CADENCEMi estómago ruge mientras bajo las escaleras. Entro al comedor y por pura suerte me encuentro de frente a la cocinera, la dulce Sra. Philps.Ella es la encargada de darnos las mejores y más deliciosas comidas cada día. Es realmente buena en lo que hace.— ¡Buenos días!—la saludo y ella me sonríe dulcemente.—Señorita, buenos días… ¿Qué le gustaría desayunar?—pregunta servicial.Pienso por un segundo y sonrío.—¿Podría darme avena cocida?—pregunto y ella asiente y comienza a caminar hacia la cocina. De pronto se detiene y la veo girar sobre sus talones.—¿Le gusta con cuántas cucharadas de azúcar?—pregunta y yo recuerdo que es necesario que sea más específica.—Oh, no, no… De hecho, la quiero así como que… Sin sal, sin azúcar y bastante espesa, como una crema.— pido y ella me guiña el ojo, para luego entrar a la cocina.Tomo asiento en mi lugar habitual y me quedo como congelada pensando en el sueño que aun siento y cómo no quería abandonar las sábanas.¿Estaré haciendo demasia
Van dos días en los que no dejo de evaluar la actitud de Daniel.Desaparece de la casa, vuelve a aparecer sonriente y luego se le ve caminando taciturno por los pasillos.¡Como si nada!He llegado a preocuparme hasta el punto de que trato de alargar los momentos que compartimos juntos, como si eso fuera a hacer que de alguna manera él deje de lado eso que lo aqueja… Pero me temo que todos mis esfuerzos han sido en vano.El abuelo no me ha dicho nada, pero él ha notado sus cambios de humor, su estrés y alegría repentina.Suspiro al tiempo que apago la computadora y salgo de la oficina.Reviso a papá, y me fijo de que ya esté en la cama. Está profundamente dormido.Siento unas terribles ganas de quitarme la ropa y darme un buen baño.¿Soy yo la única mujer a la que de pronto se le antoja terriblemente andar desnuda?, me pregunto al subir las escaleras en dirección a mi habitación.Quedé enterita en una novela de Highlanders que va buenísima, planeo hacer maratón y terminarla ésta noche.
CADENCEMe ha costado acostumbrarme un poco a todo lo de la administración de las propiedades de la familia, pero no es imposible, pienso dándole un vistazo más al libro mayor de la mina en la que tenemos menos acciones.De pronto escucho un toque en la puerta de la oficina y levanto la mirada del ordenador.Daniel está en la puerta, tiene una mueca incómoda en el rostro y me sonríe nerviosamente.—¿De casualidad necesitas que vaya a buscarte algo a la ciudad? ¿Quieres comprar alguna cosa?—pregunta sorprendiéndome.Yo lo observo sin moverme.Aún estoy muy molesta con él por lo de la otra noche.Últimamente me he sentido triste, hasta he llorado sola en mi habitación.No tengo muy claro el por qué me conmueve tanto, pero definitivamente hay algo que me está afectando emocionalmente.Un toc-toc me trae de regreso al presente y veo a Daniel levantar una ceja interrogante.Él sigue de pie en la puerta.Niego con la cabeza y él se encoge de hombros.Me mira sin decir nada por unos segundos
Veo cómo el abuelo Lucien mueve los labios mientras me observa.Intenta decirme algo de nuevo, pero la música y los gritos no me permiten escuchar su voz.Frunzo el ceño, expresando mi confusión.— ¿Qué? ¡No te escucho, abuelo!—grito y él pone los ojos en blanco.Se acerca más a mí y yo inclino mi oído en su dirección.—¡Que busquemos un lugar desde el cual se pueda ver todo!—exclama y señala a lo que parece ser el segundo piso del bar.Asiento y él me toma de la mano al tiempo que nos abrimos paso entre la multitud a base de codazos y empujones.Nunca había hecho esto y me siento tan… Viva.Como una adolescente escapándose.Sólo que no soy una adolescente.Y el hecho de que esté haciendo esto con mi abuelo, indica que no estoy escapada… Pero en fin. Así me siento.Después de unos minutos buscando las escaleras para subir al segundo piso, por fin las encontramos. Comenzamos a subir escalones.Comienzo a sentirme cansada y me fijo en el abuelo, decidida a que si lo noto cansado, le dir
