Pasaron las horas y mientras Sebastián se encargaba de preparar todo sobre el funeral yo estaba en mi habitación sentada en la cama con una mirada al vacío y con el alma destrozada. No quería que nadie me viera así, por lo que les dije a todos que me dejaran a solas al menos hasta que los asesinos enviaran la dirección.
Al estar revisando mi teléfono para estar lista en el momento que enviaran la dirección pude ver los mensajes que mi padre me había mandado en la mañana y que nunca abrí los mensajes. Así que al abrir el primer mensaje pude ver que eran puros números y letras que no tenían algún significado y que parecía ser algún código, pero no sabía qué significaba.
Al leer el segundo mensaje vi que solo decía “Úsalo solo una vez.” Viendo que de nuevo no sabía a qué se refería mi padre. Todo era confuso ya que los siguientes mensajes tampoco tenían algún sentido por lo que no les hice caso, pero en el momento que iba a suspender mi teléfono pude ver que el último mensaje parecía tener un código, pero era más unas coordenadas. En ese momento me paré lo más rápido posible y me dirigí a mi ordenador y al poner las coordenadas que venían en el mensaje pude ver que pertenecían a un edificio en la ciudad de Los Ángeles. Al ver esto no entendía nada, pero sabía que era algo importante y que tal vez era una pista del porqué asesinaron a mi padre y a mi madre y
necesitaba averiguar que había en aquella dirección. Mientras volvía a leer los mensajes que mi padre me había enviado, un mensaje apareció frente a la pantalla “Tu hermano se encuentra en el lugar que siempre estás todos los días.”
Al terminar de leer aquel mensaje sabía a qué lugar se refería… se trataba de la universidad solo que no sabía exactamente a qué lugar se referían, pero ya lo iba averiguar en estos momentos. Rápidamente salí de la habitación tomando mi teléfono y sin más bajé las escaleras encontrándome con Sebastián, por lo que al verme solo pudo entender que ya era hora de recoger a mi hermano.
Carlos sale del despacho de mi padre y me mira por un momento, por lo que él solo abre la puerta y espera a que yo salga dándome cuenta que estaba atrás de mí siguiéndome el paso.
- ¿Qué haces Carlos? – Pregunté mientras llegaba al auto y abría la puerta.
-En verdad ¿Creíste que iba a dejar que fueras sola? – decía mientras esperaba que le abriera la puerta.
-Es peligroso que vengas conmigo, así que por favor solo quédate.
-Tengo más razón al no dejarte ir sola, si es peligroso yo puedo ayudarte, además tú no estás sola y no voy a dejar que te pase algo.
Al escuchar que no estaba sola permití que él me acompañara y mientras conducía hacía la universidad Carlos estaba en silencio al igual que yo, esperando que mi hermano estuviera bien y no tuviera algún daño.
-Es demasiado sospechoso que dejarán a tu hermano en la universidad. – dijo Carlos mientras yo miraba al frente y veía como el tráfico hacía que tardamos más en llegar.
-Hay muchas cosas que son sospechosas, pero en este momento lo más importante es tener de vuelta a mi hermano.
Al ver que ya podía seguir conduciendo vi a lo lejos que la universidad estaba cerca y que debía apresurarme y al ver que ya habíamos llegado al estacionamiento vi como estaba un auto aparcado, por lo que se me hizo raro ya que era tan tarde que no debía de haber alguien en la universidad. Carlos también estaba sorprendido al ver que estaba ese auto, por lo que solo él se quedó inmóvil y yo solo lo ignoré ya que en esos momentos no me importaba nada más que mi hermano.
Después de estacionarme y bajar del auto veía como Carlos estaba nervioso y angustiado por el auto que estaba a lado nuestro. No vimos a nadie dentro del auto, por lo que solo empecé a caminar y a observar mi alrededor esperando encontrarme con mi hermano. Pasaron los minutos y no veía nada hasta que se acerca a nuestro salón de clases y pude ver como estaba mi hermano recostado en el piso, por lo que solo pude correr hasta él. Dándome cuenta que él estaba inconsciente y que tenía sus manos amarradas. No quería lastimarlo por lo que solo llamé a Carlos para que me ayudara a cargarlo hasta el auto.
