Llegar a Phoenix en helicóptero fue relativamente sencillo y rápido, las vistas desde el aire eran algo que impresionaban al trío de lobos, los cuales solo podían observar por las ventanas, era más que sorprendente ver todo lo que desconocían. Sin embargo, lo que llamo más su atención fue la alta montaña que se extendía frente a ellos, misma que ni siquiera sabían se encontraba ahí en primer lugar. Sakuma les comentó que la montaña no se suele ver desde la ciudad o los lobos están demasiado ocupados viviendo vidas humanas para darse cuenta de la naturaleza que los rodeaba. Shi podía empezar a entender un poco de cómo funcionaban las creencias de Sakuma, y podía empezar a entender que tipo de grupo rebelde eran. Por lo que les contaba, era un grupo que solía albergar todo tipo de género secundario, al no tener usos de supresores, las feromonas de los deltas y gamas estaban más controladas que de uno que solía tomar supresores. Otra cosa que llamaba la atención era la entrada a aquella
El característico olor de la enfermería despertó al alfa, no le gustaba particularmente ese tipo de aromas, siempre lograba traerle recuerdos desagradables por lo que estar ahí no era de sus cosas preferidas. Y se sentía extraño, había una sensación diferente en el que no podía describir y por supuesto, no había sentido o experimentado nunca. Observo a su alrededor con calma, encontrado a Shi del otro lado de la habitación, recostado en una camilla, estaba a punto de levantarse para ir hacia el cuando escucho el sonido de unas puertas abrirse, puertas automáticas que revelaron a Adalrik seguido de Sakuma, en sus manos había una pequeña charola con comida. - Ya despertaste, excelente. Come algo, te hará bien- Sakuma dejo la charola en una pequeña mesa a lado de la camilla donde estaba Kiyan para caminar después hacia Shi, observando al chico que aún descansaba - ¿Por qué el no lo ha hecho aún? ¿Usualmente tarda en despertar después de desmayarse? - ¿Cómo podríamos saber eso? ¿Qué tip
Kiyan se mantuvo en silencio, acariciando el cabello de Shi hasta que se aseguro que este estuvo completamente dormido para levantarse, le cubrió con la manta y dejó un beso en su cabello. Busco sus botas y la chaqueta que llevaba antes de salir de la habitación, caminando con calma por el lugar, había más habitaciones con camillas por lo que suponía que la enfermería era más grande de lo que pensaban, y Phoenix también. La curiosidad que sentía por ese lugar era cada vez mayor, le costaba un poco entender cómo habían logrado construir todo eso dentro de una montaña, pero, suponía que funcionaba de la misma forma que lo hacía la sala del Consejo, y si la historia de Sakuma era verdadera, eso significaría entonces que habían construido todo al mismo tiempo. Podía encontrarle un poco de sentido a sus suposiciones. Siguió caminado en silencio, observando las habitaciones a su alrededor, había algunos lobos en ellas, algunos en camillas y otros solo caminando, podía notar algunas heridas
La habitación donde Kion se encontraba ahora mismo era una pequeña y oscura habitación, la poca luz que entraba era gracias a una pequeña lámpara de mesa que estaba frente a él, sus manos se encontraban atadas detrás de la silla donde estaba sentando, cubriendo su boca se encontraba un bozal, sus piernas también se encontraban atadas a la silla, impidiendo que pudiera moverse. Estaba perfectamente bien sujetado para evitar algún accidente. Frente a él se encontraba Ryoichi, sentado con un guardia a lado, observándolo en silencio. Ninguno decía nada, Kion no estaba seguro si buscaba hacer eso para sacar algo haciéndolo desesperarse por el silencio, algo que no funcionaria en alguien que venía de la milicia y lo sabía bien, no podría obtener información de él de esa forma, Kion era alguien que podría soportar bastante bien cualquier tipo de tortura, y en las condiciones en las que se encontraba ahora estaba seguro que podría resistir más. Ryoichi encendió un cigarrillo, soltando el hum
