LA VIDA DE CASADOS NO ES FÁCIL...y SI MARIE TIENE RAZÓN CON ELLA SE COMPORTO DE UNA FORMA Y CON ESA VERÓNICA DE OTRA...
Marie Moreau Desde ese día de la discusión estamos durmiendo separados y la niñera sigue aquí, se sonríe cuando paso, porque Mateo, no le importo imponer su voluntad y ponerla por encima de mí. No soporto para nada esta situación, siento que no hay vuelta atrás, por lo que decido dejar de sufrir y alejarme, necesito irme de acá lo más pronto posible, como él lo dijo, no soy la madre de Camila, y no tengo ningún derecho sobre ella… A las cinco de la mañana, después de toda la noche sin dormir, recojo dos maletas con lo necesario y mis documentos, me vestí lo mejor que pude, me maquille para disimular las ojera, no quiero que Mateo me vea salir derrotada. Bajo con una mis maletas, y Mateo al verme se le desorbita los ojos, casi ni hablamos en estos días y me siento despreciada— ¿A dónde vas?— Me pregunta cuando bajo con las maletas. —Te lo dije, que era ella o era yo, tú escogiste. — Le digo dando media vuelta para ir por mi otra maleta, el se queda estático por un instante, mientr
Marie MoreauHa pasado un mes desde las discusiones que por poco acaban con mi matrimonio, respiro profundo y me miro frente al espejo, hoy iré a una cena en la casa de don Joseph, con Mateo, no puedo evitar sentirme incomoda ante él, pero no puedo guardarle rencor toda la vida.Es el padre de Mateo, y es una buena persona, todos cometemos errores, pero los errores se pagan caros, en nuestra relación algo se rompió, en el momento que él se decidió por Alice…¿Éstas lista?— Me pregunta Mateo, entrando a la habitacion, estoy sentada frente al espejo, me levanto después de respirar profundo con resignación—SÍ. — suelto simplemente, fingiendo una sonrisa.—Espero que todo mejore entre ustedes dos. — Me dice el mirándome a los ojos y sosteniendo a Camia entre sus brazos—Yo también— Admito, aunque la verdad no creo que las cosas sean igual que antes.Subo al auto en silencio, y miro hacia la ventana, no quiero hablar y además tengo malestares que me hacen sospechar que estoy embarazada, la
Marie Moreau. Me envían una foto a mi teléfono a primera hora, y no puedo creer lo que veo, Mateo esta acostado en la cama con una mujer y están cubiertos por una sabana. ¡Espere cualquier cosa de Mateo! Pero esto es algo asqueroso, no puedo creer que me hiciera esto. —Eres una ilusa que pensó que el cambiaria por ti. — Me dice un mensaje de texto, no vale la pea estar discutiendo, por lo que bloqueo a la persona que me está escribiendo, no sé como reaccionare cuando vea a Mateo de frente. —Me siento tan mal que debo sostenerme de la pared, el no me merece, el no merece una sola de mis lagrimas. Le reenvió la foto al teléfono de el— Con un mensaje de quiero el divorcio. — —El me responde inmediatamente. — Las cosas no son lo que parecen, hablamos más tarde. — ¡Estoy hiperventilando y él se atreve a decirme que hablamos más tarde!, no yo no pienso tenerlo de frente y darle la oportunidad de que haga conmigo lo que le dé la gana. Tomo mis documentos y mi auto, solamente y salgo de
Mateo AcostaMateo se dejó caer en la cama, que todavía olía a Marie, con la cabeza gacha y las manos en el rostro. De su garganta emergió un ronco gemido que hablaba del dolor que le ocasionaba su estupidez.Tenía que dejarla ir, si ella había sido tan infeliz a su lado, tenía que dejarla ir, pero es más fácil decirlo que hacerlo, tal vez no supo demostrar su afecto lo suficiente, cayo de error en error con ella, y es que no sabía cómo actuar,Dejo de lado la botella, no podría actuar de forma tan estúpida tomo la carta que Marie le escribió a Madeleine y llego hasta la casa de ella——Señor Acosta que sorpresa, tenerlo nuevamente en este hogar. — Me saluda la madre de Madeleine que siempre insistió en que haríamos una hermosa pareja—Gracias señor Diana, vengo porque necesito hablar de forma urgente con su hija. ——Ya se la mando a llamar de inmediato. — Dice ella Trato de mantenerme sereno, pero de verdad que siento que eso es algo imposible.—Gracias señora. — Le respondo y ella t