-Ayúdame Carlos. – dije mientras él se acercaba para tomarlo entre sus manos y llevarlo hasta el auto, al llegar al auto nos dimos cuenta que el otro auto ya no estaba, pero eso no me estaba importando.
Al abrir el auto y poner a mi hermano en el asiento trasero, Carlos se subió y mientras yo le daba un beso en la frente a mi hermano pude sentir una tranquilidad al tener de vuelta a Jade.
Me subí al auto y mientras lo encendía le pedí a Carlos que le avisara a Sebastián que todo había salido bien, para que preparara a un médico ya que nos dimos cuenta que Jade tenía golpes en sus manos y no sabíamos en qué condición se encontraba.
Al ir manejando me percaté de que un auto nos estaba siguiendo y que era el que se encontraba en la universidad, por lo que Carlos se preocupó y yo empecé a manejar cada vez más rápido. Al dar vuelta en una avenida vimos como el auto se acercaba cada vez más y que no pensaba dejarnos ir. Estaba muy nerviosa y preocupada ya que no quería que sucediera un accidente o algo peor.
Pero al estar a unos metros de la gran casa escuchamos como estaban disparando dando como objetivo al auto. Aceleré lo más que pude hasta llegar a la casa y cerrar rápidamente para que no entraran. Al parar el auto vi como Carlos no se movía ni decía nada, por lo que al ver como estaba vi como tenía mucha sangre en la parte de su estómago. Así que me di cuenta que uno de los disparos le había dado y no sabía qué hacer en esos momentos.
Baje del auto lo más rápido que pude para ir con Carlos ya que estaba sangrando mucho, Desgarre mi bruza para tener un pedazo de tela y así parar el sangrado. En esos momentos sale Sebastián de la gran casa y ve lo que estaba pasando.
-Trae al doctor, le han disparado en el abdomen y no deja de sangrar. – decían mientras seguía manteniendo presión en la herida y veía como Carlos seguía inmóvil y no decía nada.
-Tranquilo Carlos, no dejaré que te pase algo más. Te salvaré. – decía mientras veía que Carlos empezaba a reaccionar y mientras solo me miraba ponía una sonrisa.
-Daniela… en verdad tu vida ya no es aburrida. – decía mientras me ayudaba a mantener la presión.
- ¿Dónde está el doctor? – Preguntaba mientras veía que un doctor salía corriendo hasta llegar a nosotros analizando la situación y viendo que podría hacer.
-Señorita Daniela necesito que siga manteniendo presión, hasta que una ambulancia llegue. Tengo que meterlo a cirugía.
Al tener como estaba Carlos recordaba que tal vez esos hombres seguían atrás de la puerta y no iban a dejar que la ambulancia llegara a nosotros.
-Sebastián necesito que llames a la policía y les digas que unos hombres nos han venido siguiendo y que lograron disparar cuando estábamos a punto de llegar. Pueden que sigan detrás de las puertas.
-Enseguida llamó. – dijo mientras veía cómo se iba a para poder llamar y mientras él lo hacía miraba si Jade se encontraba bien.
-Doctor necesito que cheque si mi hermano se encuentra bien. Desde que lo recogimos no se ha despertado y estoy preocupada.
-Enseguida lo reviso. -decía mientras empezaba a medir su pulso y checar como se encontraba.
-Señorita creo que le inyectaron un sedante, por las marcas que tiene en el brazo puedo ver que le inyectaron alguna sustancia. Pero por otra cosa su hermano está bien. Saber que le inyectaron cuando lo llevemos al hospital y lo vea debidamente.
Al escuchar sus palabras sabía que en verdad algo le habían hecho y necesitaba que la ambulancia llegara lo más rápido posible. Pero sentía que el tiempo pasaba muy lento y si no se apresuraban en llegar Carlos podría morir y eso no lo permitiría.
-Señorita he llamado a la policía y le explique la situación. Ellos llegarán en unos minutos así que solo debemos de esperar.
