Pongo los ojos en blanco.—No, Daniel. Lo que digo es que los muchachos pueden ayudarme en cuanto a lo de tener a Caleb secuestrado, para que esté obligado escucharme. —murmuro como si estuviera hablando con un bebé pequeño.—Pero, ¿cómo van a hacer eso los muchachos? Sí creíste que mi idea era descabellada… Esta es como cuatro veces más descabellada que la mía. —murmura mi hermano, no estando muy de acuerdo con lo que le estoy diciendo.—Es que así no va a ser tan difícil, porque lo más difícil sería el secuestro, y vamos, los muchachos saben de eso. Si ya me lo hicieron a mi una vez, creo que lo pueden volver a hacer. —digo al tiempo que me dejó caer de espaldas sobre la cama, cansada de estar tanto rato sentada.—Pero es que no has entendido la diferencia de tamaño y de peso que tienes tú con Caleb… Es obvio que si Caleb se molesta y se defiende, se puede llevar por delante hasta a cinco de mis muchachos… Por mucho que sepan defenderse, Caleb es casi igual de grueso que yo, ¿cree
¡Holaaaaa, caracolitas del mar de sueños que son los libros! En primer lugar espero que todos se encuentren bien y estén disfrutando de momentos lindos. Sino es así, quiero recordarles que todo ocurre por una razón y que después de toda tormenta sale el sol... ¡Asi que ánimo, caracolitas! ¡Aquí estoy para apoyarlas en lo que se pueda! Recientemente he estado sufriendo el dolor de una ruptura y me di cuenta de lo hermoso que es saber que a pesar de cualquier cosa, ahí están ustedes. Su apoyo hasta ahora ha sido silencioso, a través de las lecturas, pero para mí es demasiado valioso. Me hacen creer en que los sueños sí se hacen realidad, sin importar la edad, nacionalidad o situación económica... ¡Nunca dejen de soñar! ¡Muero por saber de ustedes! Soy su fan y quiero que lo sepan. Comenten qué opinan de la historia... Y si tienen alguna petición, me encantaría escucharla. Les mando besos y abrazos, por fis no olviden comentar. Sumamente agradecida por sus lecturas y afecto, Al
—Bien… Entonces, supongo que te veré en un par de días, ¿no? —pregunta él cuando salimos del laboratorio.—Sí. Supongo que debemos esperar a que ellos notifiquen. Como fui yo quien pagó el procedimiento, asumo que va a ser mi correo el que usen para notificar. —le respondo suavemente, intentando que no note mi nerviosismo.—Está bien, si eso es todo, supongo que llegó el momento de decir “Adiós”. —dice Caleb y se despide con la mano rápidamente. Noto su indecisión sobre sí permitirme despedirme de la bebé o no hacerlo.Me mantengo en mi lugar, porque a pesar de que muero de ganas por darle un par de besos a esa chiquilla, no puedo presionar a Caleb; porque va a sentir que estoy entrando en su territorio como padre y me preocupa que cualquier cosa que yo haga puede afectar nuestra relación de hora en adelante.Porque aunque me j0da, tengo que entender que él también necesita su espacio para estar con la bebé.Sólo espero que mi tiempo de tenerla conmigo llegue rápido.Debo ir organizan
—Tranquila, amor mío. No te preocupes que papá va a resolver esto.—le hablo a Sammy intentando calmar sus nervios.Por suerte la bebé deja de llorar.Comienza a gimotear suavemente y a cabecear, como si se estuviera quedando dormida.El auto sigue detrás de mí y estoy dudando si aumentar la velocidad o reducirla.Me decido por la segunda opción.Al reducir la velocidad, veo como del auto salen brazos sosteniendo armas en mi dirección.—Oh, no. Eso sí que no. No pienso arriesgar la vida de mi hija. —digo y entiendo que tendré que enfrentar esta situación como toque.Haciéndole frente y preguntándoles qué demonios quieren.Vuelvo a disminuir la velocidad, poco a poco hasta que logro estacionar el auto.La camioneta que me sigue también reduce la velocidad, tal cual como yo lo voy haciendo y se estaciona justo detrás de mí.Ni siquiera he terminado de procesar el hecho de que se lograron estacionar casi besando mi trasero, cuando de pronto bajan varios hombres de ella.Todos están encapu
