Dicen que la curiosidad mato al gato, eso es probablemente lo más acertado que he escuchado en mi vida. Sin saber porque estaba pensando tantas pendejadas en vez de componer una nueva canción me puse de pie. Llevaba cuatro horas encerrado en mi estudio tratando de llegar a un acuerdo con el piano, cosa que fue imposible.

¿Porque tenía que estar pensando en ella todo el tiempo? Era absurdo.

—Me iré a correr por el parque —resolví.

Necesitaba despejar la mente, el mes se me había hecho eterno sin verla.

—¿Por qué eres así? —Me pregunte mirándome al espejo.

De forma rápida me bañe y me cambie a ropa deportiva. Eran las cinco de la tarde y el clima estaba fresco. Llegando al parque, inicie con los calentamientos.

Anabel

Llegar a mi ciudad era reconfortante. Llámame loca pero el ruido de los automóviles y el alboroto de las personas forman parte de mí, de lo que verdaderamente soy.

Con maletas en mano, camine por el parque. Mi intención era tardarme todo lo necesario para que mis padres sa