CADENCE Mientras beso su piel, suelto el botón de su pantalón y le bajó el cierre. Quedando ante mis ojos la tela de sus calzoncillos.Calzoncillos que parecen estar a punto de explotar.Por su tamaño y posición, sé que le debe estar doliendo mucho.Caleb sisea cuando acaricio con un dedo travieso el bulto que amenaza con rasgar la tela de su calzoncillo.—Caddie, basta. —susurra, sonando sin convicción.—Necesito que entiendas, amor. Y mientras eso sucede, voy a hacer esto a mi manera. —le digo sintiéndome enternecida de amor al pensar en que por fin el hombre que amo está aquí, conmigo. —Te extrañé tanto, Cal. —susurro al tiempo que lo libero de su calzoncillo y él sisea.La bestia salta frente a mí, rugiendo a la vida muy dispuesta y a mí se me hace agua la boca.Mierda, aun no entiendo cómo eso logró entrar en mi la primera vez, pienso al tiempo que trago grueso. Con razón Caleb no me dejaba verlo.Pero, ¿qué se podría esperar de un mastodonte como él?¡Obviamente iba a tener un
Me muevo lo más rápido que puedo, pero no es suficiente para alcanzar mi tan anhelado clímax.Caleb está disfrutando mis movimientos o al menos eso me hace creer por sus gemidos y siseos, pero hasta el momento, tampoco ha llegado.—Caddie, estás muy estrecha aún. Vas a lastimarte. —susurra Caleb con una mirada preocupada y yo sonrío un poco.— ¿Ahora sí me crees? —le pregunto con una ceja alzada.Él me ignora por su orgullo y yo sigo moviéndome.—Casi estoy ahí. —susurro y trato de moverme más fuerte, pero me mantengo dando vueltas en la misma espiral, sin conseguir la culminación.—Quiero más duro. —digo al tiempo que mis paredes se contraen cómo intentando conseguir que Caleb llegue al clímax.Él suelta un gemido y comienza a mover su cadera con fuerza, consiguiendo golpear deliciosamente contra mi botón de la alegría.—Si, amor. Justo ahí, bebé.—gimoteo sorprendiéndome a mí misma.¿De dónde salió ese atrevimiento?, me pregunto pero de pronto, un par de movimientos descoordinados de
CALEB—Cal… —me llama Caddie desde su posición en mi pecho. Sin levantar la mirada ni un segundo. — ¿Aún me odias por haberte ocultado la información de mi familia y por no haberte buscado antes? —pregunta en un susurro.—La verdad… Es que es complicado. —admito con la voz quebrada.— ¿Por qué?—pregunta rápidamente ella, frotando suavemente su mejilla contra mi pecho.—Yo lo que más he resentido de tu actitud todo este tiempo, es el hecho de que me obligaste a estar sin ti. Que no estuvimos juntos… Además no puedo dejar de pensar en lo mucho que odiaba estar recordándote a cada rato. Eras como un castigo en mi mente. Un castigo porque mis sentimientos no cambiaban aun cuando mi propia mente sabía que me afectaban. —digo y me aclaro la garganta.— ¿Soy un castigo para ti?—pregunta y es imposible que no suene dolida.Me encojo de hombros.—Es que me afectaba recordarte, que me afectaba recordar lo que habíamos logrado, lo que habíamos sentido juntos y que de pronto simplemente desaparec
CALEBSalgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mí, intentando contener el enojo que siento en estos momentos para no azotar la puerta.¿Qué acaba de pasar?¡Termino de hacer por segunda vez el amor con la mujer de mi vida!¡¿Por qué demonios me siento tan mal después de que me derramé en su interior?!¡Se supone que eso es como el cielo para mí!... Y lo fue, sólo que no entiendo qué pasa con mi corazón.Me siento como si estuviera haciendo algo malo.Tanto que soñé dormido y despierto con éste momento… Y cuando por fin ocurre soy un jodido desastre.Observo el pasillo ante mí y me consigo a uno de los matones que Daniel hizo que me secuestraran.Es un chico que parece tener menos de unos veinte años y luce muy avergonzado.No me quiero ni imaginar todo lo que llegó a escuchar desde su posición.Lo primero que hace al verme es detenerse y abrir los ojos exageradamente.— ¿Dónde está la hermana de Daniel? —pregunta rápidamente, como poniéndose a la defensiva.¡Por favor!¡Có
