Al ver que Jade ya estaba muy cansada le pedí que nos llevará a la gran casa, ya que teníamos que descansar y para que me encargara de los asuntos de la sede, ya que no había tenido la oportunidad de buscar la forma de seguir con todo lo que conllevaba. Pero no iba a tener tiempo para encargarme de ella, por lo que tendría que buscar a alguien que se hiciera cargo, pero la única persona que vino a mi mente era mi medio hermano. Aunque aún no sabía si era lo correcto, ya que como él no había dicho tantas veces, él nos odiaba y no quería saber nada de nosotros, pero la única opción que tenía en estos momentos.
Así que después de pensarlo por un momento y al estar sobre mi cama decidí llamarlo, ya que desde el atentado contra mí no supe nada de él, solo podía recordar su cara de asustado al verme herida, pero era lo único que recordaba de él. Sonó el teléfono antes de poder llamarlo y al ver quien me estaba llamando me detuve por
Al ver que había pasadopor una tienda de juguetes decidí aparcar enfrente de la tienda y al bajarme vi como elencargado me vio y me saludo.-Buenas tardes, ¿En qué le puedo ayudar? – Preguntaba mientras entraba la tienda y veíaque esta no tenía muchos clientes y al ver la sonrisa que me estaba teniendo aquel joven, pude darme cuenta que su sonrisa era igual a la de mi padre por lo que solo le regresé lasonrisa.-Estoy buscando un juguete para un niño de cinco años. – dije al ver que a la entrada de latienda solo había juguetes para bebés.Él me miró y me señalo a un pasillo donde había muchos peluches pequeños y juguetespara niño, pero al verlos nada me convencía, pero al seguir caminando por el pasillo pudever un pequeño conejo color negro que me atraía como si ese conejo quisiera que loagarrara.En el momento que lo tome sentí una calidez y una gran añoranza que sin darme cuenta y
Al estar un rato más en el despacho mirando los documentos que se encontraban en elescritorio pude darme cuenta que mi padre había hecho negocios con gente extranjera y quelos negocios valían millones de dólares. Dándome cuenta que tenía más trabajo ya quedebía encargarme de esos negocios en vez de mi padre.¡Toc toc!-Adelante. – respondía al escuchar que alguien tocaba la puerta, por lo que al responder vicomo Sebastián entraba y cerraba la puerta al entrar.-Señorita sé que H no es el típico hombre al que le encargamos trabajos así, pero créame que en verdad es el mejor que usted pueda conseguir.-Yo entiendo eso, pero dime ¿Cómo es que él tiene que hacer estos trabajos?-Él desde siempre ha tenido que vivir en los suburbios, juntándose con gente muy peligrosay al no ver cómo sobrevivir tuvo que hacer ese tipo de trabajos para obtener dinero para asíalimentarse. Sé que tiene trece años, pero
Después de que me recogiera en el aeropuerto han pasado algunas semanas donde he tenido quebuscar la manera de conseguir la parte del trato que le había prometido a Mateo. No habíavisto a nadie en todo este tiempo ya que, aunque no lo quisiera Mateo me llevó a vivir conél. No confiaba en mí y quería mantenerme lejos del peligro. Al principio no quería estarcon él, pero era verdad que al estar con él no iba a tener que preocuparme por mi seguridad.Mientras estaba en su casa pude notar el ambiente que todos los habitantes sufrían cada día, ya que siempre Mateo demostraba que nadie merecía ser feliz. No me sentía cómoda altener que estar en ese ambiente, pero debía soportarlo ya que me convenía.Pasaron muchas ideas sobre mi cabeza, pero no había concretado nada ya que todas lasideas que le presentaba él las desecha. No entendía sus motivos ya que todas eran muybuenas, pero él no accedía hasta que al final se me ocurrió
- ¿Cómo es que tú estás aquí? – Le preguntaba mientras él solo me miraba y no decía nada. -Quise contactarme con usted antes, pero no me dijeron donde se encontraba.Al verlo sabía que yo tenía la culpa ya que nunca volví a la gran casa desde que Mateo vino por mí, y eso era algo que me estaba lamentando en este momento.- ¿Podemos hablar en otro lugar sr. H? – Le preguntaba ya que no me sentía cómoda al estar hablando frente a la jefatura y aún no sabía si ese hombre me seguía siguiendo.-Si desea la puedo llevar a un lugar seguro. – decía mientras veía como yo estaba nerviosaya que volteaba a cada rato para asegurarme que ese hombre ya no estaba.Al responderle que era lo mejor, H paró a un taxi y nos subimos para que nos llevará a las afueras de la ciudad donde había puras casas abandonadas y las calles eran deplorables. No sabía que parte de la ciudad estaba, ya que nunca había ido a lugares así, por lo que al llegar el
