26

Cuando las chicas se fueron, Domenic me mandó a llamar, yo fui a su habitación, él estaba de pie junto a su cama, con los brazos cruzados y con una cara de querer matarme.

— Que sea la primera y última vez que traes a casa a personas sin antes avisar — Me regaño.

— Tenía que hacer un trabajo, ¿si no las puedo traer aquí entonces a dónde las llevo? — Le pregunté.

Él se acercó a mi y me agarró del brazo con fuerza, yo jale mi brazo con fuerza.

— Antes de traer a alguien avísame, o dile a mi padre, ¡una de esas chicas se metió a mi habitación! — Me reprochó.

Yo intenté no reírme, recordar las palabras de Clau era tan gracioso.

— No te preocupes, no volverá a pasar, y pido disculpas por lo que pasaste, es que Paulina no me dejó llevarlas a mi habitación — Le dije.

Domenic arrugó el entrecejo.

— Hablaré con Paulina — Me dijo.

Después con un gesto en la mano me despido, yo me di la vuelta y salí de su habitación, definitivamente Clau se merecía un regalo solo por haber incómodado a Domenic.
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