—Eres un idiota. —se queja mi hermana divertida. Al menos no está llorando, pienso positivamente.—Un idiota, ¿eh?... Pero al menos soy tan loco como para seguirte la corriente en planes tan estúpidos como un secuestro. —le respondo y ella ríe.— ¡Touché! —responde y ambos reímos por un momento, pero mi risa muere en mi boca al ver que, de pronto, ella de la risa comienza a pasar al llanto.De un momento a otro Caddie comienza a llorar como una niña pequeña a la que le han quitado un dulce.—Pequeña… —le digo suavemente sintiéndome mal por ella. Toco su antebrazo, que está sobre la mesa, en una pequeña caricia de apoyo.—¡Solo… Simplemente se fue y ni siquiera…! ¡No me dijo más nada, Dani. Solo me pidió que le avisara cuando nos corresponde ir a la consulta con el doctor! —gimotea ella en medio del llanto.J0der con Caleb…¿Está tan enojado que no piensa perdonarla?—Tranquila, pequeña. De seguro necesita procesar toda esa información. No te preocupes que si no encuentra el camino él
Subo rápidamente a la habitación y lamentando mucho tener que interrumpir el sueño de Caddie, la despierto con toques suaves en el hombro.—Caddie, necesito irme. Despierta, por favor. —la llamo y ella comienza a parpadear.—¿Qué sucede, Daniel? ¿Qué pasa? —pregunta despertándose y la veo sentarse sobre el colchón.—Me acaban de informar que Rachel desapareció de la clínica. —le digo sin más y ella frunce el ceño como si no entendiera mis palabras.—Pero… ¿De qué estás hablando? —pregunta como si yo estuviera loco.—Sí, tal como lo oyes. Me acaban de llamar para informarme eso. Que parece que está desaparecida desde ayer en la noche… ¡Qué negligencia! ¡Es que no me lo puedo creer! —exclamo encolerizado. —Necesito que estés lista en un par de minutos, porque haré que Thomas venga a buscarte. Te van a llevar al bar. —le digo al tiempo que manipulo mi teléfono, comunicándome con los chicos. —No puedes estar aquí en la casa sola, porque la verdad ya no me fío de nada. No me entra en la ca
—Si, sobre eso qui-quiero hablar contigo.. Sobre algo que me tiene bastante p-preocupado. —admite suavemente y yo suspiro.—¿Qué sucedió ahora? y ¿Por qué no me habías contado antes? —pregunto rápidamente.—Porque lo más seguro es que no te guste el t-tema del que quiero hablar. —dice y yo suspiro. —Es q-q-que te quiero hablar acerca de Av-very. —agrega en un susurro.Avery.Otra vez Avery.— ¿Ahora qué pasó con Avery? —le pregunto sin poder ocultar mi enojo.¿No que esa chica era lo peor? ¿Por qué sigue hablándome de ella?Me temo que Jar está teniendo una clase de enamoramiento en negación.—Avery desapareció, Caddie. Desde antes de que Louise se fuera de la mansión. — me explica con voz clara, sin tatarmudeo.—No lo puedo creer…—digo sorprendida.¿No estaba trabajando en la mansión?¡Uno no desaparece de un trabajo así porque sí!—Así, sin m-más.—dice él. —N-no teníamos mucha c-comunicación… P-pero me parece ext-traño.—tartamudea, y puedo imaginármelo rascándose el cuello con nerv
DANIEL Jamás había sentido tanta frustración como la que he sentido desde que llegué.¿Es acaso una broma todo esto?¿Cómo en la existencia pueden ser tan negligentes?Cuándo traje a Rachel a la clínica, pensé que estaba haciendo lo correcto.Pensé que estaba trayéndola a la mejor clínica de la ciudad.Creí que iba a estar segura.¡Qué tonto fui, qué error cometí!Tengo más de una hora esperando en el área de recepción a que el doctor encargado de la clínica me reciba.Mi amigo Jack está a mi lado.Y está bastante molesto.Se siente avergonzado por esta situación, pues dice que él fue quien me recomendó la clínica.Ya le expliqué en dos ocasiones que no pienso que sea su culpa.Alegó que él debió estar más al pendiente de Rachel, venir más seguido a verla.Y yo negué, diciéndole que entendía totalmente que él hubiese estado ocupado, porque tiene muchas cosas que hacer en su trabajo, si yo mismo había estado ocupado con las cosas de la mina y los documentos después de la muerte de pap