- ¿Estás loca Daniela? ¿Por qué quieres reunirte con ese hombre? Acaso no sabes que es peligroso estar cerca de él.
-Sé que él es alguien peligroso, pero era amigo de nuestro padre y necesito su ayuda en estos momentos. – Él solo se quedó inmóvil por unos segundos. – Ahora entiendo por qué lo asesinaron. – decía él mientras volvía a tomar su teléfono.
- ¿A qué te refieres?
-Si estaba involucrado con aquel hombre, no me sorprendería que estuviera involucrado en sus negocios y es por eso que lo asesinaron junto a tu madre. – Mientras él decía aquellas palabras mi mente se quedó en blanco y no podía creer lo que él estaba diciendo.
-Mi padre jamás haría ningún negocio ilícito, ni mucho menos haría algo que nos pusiera en peligro.
- ¿Estás segura? Recuerda toda la gente que lo odia y daría lo que fuera por que ustedes sufrieran.
-Lo dices por qué ¿tú piensas eso?
-Daniela… en verdad crees que su vida me importa, si yo jamás fui algo para él y lo sabes bien. Desde que supo de mi existencia solo me desprecio y me ignoro por todo este tiempo. Pero no por eso les desearía la muerte.
No quedamos viéndonos por un momento hasta que entendía que en verdad a él le había dolido la actitud que tomó nuestro padre hacía él. Podía ver que en verdad le dolía lo que había sucedido.
-En verdad nunca eres honesto Félix, y eso es lo que más odio de ti.
Él se quedó asombrado por lo que dije, por lo que en ese momento solo se acercó y me abrazó por un momento. - ¿Qué haces Félix? – Preguntaba mientras respondía al abrazo y sentía como soltaba unas pequeñas lágrimas, por lo que solo pude quedarme inmóvil esperando que se pudiera calmar.
Después de que Félix se calmara vi que ya eran las cinco de la tarde y que debía de levantarme para ir a ver como se encontraba Jade y sobre todo para ver si los cuerpos de mis padres estaban listos para el funeral.
Mientras le pedía a Félix que saliera de mi habitación para poderme vestir adecuadamente vi como tenía rastros de sangre en mi ropa y mientras me la quitaba pude escuchar un gran ruido proveniente de la ventana, por lo que en el momento que volteé para ver qué sucedía sentí como un escalofrío pasaba por todo mi cuerpo dándome cuenta que mi abdomen
estaba sangrando y que perdía las fuerzas en mis piernas. No podía ver ni entender qué estaba pasando, hasta que veo como Sebastián entra corriendo hasta mí y me toma con sus brazos.
Escuchaba como él gritaba por ayuda y veía como Félix entraba rápidamente a la habitación viéndome en los brazos de Sebastián, por lo que él solo pudo tomar la ropa que momentos antes me había quitado para poner presión sobre mi abdomen, ya que seguía sangrando demasiado.
Después de unos escuche como Jade se estaba acercando. – No dejen que Jade vea como estoy en estos momentos. – dije mientras Sebastián salía y se llevaba a Jade lejos de mí. Al estar en los brazos de Félix entendía que me había disparado.
-No te muevas Daniela…ya viene la ambulancia y te van a llevar al hospital. – decía Félix mientras seguía manteniendo presión a la herida. Después de varios minutos escuché como los paramédicos habían llegado y mientras me subían a la camilla y me daban oxígeno, vi como el detective estaba a lado mío pidiendo a los paramédicos que se apuraran ya que no debía de perder la vida.
Al estar arriba de la ambulancia vi como el detective se había subido conmigo y me estaba cuidando. No entendía el porque me estaba pasando todo eso hasta que recordé la voz del asesino y sobre todo el trato que hice para salvar a Jade.
Mientras íbamos en la ambulancia podía sentir que ya no podía mantenerme despierta por lo que perdí la conciencia y eso duró bastante tiempo hasta que sentí dolor por todo mi abdomen y sentía como alguien estaba sosteniendo mi mano.
- ¿Dónde estoy? – preguntaba mientras me despertaba lentamente y veía que me encontraba en una habitación del hospital y miraba como Félix estaba a lado mío sosteniendo mi mano.
