yo no tengo ganas de consolar a nadie, cada quien obtiene lo que se merece, yo en el lu