-No tenemos tiempo para esperarlos, si esos hombres están ahí la ambulancia no podrá entrar.
-Señorita si esos hombres siguieran ahí ¿no cree que ya hubieran querido entrar? – preguntaba Sebastián mientras yo seguía manteniendo presión y hacía que Carlos no perdiera el conocimiento.
-Pasaron los minutos y escuchamos como la ambulancia estaba esperando entrar, pero antes de que lo hicieran le pedía a Sebastián que cambiara mi lugar con él ya que tenía que entrar al despacho de mi padre y abrir la caja fuerte donde estaba un arma.
Al salir de nuevo de la casa le pedía al doctor que ayudará con la presión mientras Sebastián abría la puerta. Viendo como la ambulancia entraba y bajaban unos paramédicos acercando todo el material para ayudar a Carlos.
Mientras lo subían a la ambulancia el doctor les explicaba que también debíamos de llevar a Jade, ya que aún no sabíamos que le habían inyectado y era importante descubrirlo. Aún no llegaba la policía y no estaba segura si en verdad estábamos a salvo así que antes de que
la ambulancia saliera, yo salí para verificar que no estaba aquel auto y mientras lo hacía pude ver que la policía estaba llegando por lo que mejor escondí el arma que llevaba.
-Señorita es hora de llevar al joven Carlos al hospital, no debemos de perder el tiempo.
Sabía que no debía de perder el tiempo por lo que mejor le pedí a Sebastián que les pidiera a los oficiales que nos escoltó al hospital, necesitamos que nos brinden seguridad aún no sabemos si esos hombres podrían aparecer de nuevo. Sebastián asintió y mientras me subía a la ambulancia con Jade y con Carlos podía ver que mis manos estaban llenas de sangre y en verdad seguía angustiada por todo lo que estaba pasando.
Al llegar al hospital los médicos atendieron a Carlos tan pronto como llegamos, y mientras veían la condición de mi hermano uno de los doctores me pedía que esperara en la sala de espera, pero le dije que no era necesario ya que debía de ver cómo estaba el estado de mi hermano.
Después de hacerle varios exámenes el doctor que estaba a cargo me dijo que solo estaba bajo los efectos de un sedante y que su cuerpo estaba totalmente bien excepto por los golpes que tenía en los brazos. Al oír que estaba en buen estado pude tranquilizarme.
-Desperrará en unas horas, así que no debe de preocuparse. – decía el doctor mientras se retiraba y me dejaba a solas con Jade.
Mientras veía como dormía entendía que debía protegerlo sin importar el precio. Pasaron las horas y veo como se acerca el detective que me había hecho la peor llamada de mi vida.
-Señorita Daniela me alegro que su hermano ya se encuentre con usted, pero ¿Cómo es posible esto? Necesito que me responda a varias preguntas que tengo para usted. - decía mientras me señalaba que debía alejarme de mi hermano para poder conversar sin ninguna distracción.
-Voy con usted detective si solo deja a alguien cuidándolo. – dije mientras el detective le pedía a un oficial que cuidara de Jade mientras nosotros conversamos.
Al estar frente al detective sabía que debía de responder a muchas preguntas, pero en ese momento llegó el doctor que había operado a Carlos, por lo que solo pude acercarme al doctor para preguntar cómo se encontraba Carlos.
-El joven Carlos ya no se encuentra en peligro, está todo bien. Pudimos sacar la bala sin afectar algún órgano así que en estos momentos se encuentra en cuidados intensivos. En unas horas usted podrá visitarlo.
-Muchas gracias doctor. – dije mientras el detective me miraba asombrado y el doctor se retiró dejándome de nuevo con el detective.
-Necesito que encuentre a los hombres que hicieron esto. – dije mientras lo miraba fijamente.
-Necesito que me cuente todo lo que ha pasado.
Después de contarle como me habían contactado los asesinos y el trato que hice con ellos pude entender que lo que me había dicho se estaba cumpliendo y que en verdad iba a ir tras de mí, por lo que al explicar todo lo que sucedió el detective estaba cada vez más intrigado y preocupado por mi seguridad.
