Había terminado otra semana más, en la clase de Historia Polly no hablaba como acostumbraba, era callada y se molestaba por cualquier comentario, incluso casi golpeaba a un chico de la clase por darle una sugerencia, y sí, cuando la veía por primera vez sus ojos se mostraban rojos por un instante. Creí estar soñando y llegué a la conclusión que por mis extraños sueños estaba viendo cosas que no eran, no me atrevía a decirle a alguien, ni siquiera a Greg o a Cedric.
La chica nueva; Claire, no había llegado a ninguna de las clases que nos tocaba juntas. No volví a ver al chico de cabello singular que llegué a pensar que se trataba del desconocido. Y todo parecía de lo más normal.
El sábado me la pasé casi todo el día encerrada en mi habitación mientras que Josh jugaba en el jardín con la abuela y Aris. Me dispuse a hacer lo qu
—Es hermoso —dijo después de varios minutos.—Lo es —contribuí y me giré hacia él.Él estaba viendo hacía el frente, tenía un rostro perfecto, hermoso, sus ojos tenían un brillo como del que veía en Josh, tenía un anillo en el dedo índice de la mano izquierda, era extraño, parecía ser de oro muy antiguo que le daba vueltas en su mismo sitio mientras observaba, era como ver a mi hermano cuando estaba nervioso o desesperado. Lo más curioso en todo; es que no me incomodaba su presencia aunque era un perfecto extraño, lo sentía como Greg pero en otro cuerpo.— ¿Te gusta este lugar? —Preguntó estirando una serpiente de gomita con sus blancos y perfectos dientes.—Es lo más cercano a mi padre, es decir, es el lugar donde lo recuerdo mejor —respondí nostálgica, perdi&eac
Greg tuvo la suerte de que Aaron le haya dado el auto de nuevo, la primera hora me tocaba Filosofía antes de la clase de Biología, pero no era la clase de Biología que me hacía erizar los vellos de mi nuca. Me sentía extraña de nuevo, pero esta vez estaba segura de que no estaba soñando. Había frio y todos estaban abrigados, al igual que yo, llevaba un suéter negro con capucha, un gorro que la abuela me había tejido hacia un año atrás, cuando salí del auto el vaho de mi respiración se podía ver como una fina cortina en el aíre, parecía estar fumando un puro de los que el sr. Oliver acostumbraba fumar en la librería, pero no recordaba que los tiempos en Aberdeen que estuviesen así de fríos, los alumnos que pasaban cerca de nosotros se abrazaban para entrar en calor.—Puff, que frío hace —murmuró Greg frotán
Su hermosa mirada me hacía decir lo contrario, sus ojos, todo él me resultaba atractivo, pero había algo más que no era positivo en él, había ese peligro en su mirada. Pues ¿Cómo no? Si lo había visto matar a cosas peligrosas y además tener unos instrumentos extraños.—Hola —saludó poniendo sus manos en sus bolsillos de su chaqueta, mientras en su boca dibujaba una sonrisa bella y con esa voz que ya recordaba—. Me llamo Daniell Collingwood ¿y tú eres?«¿Me dijo su nombre?» me pregunté, la cosa más desagradable de esa conversación ¿Por qué?, bueno debo tener en cuenta que le hizo creer a Aaron que estaba loca al no decirme y con esas palabras “es inútil que lo sepas, él no te hará caso”, por un momento sentí mi sistema circulatorio hervir de coraje.—
Me despertó un sonido extraño en la ventana entreabierta y las cortinas que ondeaban por el viento. Me levanté y caminé en cuclillas para poder ver o atrapar a la cosa que estaba haciendo ese ruido espeluznante. Era como ese sonido que Freddy Krueger hiciera con esos cuchillos en la madera del balcón. Cuando me asomé, no había nada más que el viento soplando, no había miedo solo que hacía mucho frío como para pensar que la larga noche llegaría pronto.Mi pijama no ayudaba en nada, un short y una blusa ligera. Las agujas de los pinos silbaban así como en el interior de las cosas huecas. Las hojas caídas de los árboles volaban como si quisieran formar una especie de espectro fantasmal. Parecía una musa que danzaba delante de mi balcón y se acercaba. Al tenerla frente a mí, su rostro entero era espectacular, una hermosa mujer, hasta podía