Al estar frente a la puerta no me atrevía a tocar ya que no iba a saber la reacción que ellos iban a tener, pero de alguna forma me armé de valor y toqué la puerta. Nadie contestó ni se escuchó algún ruido hasta que escucho que alguien se aproximaba a la puerta para abrirla, por lo que al ver quien estaba abriendo estaba totalmente sorprendida.No podía creer a quien estaba frente a mí. – Pero tú ¿Qué haces aquí? – Preguntaba al chico que estaba parado frente a mí.Él no dijo nada y solo se quedó callado, los dos nos reconocimos, ya que nunca me hubiera esperado que la persona que me salvó el día del funeral estuviera frente a mí, en este departamento.-Daniela ¿Qué haces aquí? – Preguntaba mientras escucho como la voz de un señor estaba detrás de mí.El hombre que me había salvado no dijo nada más y se quedó totalmente inmóvil al ver que alguien estaba detrás de mí. Por lo que al voltear me doy cuenta que se trataba de un señor alto con una mirada perdida y
No quería estar con alguien en estos momentos, necesitaba llamar a Mateo para informarle que había regresado a la gran casa. Aunque no quería meter a Amelia en problemas debía de informar que yo ya no viviría con él.Al estar de nuevo en mi habitación muchos recuerdos vinieron a la mente, haciéndome sentir más culpable. Al ir caminando por mi habitación sentí como mi teléfono estaba sonando. No reconocía el número por lo que no sabía si debía de contestar, pero al final tuve que hacerlo.-¿Bueno?-Soy el hermano de Julián y me gustaría hablar con usted. Tenemos mucho de qué hablar.Al escuchar tales palabras no pude entender nada ya que estaba muy sorprendida y las palabras no salían.-¿Señorita? ¿Sigue ahí?-Claro, sigo aquí.-Podemos vernos dentro de una hora en el centro, frente a la juguetería donde compro el conejo para su hermano. – decía mientras yo no entendía cómo es que él sabía de esa juguetería.- ¿C
Al saber su nombre no podía decir nada así que solo lo miré fijamente, Arath tampoco dijo nada hasta que vimos que había llegado mucha gente y no nos dejaba escuchar, por lo que yo le sugerí que fuéramos al café donde antes ya estaba donde él accedió y con cuidado cruzamos la calle para estar de nuevo en el café.Al entrar pude ver como H nos estaba observando, pero no dije nada ni hice ningún movimiento, no hasta que llegamos a otra mesa y vi como H me señalo de que iba a quedarse hasta que Arath se fuera. Estaba aliviada ya que sabía que alguien me estaba cuidando, aunque fuera un niño de trece años. Era irónico porque siempre pensé que alguien más mayor se iba a encargar de mi seguridad, pero en estos momentos él era el único en el que podía confiar mi vida, me lo había demostrado que él era capaz de estar ahí.Al estar ya sentados cara a cara él pidió un capuchino mientras yo pedía un té helado. Al tener nuestras bebidas ya en la mesa pude notar que Arath estaba nerv
No podía entender nada, no podía creer lo que estaba viendo. Jamás pensé ver a H a mi lado en estos momentos. Cuando desperté me di cuenta que estábamos en el hospital y que H estaba conmigo en todo el momento. Él me explicó que me desmayé en el café y me tuvo que traer al hospital porque se dio cuenta que mi herida se había abierto y estaba sangrando de nuevo.No quiso dejarme sola ya que se dio cuenta que Arath se había ido en el momento que me desmayé. Realmente con todo lo que había pasado nunca me había detenido a revisar la herida por lo que no me sorprendió que se abriera de nuevo.Al estar en cama del hospital podía ver cómo el mundo seguía sin mí, el doctor me explicó que debía quedarme en cama hasta que la herida volviera a cicatrizar y como vio las cosas iba a tardar un buen tiempo.Necesitaba descansar, aunque necesitaba ver a Mateo para preguntarle el ¿por qué hizo todo esto? ¿Por qué permitió que asesinaran a mi padre? Tenía tantas preguntas, pero nin