- ¿En verdad va a soportar que la gente quiera acabar con usted?
-Si es por la vida de mi hermano estoy dispuesta a sufrir cualquier daño aún si tengo que dar mi vida. Pero no daré mi vida tan fácil, no antes de descubrir y a hacer pagar a los asesinos de mis padres. Daré mi vida y mi tiempo para acabar con ellos.
Pasaron varias horas hasta que Jade despertó aterrado y gritando. Por lo que rápidamenteme acerqué a él y lo abracé diciéndole que todo ya estaba bien y que estaba a salvo.-Hermana en verdad tenía mucho miedo. Decía Jade mientras seguía aferrándose a misbrazos.-Lo sé, pero ya todo está bien y no dejaré que nada malo te pase. – dije mientras le daba unbeso en la frente y veía como Sebastián llegaba y preparaba todo para que dieran de alta aJade.-Hermana nuestros papás ¿Dónde están? – preguntó mientras yo no sabía que contestar yaque aún no aceptaba el hecho de que ya no estuvieran con nosotros.-Nuestros papás… están en el cielo y no regresarán Jade. – dije mientras veía como Jadeempezaba a llorar ya que entendía el significado de mis palabras.-Hermana ¿tú me dejaras solo? – Preguntaba mientras me miraba fijamente mientras seguíallorando.-Yo jamás te dejaré, siempre
- ¿Estás loca Daniela? ¿Por qué quieres reunirte con ese hombre? Acaso no sabes que espeligroso estar cerca de él.-Sé que él es alguien peligroso, pero era amigo de nuestro padre y necesito su ayuda enestos momentos. – Él solo se quedó inmóvil por unos segundos. – Ahora entiendo por qué lo asesinaron. – decía él mientras volvía a tomar su teléfono.- ¿A qué te refieres?-Si estaba involucrado con aquel hombre, no me sorprendería que estuviera involucrado ensus negocios y es por eso que lo asesinaron junto a tu madre. – Mientras él decía aquellaspalabras mi mente se quedó en blanco y no podía creer lo que él estaba diciendo.-Mi padre jamás haría ningún negocio ilícito, ni mucho menos haría algo que nos pusiera en peligro.- ¿Estás segura? Recuerda toda la gente que lo odia y daría lo que fuera por que ustedessufrieran.-Lo dices por qué ¿tú piensas eso?-Daniela…
Mientras veía como la enfermera cambiaba mi vendaje no dejaba de pensar en la seguridadde Jane y el cómo estaban las cosas en el exterior, por lo que solo estaba esperando que elseñor Smith llegará y me ayudara a salvar lo único que me queda.Al ver que las horas pasaban me di cuenta que él no iba a llegar por lo que me iba a dar porvencida, pero en esos momentos veo como un hombre entra a la habitación y al verlo supeque no había vuelta atrás.-No puedo creer que estés en ese estado. – decía mientras me miraba y se paraba enfrentede mí.-Sé que es lamentable mi estado, y es por eso que necesito de su ayuda señor Smith. Necesito que usted me dé su apoyo y sobre todo su seguridad. Mucha gente está detrás demí y temo que mi hermano pague por eso.Al decir eso él solo me observo y no dijo nada por un momento, no sabía que estabapensado ya que se miraba cansado y con una mirada vacía y llena
Al recordar todo eso mis lágrimassalían de nuevo y sin darme cuenta me desplace hasta el suelo mientras bajabacuidadosamente vi como una foto de mi familia se caía y se rompía.Al ver que el retrato estaba roto no aguantaba ver que mi familia se había destrozado solovino a mi mente la voz de los responsables de destruir a mi familia.-Voy a encontrar a los responsables de su asesinato. Se los prometo papá y mamá. – decíamientras recogía la foto entre los vidrios del retrato.Después de calmarme y enfriar mi cabeza tome una muda que ya Sebastián ya habíapreparado para mí, que era un vestido negro y unas botas negras. No tenía ganas demaquillarme así que solo me vestí y tomé mi bolso que tenía ya preparado.No quería salir de mi habitación, pero necesitaba hacerlo ya que si no lo hacía no iba allegar al funeral y aunque me dolía ir a ese lugar debía hacerlo. Limpiando mis lágrimassalí y vi
