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31. Soy una furcia

Capítulo 31. Soy una furcia.

Narrado por Dulce.

Cuando salí de trabajar aquella mañana, Daniel estaba allí, con mi moto, para llevarme de vuelta a casa, ya había abusado de su hospitalidad demasiado, y sabía que mi tía me descubriría si seguía allí escondida.

Llevaba varias semanas fuera de casa, y notaba a mi mejor amiga súper rara, llevaba toda la semana dándome largas sobre la fiesta de Cameron.

  • Vendré a buscarte en cuanto me digas – aseguró Daniel, justo después de dejarme en la puerta de mi casa – si necesitas que …

  • Estaré bien – le calmé, para luego darle un beso en la mejilla y un fuerte abrazo antes de volver a hablar – gracias por todo.

  • Es un placer, ya lo sabes – aseguró, para luego marcharse sin más.

Subí a mi habitación, puse el móvil a cargar y abrí la aplicación de los mensajes mientras cargaba, admirando, sorprendida que tenía algunos mensajes de mi amiga. Al fin daba señales de vida.

“Siento no haberme dado cuenta antes, siento no haber estado ahí para apoyarte. Pero ahora lo estaré, cuenta conmigo para lo que necesites.” “Si el cabrón de tu padre no quiere volver a saber nada más de ti, anda y que le den. Nosotros estamos aquí para lo que necesites, Dulce. Roger, Jenny y yo” – ese segundo mensaje me pareció de lo más raro. ¿conocía yo si quiera a su hermana pequeña lo suficiente como para que la incluyese así? – “Hoy hablé con Charlie, ya sabes, papá, y me dijo que, si quieres, podrías venir a casa a comer este fin de semana, y así os conocéis y … Sé que es un poco precipitado. Pero Roger y yo pensamos que es lo mejor” – ese mensaje me ralló aún más “¿papá?” ¿y qué era eso de que fuese a su casa para conocernos mejor? No entendía nada – “Quiero que pienses en mí como tu hermana, ya lo éramos antes de todo esto, pero ahora más. Te quiero, hermana”

¿Hermana? ¿pero de qué coño estaba hablando?

Comencé a escribirle un texto, preguntándole por sus mensajes, porque era obvio que no entendía una m****a, cuando me detuve al pensar en algo. ¿Cómo se había ella enterado de que mi padre no quería volver a saber nada más de mí? ¿sabría ella también que mi padre no era mi padre? Y entonces me fijé en su “papá” ¡Oh no! ¡Oh, m****a! ¡Por favor, que no sea lo que estoy pensando!

Me levanté de un salto y bajé las escaleras, encontrando a mamá en la cocina, preparando el desayuno, mientras mi hermano comprobaba su F******k, sin mucho interés.

  • Mamá – la llamé, haciendo que ella mirase hacia mí, algo sorprendida, pues yo no solía llamarla, no solía hablar con ella, casi nunca. Pero al ver como temblaba cambió su cara de sorpresa por una de preocupación – dime que no es cierto – rogué, con lágrimas en los ojos, al darme cuenta de lo que aquello querría decir. Si Charlie era mi padre, entonces… Roger y yo… ¡Por Dios! – dime que Charlie Watson no es mi padre – solté, haciendo que mi hermano levantase la cabeza del móvil, y mirase hacia ambas, horrorizado – dime que …

  • ¿Cómo te has enterado? – preguntó, confirmándome todas las sospechas, haciendo que mis lágrimas saliesen. Ya no podía estar con Roger, de ninguna de las maneras. Era mi hermanastro, y yo había mantenido relaciones sexuales con mi propio hermano. ¡Por Dios! Me sentía como una furcia en aquel momento.

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