31. No te disculpes⤝MILA⤞—¿Cambiaría algo entre nosotros si te digo que es exactamente lo que siento por ti? —La pregunta sale tan natural que me sorprende. Mis ojos se clavan en los suyos mientras espero una respuesta.No sé en qué momento me dejo llevar por mis sentimientos. Quizá fue al ver la culpa en la mirada de Axel, el tormento en su rostro y la agonía en su voz. Él piensa que miento solo para ayudarlo, cuando en realidad solo me he limitado a ser sincera. Ahora que la caja de Pandora se ha abierto, no quiero seguir fingiendo. Ya no hay vuelta atrás, ni espacio para las dudas, al menos no de mi parte.—¿Qué? ¿Qué sientes?La voz le tiembla mientras cierro la distancia entre nosotros, nuestros alientos se mezclan. Café y menta.Me muerdo el interior de la mejilla, no aparto la mirada de sus bellos y oscuros ojos, perdiéndome en ellos y, sin meditar mi respuesta, simplemente dejo escapar el más profundo de mis deseos.—Quiero que me beses, Axel —pido.Él se queda quieto, sus o
32. Maravilloso pecado⤝AXEL⤞«Quiero que me beses, Axel».Desde que escuché la petición de Mila, supe que estaba perdido. Lo que vino después… no puedo describirlo. Es un cúmulo de emociones que sobrepasa todo razonamiento. No puedo respirar. No puedo pensar.Lo único que existe en este momento es el cuerpo de Mila sobre el mío, el calor de su piel contra la mía y su respiración entrecortada junto a mi pecho. La realidad me golpea con la fuerza de un guante de boxeo, pero no estoy listo para afrontarla.Cierro los ojos cuando la tensión que creí liberada con cada beso, con cada gemido, regresa con una fuerza abrumadora que me deja sin aire. Mi mente grita advertencias que mi cuerpo ignora. No debí hacer esto. No debí dejarme llevar de esa manera, no con Mila.Ella no es cualquier mujer. Hasta hace unos minutos, era mi mejor amiga. Sin embargo, sé muy bien que no había forma de detenernos. No después de su pregunta. No después de su “hazlo”.Perdí la cabeza y me dejé llevar sin pensar
33. Un sueño o una realidad⤝MILA⤞La declaración de Axel no tiene ni un ápice de romanticismo; sin embargo, suena como una dulce y seductora melodía. No es lo que esperaba, aun así, es mejor que verlo escapar, y escuchar sus disculpas que solo arruinarían el momento que acabamos de tener y que, además, me harían sentir culpable por haberlo provocado.¡Lo hicimos en la oficina! ¡Dos veces!No puedo creer la facilidad con la que me he olvidado de todo, incluso de que estamos en horas de trabajo. Alguien pudo haber entrado y descubrirnos en tremenda escena. El pensamiento me hace estremecer; acariciamos el peligro de la misma manera que lo hicimos con nuestros cuerpos.—Mila…—Necesito respirar —digo y empujo ligeramente su cuerpo para levantarme. ¡Jamás veré ese sillón con los mismos ojos! Siempre será el recordatorio de lo que hemos hecho.En silencio, recojo mis prendas y, bajo su atenta mirada, me visto. Debería correr al baño y limpiarme, pero no quiero ni moverme. Tengo miedo de q
34. No dejaré que la veas⤝AXEL⤞No sé si agradecer o maldecir a Soren por su inoportuna interrupción. Lo que sí me queda claro es que debo tener más cuidado, no solo por mí, sino por Mila. Fue un riesgo total el que corrimos, nos olvidamos del mundo y de todo lo que nos rodeaba.Una locura que, contra todo pronóstico, estoy deseando repetir. Mantener las manos quietas y solo para mí es un esfuerzo titánico. Muero por estirar la mano y acariciar su mejilla.Me siento un hombre avaro: ahora que la he probado, necesito más. Muerdo el interior de mi mejilla, me relamo el labio, convencido de que, si me quedo, no seré capaz de resistir y la tomaré de nuevo.—Te veo luego, esposa —prometo. Le regalo una mirada intensa antes de salir de la oficina.Me uno a Soren antes de que llegue a mi oficina. Él abre la puerta como si fuera suya y me concede el honor de entrar primero. La curiosidad debe estar matándolo; no lo culpo. Después de todo, fue él quien lanzó el dardo primero. Fue idea suya co