DANIEL Salgo con los chicos al pasillo cargando el portabebés. Ellos se mantienen en silencio cuando salimos; bueno, en silencio todos menos Louis, que se mantiene gimoteando por su nariz golpeada. J0der con ésta parejita de tórtolos y su odio por las narices sanas. No les presto mucha atención, porque la verdad es que lo único que puedo hacer es mirar a la bebé dentro del portabebés. Entro a mi oficina personal y cierro detrás de mí, asegurándome de tener un tiempo a solas con mi hija. La pequeña está totalmente dormida. Al principio me da mucho terror sacarla del portabebés, pero luego decido que es la única forma en que puedo cargarla en brazos. Y la verdad es que me muero por apretarla contra mi pecho, me muero por sentir a mi hija cerquita de mí. Le quito el cinturoncito de seguridad que tiene abrochado, va desde sus hombros hasta su caderita. Y una vez que está libre de las ataduras, la tomo en brazos. La bebé se comienza a despertar, me preocupa que vaya a llorar en
—Y ni siquiera hablemos de todo lo que venía cargando a raíz de las investigaciones que hizo el detective que contacté, sobre tu madre y el caso de Rachel. Y te lo vuelvo a decir, Cal. Por favor perdóname, porque sé que esta manía que tengo por ocultar de las cosas es por temor o por huirle a alguna reacción que erróneamente asumo que vas a tener cuando te digo las cosas. —susurra. —Lo peor ocurrió cuando mi papá murió… Porque poco antes de que papá, muriera comencé a descubrir actitudes extrañas en mi hermano; se desapareció de la casa, a veces tenía muy mal humor (lo cual era algo muy extraño en el) y luego estaba lo de que no me dejaba ni siquiera darle un vistazo a su habitación, como si ocultara algo allí. —me explica y toma aire. —Entonces, un día simplemente se dio; el abuelo Lucien y yo tuvimos la oportunidad de investigar acerca de qué era lo que pasaba con Daniel. Mi hermano no nos estaba contando bastantes cosas acerca de su vida, pero su secreto más problemático era que él
CADENCE Mientras beso su piel, suelto el botón de su pantalón y le bajó el cierre. Quedando ante mis ojos la tela de sus calzoncillos.Calzoncillos que parecen estar a punto de explotar.Por su tamaño y posición, sé que le debe estar doliendo mucho.Caleb sisea cuando acaricio con un dedo travieso el bulto que amenaza con rasgar la tela de su calzoncillo.—Caddie, basta. —susurra, sonando sin convicción.—Necesito que entiendas, amor. Y mientras eso sucede, voy a hacer esto a mi manera. —le digo sintiéndome enternecida de amor al pensar en que por fin el hombre que amo está aquí, conmigo. —Te extrañé tanto, Cal. —susurro al tiempo que lo libero de su calzoncillo y él sisea.La bestia salta frente a mí, rugiendo a la vida muy dispuesta y a mí se me hace agua la boca.Mierda, aun no entiendo cómo eso logró entrar en mi la primera vez, pienso al tiempo que trago grueso. Con razón Caleb no me dejaba verlo.Pero, ¿qué se podría esperar de un mastodonte como él?¡Obviamente iba a tener un
Me muevo lo más rápido que puedo, pero no es suficiente para alcanzar mi tan anhelado clímax.Caleb está disfrutando mis movimientos o al menos eso me hace creer por sus gemidos y siseos, pero hasta el momento, tampoco ha llegado.—Caddie, estás muy estrecha aún. Vas a lastimarte. —susurra Caleb con una mirada preocupada y yo sonrío un poco.— ¿Ahora sí me crees? —le pregunto con una ceja alzada.Él me ignora por su orgullo y yo sigo moviéndome.—Casi estoy ahí. —susurro y trato de moverme más fuerte, pero me mantengo dando vueltas en la misma espiral, sin conseguir la culminación.—Quiero más duro. —digo al tiempo que mis paredes se contraen cómo intentando conseguir que Caleb llegue al clímax.Él suelta un gemido y comienza a mover su cadera con fuerza, consiguiendo golpear deliciosamente contra mi botón de la alegría.—Si, amor. Justo ahí, bebé.—gimoteo sorprendiéndome a mí misma.¿De dónde salió ese atrevimiento?, me pregunto pero de pronto, un par de movimientos descoordinados de