-Daniela tranquila, te acaban de operar así que no debes de moverte demasiado. - ¿Qué fue lo que pasó?
-Alguien te disparó y te dio en tu abdomen, por lo que los doctores te tuvieron que operar para retirar la bala y para salvarte la vida ya que la bala afectó uno de tus órganos. Ellos debieron de operarte lo más rápido posible.
Al escuchar lo que pasó, sabía que ellos hablaban en serio y que en verdad iban a ir tras mí, por lo que no podía permitir que eso volviera a ocurrir.
-Necesito que llames a Mateo lo más rápido posible. Si no lo haces podría morir en verdad.
Mientras veía como la enfermera cambiaba mi vendaje no dejaba de pensar en la seguridadde Jane y el cómo estaban las cosas en el exterior, por lo que solo estaba esperando que elseñor Smith llegará y me ayudara a salvar lo único que me queda.Al ver que las horas pasaban me di cuenta que él no iba a llegar por lo que me iba a dar porvencida, pero en esos momentos veo como un hombre entra a la habitación y al verlo supeque no había vuelta atrás.-No puedo creer que estés en ese estado. – decía mientras me miraba y se paraba enfrentede mí.-Sé que es lamentable mi estado, y es por eso que necesito de su ayuda señor Smith. Necesito que usted me dé su apoyo y sobre todo su seguridad. Mucha gente está detrás demí y temo que mi hermano pague por eso.Al decir eso él solo me observo y no dijo nada por un momento, no sabía que estabapensado ya que se miraba cansado y con una mirada vacía y llena
Al recordar todo eso mis lágrimassalían de nuevo y sin darme cuenta me desplace hasta el suelo mientras bajabacuidadosamente vi como una foto de mi familia se caía y se rompía.Al ver que el retrato estaba roto no aguantaba ver que mi familia se había destrozado solovino a mi mente la voz de los responsables de destruir a mi familia.-Voy a encontrar a los responsables de su asesinato. Se los prometo papá y mamá. – decíamientras recogía la foto entre los vidrios del retrato.Después de calmarme y enfriar mi cabeza tome una muda que ya Sebastián ya habíapreparado para mí, que era un vestido negro y unas botas negras. No tenía ganas demaquillarme así que solo me vestí y tomé mi bolso que tenía ya preparado.No quería salir de mi habitación, pero necesitaba hacerlo ya que si no lo hacía no iba allegar al funeral y aunque me dolía ir a ese lugar debía hacerlo. Limpiando mis lágrimassalí y vi
Al ver que Jade ya estaba muy cansada le pedí que nos llevará a la gran casa, ya queteníamos que descansar y para que me encargara de los asuntos de la sede, ya que no habíatenido la oportunidad de buscar la forma de seguir con todo lo que conllevaba. Pero no ibaa tener tiempo para encargarme de ella, por lo que tendría que buscar a alguien que sehiciera cargo, pero la única persona que vino a mi mente era mi medio hermano. Aunqueaún no sabía si era lo correcto, ya que como él no había dicho tantas veces, él nos odiaba yno quería saber nada de nosotros, pero la única opción que tenía en estos momentos.Así que después de pensarlo por un momento y al estar sobre mi cama decidí llamarlo, yaque desde el atentado contra mí no supe nada de él, solo podía recordar su cara de asustadoal verme herida, pero era lo único que recordaba de él. Sonó el teléfono antes de poderllamarlo y al ver quien me estaba llamando me detuve por
Al ver que había pasadopor una tienda de juguetes decidí aparcar enfrente de la tienda y al bajarme vi como elencargado me vio y me saludo.-Buenas tardes, ¿En qué le puedo ayudar? – Preguntaba mientras entraba la tienda y veíaque esta no tenía muchos clientes y al ver la sonrisa que me estaba teniendo aquel joven, pude darme cuenta que su sonrisa era igual a la de mi padre por lo que solo le regresé lasonrisa.-Estoy buscando un juguete para un niño de cinco años. – dije al ver que a la entrada de latienda solo había juguetes para bebés.Él me miró y me señalo a un pasillo donde había muchos peluches pequeños y juguetespara niño, pero al verlos nada me convencía, pero al seguir caminando por el pasillo pudever un pequeño conejo color negro que me atraía como si ese conejo quisiera que loagarrara.En el momento que lo tome sentí una calidez y una gran añoranza que sin darme cuenta y