35. Favor, perdóname⤝MILA⤞Luego de llamar a mi madre y comunicarle el deseo de Daxton de reunirse para tratar asuntos relacionados con el compromiso, trato de concentrarme en el trabajo, lo cual resulta imposible. Mi estómago parece un nido de águilas y, cada vez que mis ojos terminan en el sillón, un escalofrío me recorre la columna vertebral.Me parece increíble que Axel y yo hayamos terminado teniendo sexo en el sillón y en la oficina. Aún espero despertar y que todo sea un sueño. Quizá me lleve tiempo procesar esto que ha pasado y esperar que las cosas realmente no cambien entre nosotros.El sonido de los mensajes en el celular me saca de mis inquietantes pensamientos. Lo tomo del escritorio y reviso. Es un mensaje de Axel:—"Me ha surgido una emergencia, no podré llevarte a casa. Te contaré luego, por favor, perdóname."Un atisbo de duda surge y el temor de que la realidad finalmente lo haya golpeado se instala en mi corazón.Quizá necesita tiempo para asimilar lo que hemos hec
36. ¡Eres un peligro para ella!⤝MILA⤞Mi mundo deja de girar por un momento mientras trato de procesar las palabras de Axel.—¿Qué? —pregunto, creyendo que he escuchado mal. Un escalofrío me recorre la espalda y mis piernas amenazan con ceder bajo mi peso. Me apoyo contra el sillón.—Livia salió del internado sin permiso y el taxi donde viajaba sufrió un accidente.Aprieto con fuerza el teléfono contra mi oído, intentando procesar sus palabras. ¿Por qué diablos Livia haría una cosa como esa? La conozco y no es una niña impulsiva ni mucho menos rebelde. Algo debió suceder para que tomara la decisión de dejar el internado sin permiso. Pero ¿qué fue?—Puede morir, Mila, y yo no puedo hacer nada para evitarlo.Su tono de voz es grave, cargado de impotencia y dolor. La misma impotencia que me embarga al no poder estar a su lado. No debió marcharse solo, pero no le recrimino nada, ni siquiera puedo imaginar cuán impactado debió dejarlo la noticia.Mi respiración se agita y, de inmediato, v
37. ¡Ella va a sufrir!⤝AXEL⤞«Livia no es una Ridley.»Mi cuerpo se convierte en un témpano frío, la sangre deja de circular por mis venas mientras mi mundo se rompe en mil pedazos.Siempre luché contra el resentimiento que nacía en mi corazón cada vez que Caroline hacía o decía algo para herirme. Desde niño, soporté en silencio su lengua viperina, pero ya no soy un niño y todo por lo que una vez luché pierde el sentido mientras sus crueles palabras se repiten en mi cabeza.La ira, mezclada con el dolor y la tristeza, desata una tormenta de caos en mi interior. Miro a Caroline, esperando que agregue algo más a su cruel confesión, esperando que se retracte, pero su rostro no muestra ninguna duda, ni en su mirada hay un atisbo de arrepentimiento.—Mientes —escupo entre dientes, sintiendo un miedo feroz nacer en lo más profundo de mi corazón. Sé que no miente, que dijo exactamente lo que deseaba decir.Caroline sonríe, dándome la razón. Me mira con esa altanería que siempre me ha sacado
38. Te estaré esperando⤝MILA⤞Sostengo el cuerpo de Axel entre mis brazos, pegado al mío. Es tan distinto a la última vez que estuvimos así, tan cerca. Entonces, no existía más que nosotros dos y nuestra reciente entrega. ¿Cómo puede cambiar una situación tan de repente? Solo fue un abrir y cerrar de ojos, y todo estaba patas arriba.Aún estoy impresionada por la confesión de Caroline. Su cinismo no tiene límites; ni siquiera en una situación tan dura como esta puede ponerse la mano en el corazón y pensar en sus hijos. ¡Los llevó nueve meses en su vientre! Sin embargo, parece que los ha odiado desde siempre.¿Cómo puede una madre ser tan cruel? ¿Cómo puede carecer del instinto protector hacia sus hijos? ¡Hasta una hiena protegería a sus cachorros!Mis ojos reparan en Caroline, que parece discutir con Allan Collin. El hombre no luce muy contento, que digamos. Quizá él sea el verdadero padre de Livia y tal vez apenas se esté enterando de la noticia.—Gracias por estar aquí, Mila.Dejo