Kaleb:
Estoy en mi despacho arreglando una serie de entregas que no se han realizado de la manera correcta, mi móvil suena, es Nico.
—¿Ya vienes en camino? —pregunto y me contesta que si con su frustrante forma relajada.
—En 2 minutos llego —dice antes de terminar la llamada. Reviso de nuevo el registro de las cantidades y parecen correctas. Veo los balances, no hay ningún problema. Reviso mi reloj y faltan 30 minutos para las 8. Me frustra no saber nada de Sylvana, pero sé que estaría aún más inquieto si ella no estuviera bajo mi techo.
Escucho el auto de Nico y me pongo de pie. Tomo mi arma y la enfundo, reviso el arma de mi pierna, todo correcto. Abrocho los botones de mi saco y me dispongo a salir al r
Sylvana:—¿Por qué usas un arma? —pregunto mientras él está concentrado en la carretera. Noto como se tensa y sus manos se aferran al volante.—Por seguridad hermosa, ya te lo he dicho —acaricia con su mano libre mi rodilla y eso hace que mi piel se erice.—¿Siempre la llevas contigo? —asiente—. ¿Has matado a alguien?Me mira de reojo y siento que no debí de haber preguntado eso, no estoy segura de querer la respuesta.—Es mi cumpleaños, ¿Por qué no dejas que yo haga las preguntas? —entrecierra los ojos.—Bien —me giro hacia la ventana,
Kaleb:Caminamos hasta salir del salón, se ven un tanto alterados y eso no me gusta nada. Trato de tranquilizarme un poco y sobre todo aguantar el hambre que siento.—¿Qué es lo que pasa? —pregunto a mi jefe de seguridad—Nos encontramos con algunos hombres queriendo entrar al evento señor —frunzo el ceño, ¿para eso tanto escándalo?—¿Y bien? —Adrián sabe a lo que me refiero, Nico llega por detrás—¿Qué mierda ha pasado? — y pronto se nos une Camilo, Adrián vuelve a repetir y después añade.—Los retuvimos po
Sylvana:—¿Todo está bien? — pregunta Claudio y yo asiento —Sí señor, gracias—me siento muy nerviosa, ¿qué tal si estoy bailando mal?, ¿Qué tal si se siente incómodo?—Dime Claudio por favor, ¿te está gustando la fiesta? — carraspeo. Ignorando la escena del regalo y que su hijo me acaba de confesar que son mafiosos…—Es fascinante, todo es hermoso—el hombre asiente y desvía un poco la mirada.—¿Estás tranquila?, Kaleb me ha dicho que te han molestado— abro los ojos como platos y sonrío tímidamente—
Kaleb:He enviado ese último mensaje al nuevo móvil de Sylvana. Reviso las notificaciones para ver si no ha enviado alguna respuesta pero no hay nada. Tal vez no lo ha visto, me repito.Me deshago del traje y de la ropa interior, me recuesto en la cama y cierro los ojos tratando de dormir. Son las 2 am suspiro y doy vueltas como loco por toda la cama. Siento desesperación.Enciendo la luz y busco el frasco de pastillas que utilizo para dormir, tomo dos y espero que hagan efecto.▮▮▮▮▮▮2:40 am y sigo sin poder dormir, enciendo la luz y busco ropa interior en mi cajón, un pantalón de pijama y salgo de la habitación.Me detengo varias v
Sylvana:Siento como mi cuerpo reacciona. Tengo que levantarme. Tengo que ir a trabajar. Olvídalo, no tienes que hacerlo te han echado.Suspiro y al abrir un poco los ojos veo la luz y vuelvo a cerrarlos rápido, trato de abrirlos de nuevo y ¿hay alguien en el sillón?, me cuesta acostumbrarme así que vuelvo a cerrarlos y me relajo de nuevo.Pasan 10 o 15 minutos cuando por fin me siento a la orilla de la cama. Esto ha sido genial, hace años no dormía tan plácidamente. Reviso a mí alrededor y todo está igual. El reloj indica las 7 de la mañana. Estiro mi espalda. Es un sentimiento tan satisfactorio.Me pongo de pie y camino hacia el cuarto de baño. Lavo mi rostro y dientes con un nuevo cepil
Kaleb:Me quedo un poco preocupado por Sylvana y mi madre. No me gusta que salgan después de lo sucedido ayer pero… no puedo alarmarlas, así que enciendo el rastreador GPS para seguir su camino.—¿Dónde están?— pregunto a Adrián—En la bodega señor.Subo al auto y conduzco hasta uno de los terrenos más alejados. Ahí se encuentra una de nuestras bodegas, donde generalmente mantenemos a nuestros rehenes.Confirmo que Sylvana y mi madre están en el hospital justo antes de bajarme del auto y entrar al lugar.—Jefe —me reciben algunos de mis agentes de seguridad y me conducen
Capítulo 26Sylvana:Vamos camino al hospital, en el fondo una tranquila melodía anima el silencio entre Magdalena y yo. Ella es la primera en hablar.—¿Tienes mucho tiempo luchando contra esto? —la miro extrañada—. Con la enfermedad de tu padre.—Varios años —contesto y tuerce un poco la boca—Que horrible, no me quiero ni imaginar lo difícil que es para ti verlo en estas condiciones.—He aprendido a vivir con ello —contesto tratando de sonar lo más natural posible.—Eres fuerte, ¿y tu madre? —el tema que tanto tiempo había tratado de pasar d
Kaleb:—Está aquí —dice Adrian. Un hombre de unos 30 años aparece hecho una fiera, tirando patadas y maldiciendo. Mi furia crece al reconocer que fue él quien le dio la caja a Sylvana. Lo sientan y esposan a la silla y es cuando decido comenzar a hablar.—Todos ustedes están jodidos… no saben que… —un disparo lo sobresalta. Sonrío.—Quiero que te calles la puta boca—El hombre me mira con los ojos bien abiertos pero después sonríe, sabe quién soy.—Jefe, que gusto verlo—su voz es mera despreocupación. Tomo un largo suspiro, visualizo uno de los instrumentos con los que mis agentes torturan y lo tomo. Es una gran vara de acero gruesa y pesada.<