En cuestión de segundos gira sobre su espalda y se pone de pie, llevándose al tipo con él.Lo veo tirarlo al suelo y darle dos puñetazos rápidos.Midas se desmaya y el presentador le quita a Daniel de encima.El público cuenta al tiempo que cuenta el presentador en el micrófono y Midas nunca se pone de pie.Se acaba el tiempo y las personas estallan en aplausos, gritos y silbidos emocionados.Joder, Daniel ganó.El presentador se deshace en halagos para Daniel y asegura que le hizo ganar mucho dinero en apuestas ésta noche.Le agradece haberse decidido a venir y la pelea se da por finalizada.El abuelo y yo comenzamos a salir del lugar; entre el murmullo de las personas y su alegría por la victoria de Dark Wolf, se nos hace un poco difícil, pero finalmente conseguimos llegar hasta nuestro auto.Subimos y vemos cómo la multitud sale del bar.— ¿Crees que deberíamos esperarlo…?—comienza a preguntar el abuelo y yo me encojo de hombros.—Estoy segura de que va a esperar que la marea baje,
Acelero de nuevo y escucho al abuelo gritar cuando de pronto cruzo hacia la derecha y freno con fuerza.El auto se sacude por el frenazo violento.— ¡Viene para acá!—exclama el abuelo, con la mirada puesta en la pantalla del teléfono.—Me interpondré en su camino cuando se encuentre en la cuadra, así no tendrá cómo huir, sólo retrocediendo, pero no podrá hacerlo en sentido contrario.— digo, sintiéndome de pronto en una película de acción.La emoción trepa por mis brazos y de pronto, algo muy extraño me sucede.Siento una diminuta sacudida en lo profundo de mi interior, a la altura de mi estómago.Es un pequeño movimiento, algo tan increíble que me deja un poco congelada. El movimiento fue casi imperceptible, como si un órgano se estuviera reacomodando y luego nada.Todo vuelve a la normalidad, pero estoy segura de lo que sentí.¿Serán gases?— ¡Está llegando, Cadence! ¡Ya viene!—exclama el abuelo.—¡Mierda!—exclamo y piso el acelerador a todo lo que da, haciendo que el auto ruja a la
—Se supone que sí, no entiendo qué está sucediendo. —dice él y nos acercamos a la puerta de la sala de partos.Asombrados, vemos cómo se abre la puerta y sale uno de los doctores que atiende a Rachel.—Sr. Dryden. —me saluda y me asusto mucho de ver su uniforme manchado de sangre.¿Algo va mal?— ¿Qué pasa?—pregunto, sintiendo cómo mi cuerpo pierde las fuerzas.—Es la señora. Está presentando problemas de tensión y la verdad, estamos preocupados. Intentamos ayudarla con una incisión, pero está perdiendo mucha sangre… ¿Está de acuerdo en que hagamos lo que consideremos pertinente?—pregunta el doctor y yo me quedo sin habla.¿Qué mierdas significa “lo que consideremos pertinente”?—Espere, doctor… ¿a qué se refiere?—pregunta papá luciendo muy pálido.—Lo que quiero decir, Sr. Dryden, es que deben expresar a qué vida deciden darle prioridad en casos como éste. —responde el doctor.Mierda.— ¿Qué hago?—pregunto a nadie en específico y luego siento mis ojos humedecerse. —Haga lo que crea c
Un suspiro profundo sale desde lo más profundo de mi pecho.Qué extraño, generalmente uno ni siquiera nota cosas como los suspiros que emite y eso… Pero encontrándome en la situación que me encuentro, definitivamente puedo decir que estoy en el momento más perceptivo y sensible de mi vida.Sí, por supuesto que es eso.Sacudo la cabeza de lado a lado, divertido con mis pensamientos y recapitulo una vez más lo que ha pasado en las últimas tres horas.En primer lugar, está claro que no soy quien se encargó de concebir a la bebé con Rachel; pues si la bebé no es sietemesina, las cuentas no cuadran.Creo que el doctor no ha notado la metida de pata que cometió, pienso divertido con la situación.Pero… ¿Quiénes somos para juzgarlo? Fue usado por Dios para dejar claro que yo no miento, que yo no estoy negando a un bebé que haya salido de mí.En segundo lugar, estoy totalmente aterrorizado y fechado desde que me entregaron a ésta pequeña cosita que suspira, frunce el ceño, hace pucheros y se