Al estar un rato más en el despacho mirando los documentos que se encontraban en elescritorio pude darme cuenta que mi padre había hecho negocios con gente extranjera y quelos negocios valían millones de dólares. Dándome cuenta que tenía más trabajo ya quedebía encargarme de esos negocios en vez de mi padre.¡Toc toc!-Adelante. – respondía al escuchar que alguien tocaba la puerta, por lo que al responder vicomo Sebastián entraba y cerraba la puerta al entrar.-Señorita sé que H no es el típico hombre al que le encargamos trabajos así, pero créame que en verdad es el mejor que usted pueda conseguir.-Yo entiendo eso, pero dime ¿Cómo es que él tiene que hacer estos trabajos?-Él desde siempre ha tenido que vivir en los suburbios, juntándose con gente muy peligrosay al no ver cómo sobrevivir tuvo que hacer ese tipo de trabajos para obtener dinero para asíalimentarse. Sé que tiene trece años, pero
Después de que me recogiera en el aeropuerto han pasado algunas semanas donde he tenido quebuscar la manera de conseguir la parte del trato que le había prometido a Mateo. No habíavisto a nadie en todo este tiempo ya que, aunque no lo quisiera Mateo me llevó a vivir conél. No confiaba en mí y quería mantenerme lejos del peligro. Al principio no quería estarcon él, pero era verdad que al estar con él no iba a tener que preocuparme por mi seguridad.Mientras estaba en su casa pude notar el ambiente que todos los habitantes sufrían cada día, ya que siempre Mateo demostraba que nadie merecía ser feliz. No me sentía cómoda altener que estar en ese ambiente, pero debía soportarlo ya que me convenía.Pasaron muchas ideas sobre mi cabeza, pero no había concretado nada ya que todas lasideas que le presentaba él las desecha. No entendía sus motivos ya que todas eran muybuenas, pero él no accedía hasta que al final se me ocurrió
- ¿Cómo es que tú estás aquí? – Le preguntaba mientras él solo me miraba y no decía nada. -Quise contactarme con usted antes, pero no me dijeron donde se encontraba.Al verlo sabía que yo tenía la culpa ya que nunca volví a la gran casa desde que Mateo vino por mí, y eso era algo que me estaba lamentando en este momento.- ¿Podemos hablar en otro lugar sr. H? – Le preguntaba ya que no me sentía cómoda al estar hablando frente a la jefatura y aún no sabía si ese hombre me seguía siguiendo.-Si desea la puedo llevar a un lugar seguro. – decía mientras veía como yo estaba nerviosaya que volteaba a cada rato para asegurarme que ese hombre ya no estaba.Al responderle que era lo mejor, H paró a un taxi y nos subimos para que nos llevará a las afueras de la ciudad donde había puras casas abandonadas y las calles eran deplorables. No sabía que parte de la ciudad estaba, ya que nunca había ido a lugares así, por lo que al llegar el
Al estar frente a la puerta no me atrevía a tocar ya que no iba a saber la reacción que ellos iban a tener, pero de alguna forma me armé de valor y toqué la puerta. Nadie contestó ni se escuchó algún ruido hasta que escucho que alguien se aproximaba a la puerta para abrirla, por lo que al ver quien estaba abriendo estaba totalmente sorprendida.No podía creer a quien estaba frente a mí. – Pero tú ¿Qué haces aquí? – Preguntaba al chico que estaba parado frente a mí.Él no dijo nada y solo se quedó callado, los dos nos reconocimos, ya que nunca me hubiera esperado que la persona que me salvó el día del funeral estuviera frente a mí, en este departamento.-Daniela ¿Qué haces aquí? – Preguntaba mientras escucho como la voz de un señor estaba detrás de mí.El hombre que me había salvado no dijo nada más y se quedó totalmente inmóvil al ver que alguien estaba detrás de mí. Por lo que al voltear me doy cuenta que se trataba de un señor alto con una mirada perdida y