Al ver que Jade ya estaba muy cansada le pedí que nos llevará a la gran casa, ya queteníamos que descansar y para que me encargara de los asuntos de la sede, ya que no habíatenido la oportunidad de buscar la forma de seguir con todo lo que conllevaba. Pero no ibaa tener tiempo para encargarme de ella, por lo que tendría que buscar a alguien que sehiciera cargo, pero la única persona que vino a mi mente era mi medio hermano. Aunqueaún no sabía si era lo correcto, ya que como él no había dicho tantas veces, él nos odiaba yno quería saber nada de nosotros, pero la única opción que tenía en estos momentos.Así que después de pensarlo por un momento y al estar sobre mi cama decidí llamarlo, yaque desde el atentado contra mí no supe nada de él, solo podía recordar su cara de asustadoal verme herida, pero era lo único que recordaba de él. Sonó el teléfono antes de poderllamarlo y al ver quien me estaba llamando me detuve por
Al ver que había pasadopor una tienda de juguetes decidí aparcar enfrente de la tienda y al bajarme vi como elencargado me vio y me saludo.-Buenas tardes, ¿En qué le puedo ayudar? – Preguntaba mientras entraba la tienda y veíaque esta no tenía muchos clientes y al ver la sonrisa que me estaba teniendo aquel joven, pude darme cuenta que su sonrisa era igual a la de mi padre por lo que solo le regresé lasonrisa.-Estoy buscando un juguete para un niño de cinco años. – dije al ver que a la entrada de latienda solo había juguetes para bebés.Él me miró y me señalo a un pasillo donde había muchos peluches pequeños y juguetespara niño, pero al verlos nada me convencía, pero al seguir caminando por el pasillo pudever un pequeño conejo color negro que me atraía como si ese conejo quisiera que loagarrara.En el momento que lo tome sentí una calidez y una gran añoranza que sin darme cuenta y
Al estar un rato más en el despacho mirando los documentos que se encontraban en elescritorio pude darme cuenta que mi padre había hecho negocios con gente extranjera y quelos negocios valían millones de dólares. Dándome cuenta que tenía más trabajo ya quedebía encargarme de esos negocios en vez de mi padre.¡Toc toc!-Adelante. – respondía al escuchar que alguien tocaba la puerta, por lo que al responder vicomo Sebastián entraba y cerraba la puerta al entrar.-Señorita sé que H no es el típico hombre al que le encargamos trabajos así, pero créame que en verdad es el mejor que usted pueda conseguir.-Yo entiendo eso, pero dime ¿Cómo es que él tiene que hacer estos trabajos?-Él desde siempre ha tenido que vivir en los suburbios, juntándose con gente muy peligrosay al no ver cómo sobrevivir tuvo que hacer ese tipo de trabajos para obtener dinero para asíalimentarse. Sé que tiene trece años, pero
Después de que me recogiera en el aeropuerto han pasado algunas semanas donde he tenido quebuscar la manera de conseguir la parte del trato que le había prometido a Mateo. No habíavisto a nadie en todo este tiempo ya que, aunque no lo quisiera Mateo me llevó a vivir conél. No confiaba en mí y quería mantenerme lejos del peligro. Al principio no quería estarcon él, pero era verdad que al estar con él no iba a tener que preocuparme por mi seguridad.Mientras estaba en su casa pude notar el ambiente que todos los habitantes sufrían cada día, ya que siempre Mateo demostraba que nadie merecía ser feliz. No me sentía cómoda altener que estar en ese ambiente, pero debía soportarlo ya que me convenía.Pasaron muchas ideas sobre mi cabeza, pero no había concretado nada ya que todas lasideas que le presentaba él las desecha. No entendía sus motivos ya que todas eran muybuenas, pero él no accedía hasta que al final se me ocurrió