Marie Moreau de Acosta.Durante toda la celebración, nos comportamos como completos extraños, Mateo me susurra con la niña en los brazos— Te espero en la casa. —Trato de sonreír, pero estoy muy nerviosa, no sé que estaba pensando en el momento que acepte ese trato, quisiera detener las horas del reloj, no porque no desee a Mateo, es porque tengo miedo a las reacciones de mi propio cuerpo ante él.A las diez de la noche quedan pocos compartiendo y yo ni siquiera puedo tomar algo de licor para calmar el miedo que siento.Manejo hasta la casa que compramos juntos Mateo y yo, mi estomago se encuentra como si tuviese un nudo, creí que ya no quería ir, a verme, no sé lo que pensé, mi vientre se nota un poco pronunciado pero nada del otro mundo, cualquiera puede pensar que estoy un poco gorda.Sé que tal vez estoy actuando de forma egoísta al no compartir con Mateo la noticia de mi embarazo, pero a él con Camila le basta y le sobra.Respiro profundo estacionando mi auto frente a la casa, me
Marie Moreau Los meses pasan y cuando estoy entrando al octavo mes, me encuentro resignada, tomo los papeles del divorcio en mis manos y en compañía del abogado, entrego en el tribunal. Apenas el juez me ve, lo hace de forma reprobatoria, ningún juez de este país, te otorgara el divorcio en ese estado de gravidez. — Me dice con dureza. — No veo a mi esposo desde hace cinco meses, no le importo, en lo absoluto este matrimonio no tiene caso así tenga un hijo con el. — Le respondo — Su abogado, sabe perfectamente, que el estado se encarga de proteger a los niños, por lo tanto el niño debe nacer dentro de un matrimonio legitimo, el divorcio lo otorgare una vez nazca la criatura, debe traer nuevamente los documentos en ese momento. — Me dice el serio. — No puede hacer eso, — Le respondo levantadme alterada... — Ningún juez, le otorgara el divorcio, debe esperar a que nazca la criatura. — Me dice él y comienza a hablar con su asistente ignorándome, no soy estúpida, lo que quiere
Marie MoreauNo es lo mismo invocar a diablo que verlo, literalmente quede sin aliento, ni siquiera me ha tocado o se me ha acercado, ¡Estoy impresionada! Con el cambio físico de mi esposo, mi estomago se contrajo de forma dolorosa.Esta enojado y yo como loca deseando probar sus labios, totalmente derretida, nunca he sentido nada parecido con Michael, a pesar de su esfuerzo no logra entrar en mi corazón de la forma que yo quisiera, lo quiero, pero nunca he logrado amarlo y mucho menos desearlo.Fue un alivio para mi, cuando el doctor nos dijo que no podíamos tener intimidad, porque el bebe estaba muy bajo y podíamos adelantar el parto, me alegre aunque no lo demostré, el solo imaginar a otro hombre que no sea Mateo poseyéndome, me incomoda.— ¿Cuándo pensabas decirme que estabas embarazada de mi?— Me pregunta con dureza, mientras Camila se abraza a su pierna desconociéndome, esta preciosa, su cabello ha crecido demasiado, se ve perfecta.— Dijiste que tenias suficiente con Camila. —
Marie Moreau — Abro la puerta y esta descalzo y solo lleva puesto el pantalón, su cuerpo esta dorado por el sol y los tatuajes en su cuerpo, me hacen babear, se ve como todo un bat boy. Está hablando por teléfono de espaldas a mí y escucho que dice – Yo también te extraño, Alexandra.— Inmediatamente me dan ganas de vomitar, sé que le tiene derecho a rehacer su vida, pero está tratando de limitar la mía, y eso no lo voy a permitir, así sea Mateo, el único hombre que he amado en mi vida. — Mateo Acosta Las cosas no salen como yo esperaba, salgo en shock de esa oficina, no esperaba ser padre de nuevo, no puedo creer lo cruel que fue Marie al ocultarme a mi hijo, ¡es mi hijo, ella no tenía derecho a hacer lo que hizo! Llevo a desayunar a Camila y no pruebo bocado, me siento tan mal que vuelvo al hotel, me obligo a entretener a Camila hasta al mediodía, le doy su baño y luego le doy su almuerzo, en ese momento me obligo a comer algo, la acuesto a dormir y le mando un mensaje a Marie