Creo que al caminar, pisar el asfalto me hacía bien, controlaba lo enojada que estaba y antes de que empezara a drenarme bilis por la boca decidí que era mejor dejarlo así. Dejarlo en el pasado y catalogarlo como un incidente normal, aunque no lo fuese. Olvidé lo que me había causado la molestia al encontrarme con Greg, su simple presencia me hacía sentir mejor aun cuando todo estaba horrible. Mientras caminábamos dentro de la cafetería escolar con nuestras charolas en mano e íbamos a sentarnos a nuestra mesa, él me explicaba que el siguiente fin de semana iríamos a la comunidad de Ocean Shores.Cuando nos sentamos nuestros amigos ya estaban devorando sus hamburguesas; Ronnie Church y Craig Woods, ambos de diecisiete años, hablaban demasiado. Ronnie era el hijo del compañero de policía de Aaron, era alto, de complexión robusta, moreno, de ojos cafés, con espinillas
Mi vida ya no era normal, nunca lo había sido, “normal” y yo nunca congeniamos, pero una pequeña de mí creía que todo lo que estaba sucediendo era lo que tenía que suceder ¿Cómo lo sabía? En realidad no lo sabía. Era esta sensación que albergaba mi corazón al momento de pensar en las cosas que me había pasado.Cuando llegué a casa no me sentía del todo bien, el hecho de que la llegada de Bella no fuera como lo esperaba, algo sumamente extraño estaba sucediendo entre todo lo que me rodeaba, no se me salía de la cabeza el ver a Demon y a Claire con esas cosas, claro no es que me asustaran, pero ¿Qué es lo que hacían? ¿Qué desempeño tenían o qué demonios eran ellos?El viento, el clima en general comenzaba a frustrarme, ya que siempre permanecía nublado, triste y gris y odiaba eso. Extra&
Al llegar a casa hice que Greg se fuera con la duda de lo que había sucedido en el baño de chicas, él era astuto o simplemente me conocía demasiado bien. Me había rogado decirle aunque fuera descabellado, de igual forma no le diría y él lo sabía. Llevé la moto hasta el pórtico, y observé como mi amigo se iba, el escenario era un cielo gris, nubes oscuras cargadas de lluvia. Las noches comenzaban a llover y me imaginé como aquellas chicas habían podido matar al mensajero. Necesitaba no pensar en eso. Josh me distraería de lo que había yo escuchado, pero mientras no lo encontraba, la palabra “asesinar a un estudiante” rondaba por mi mente, dando una parada de cada dos minutos por el Pasillo del Pánico.Incluso apareció el pensamiento de que quizá el accidente de Bella no pudo haber sido un accidente, si ellas no eran lo que solían ser,
Mi corazón parecía aliviarse por un momento al tener comidas como las que empezamos a tener luego de la llegada de Nina, decidí que mamá no tenía la culpa de nada y que yo no tenía ninguna responsabilidad. Sin embargo, había algo que me hacía pensar que yo debía protegerlos, que debía permanecer con ellos siempre, sin importar qué.Al dormir, todo fue espeluznante, otro sueño, más bien otra pesadilla en el que ellas me seguían por todo el pasillo del baño, con esos ojos rojos y colmillos larguísimos, afilados como cuchillas, cuando casi me atrapaban, Daniell Collingwood aparecía, pero todo él me resultaba una especie de fantasma, se veía traslucido y vestido de rojo y dorado y todo él ardía en fuego. Ya sé, suena algo extraño, pero así lo veía y quizás estaba obsesionándome con él si