La habitación de Sakuma era bastante grande, más de lo que el resto de habitaciones que habían visto anteriormente, parecía más un pequeño departamento que una habitación en si. Varias computadoras estaban sobre un escritorio, la amplia cama se encontraba frente a un alto ventanal que permitía ver todo el bosque, aparentemente, estaba lo bastante alto como para que pudiera verse. Los tres lobos se encontraban sentados alrededor de una pequeña mesa, en silencio mientras Sakuma preparaba el té, ni Kiyan ni Adalrik se atrevían a decir algo, y aunque pudieran atreverse a hacerlo, tampoco sabían que poder decir en una situación como la que estaban viviendo en ese momento. Kiyan nunca había sido afectado por la voz, ni siquiera cuando su padre la usaba contra los omegas de la manada cuando vivía. El recuerdo de su padre le hizo suspirar, claramente había demasiadas cosas de él que desconocía y que, ahora podía ver todos los demás lobos conocían menos él. Y no le gustaba, no le gustaba en l
El ruido de pasos caminado de un lado a otro anunció la mañana para los lobos que yacían cómodamente en la cama, la falta de ventanas hacia imposible saber si ya era de día o no, pero la calma de la noche anterior les dejaba en claro que ya debía ser hora de que los hombres de Sakuma se prepararan para sus actividades diarias. El lobo más pequeño se quejo por el repentino movimiento, Shi había estado durmiendo prácticamente toda la noche, en algunas ocasiones Kiyan había despertado sólo para encontrarlo aún acurrucado contra el, algo dentro de él se sentía ansioso de que pudiera desaparecer de su lado. Tal vez por la posibilidad de que ese chico se tratase de su viejo amigo y perderlo nuevamente era demasiado doloroso. Un ligero movimiento sobre el fue lo que le hizo volver a la realidad y abrir los ojos, el peliblanco se estiraba sobre suyo, y por un breve instante sus ojos mantuvieron un contacto, había un ligero brillo en esos violáceos ojos que Kiyan no había visto antes, ¿era pr
Nuevamente los lobos se encontraban en la habitación de Sakuma, solo que esta vez lo que los acompañaba no era una taza de té, sino un sinfín de paleles con información que Sakuma tenía sobre los lobos miembros de Dark Claw, mismos que había obtenido con métodos poco ortodoxos y que por supuesto le enorgullecia demasiado. Después de todo, recopilar información era su mejor talento. Y lo había hecho evidente en más de una ocasión. Ninguno de los tres lobos había dicho nada, tal vez porque Adalrik y Kiyan estaban demasiado ocupados leyendo, o porque realmente no sabían de qué hablar en ese momento. Sakuma por su parte si que estaba tomando una taza de té, observando en silencio como ambos lobos intercambiaban papeles y procesaban todo lo que estaban leyendo. Pero nada de eso tenía sentido para Kiyan en ese momento, solo existía una pregunta aen su cabeza y solo una. - ¿Cómo descubriste que el es su líder? ¿Cómo te diste cuenta que Shi es el líder de Dark Claw? - Sakuma sonrió, dejand
Dos días antes Fuertes gruñidos provenian de la parte trasera del helicóptero, el lobo amarrado al asiento no dejaba de pelear contra las pesadas esposas de metal que impedían que pudiera moverse. Ryoichi se encontraba a su lado, con una sonrisa de satisfacción mientras observaba como el lobo intentaba escapar. En el asiento del copiloto se encontraba la misma mujer que siempre lo acompañaba, en su mirada podía percatarse el miedo de que Kion pudiera escapar y tuvieran un accidente. Nunca había visto a un lobo actuando de esa forma tan agresiva, ni siquiera Tsuki actuaba así, y el lobo tenía un alto grado de agresividad. - Tranquila, tu miedo lo va a alterar más. Si no quieres que tengamos un accidente no lo provoques. Nuestro lindo cachorro es muy fácil de provocar - La voz de Ryoichi sonaba divertida, le divertía demasiado la situación. Saber hacia dónde se dirigían solo hacia qué todo fuera mejor. Su plan estaba funcionando a la perfección y pronto lograría hacer crecer más su e