Capítulo 38. Despejar la mente.
Narrado por Abby.
Odiaba terriblemente a mi hermano, ¿os lo he dicho ya? Había obligado a Emma a venir por mí para que me llevase a la fiesta de Cameron. Yo no tenía ganas de divertirme, tan sólo quería encerrarme en la habitación y seguir llorando, porque había perdido a mi pequeño guisante y a su padre en tan sólo un día. Ya no me quedaba nada. ¿Por qué había tenido que marcharse así sin más?
Cameron estaba espectacular aquella noche, llevaba un vestido de leopardo ajustado y unas botas altas.
Capítulo 39. Un baile puede cambiarlo todo.Narrado por Daniel.Y allí estábamos ella y yo, bebiendo cerveza, hablando con otras personas, intentando evitarnos, pero era imposible, por más que ambos lo intentábamos siempre acabábamos poniendo los ojos en el otro.Oh, me encantaba esa canción, era su favorita, de un famoso grupo coreano, la miré y supe enseguida que era en lo que estaba pensando. Ignoré las palabras de Jason, donde me hablaba sobre si había vuelto a tirarme a Aby, y sobre un famoso rumor que decía que “Abby había sufrido un aborto”. En aquel momento me importaba una mierda Aby. Y caminé hacia la pista, observando como ella lo hacía también, encontrándonos en el centro.La agarré de la cintura y la pegué a mí, mientras bailábamos aquella hermosa canció
Capítulo 40. Reculando. Narrado por Dulce.Él era un encanto, siempre cuidando de mí. Se quedó conmigo, hasta que se quedó dormido, era realmente divertido, que él se quedase dormido antes que yo. Rodé por la cama, dejándole a mis espaldas, y comencé a pensar en aquello, en lo que él me hacía sentir. Era mucho más que deseo por tirármelo, eso lo sabía bien, pero no sabía exactamente lo que era, porque nunca antes me había pasado algo así, sólo sabía que nunca antes lo había sentido, nunca antes había encajado tan bien con alguien. Y me encantaba aquella sensación. Aunque, tenía mucho que perder si lo intentaba, si seguía dejándome llevar por lo que sentía, dejaríamos de ser primos, y sabía que él no era un buen tío con las chicas
Capítulo 41. Una paliza al billar. Narrado por Daniel.Eran como las 7:15 y aún no había rastro de Dulce, era más que obvio que no iba a venir, y me sentía como un estúpido al haber pensado que lo haría.¿por qué no llamas a Cameron? – preguntó David – igual ella pueda interpretar las canciones de Sonia y …Siento llegar tarde – comenzó una voz, justo detrás de nosotros. Lucía fatigada, parecía que había venido corriendo hasta allí. Llevaba un suéter en color crema, el cabello alborotado y unos jeans – Estuve todo el día liada con la tesis y …Ya pensábamos que no venías – se quejaba James, para luego ponerse en posición.Vamos a
Capítulo 42. Una canción y una charla. Narrado por Dulce.El tal Sam era de lo más divertido, se le veía a leguas que estaba ligando conmigo, descaradamente, intentando hacerme cambiar de idea sobre el amor. Por supuesto que no creía en el amor, ¿cómo podría creer en él cuando mi madre engañó a mi padre con otro hombre? ¿cómo podría yo, si mi padre me había echado a un lado tan pronto como se enteró de que yo no era de su sangre? ¿El amor? No existía en mi mundo. Tan sólo era algo pasajero, un encaprichamiento que dura un poco, pero que te cansas en cuanto encuentras algo mejor. Eso era lo sentía que era para mí el amor.Y sí, él tenía razón, yo nunca me había enamorado. Me fijé en Roger hace mucho, sí, es cierto, pero nunca sentí
Capítulo 43. Aún pienso en lo que no fue y pudo haber sido.Narrado por Jay.Estaba en casa, cabreado, porque el partido acababa de suspenderse por culpa de la lluvia. Necesitaba aquel partido, ya contaba con ello, con descargar toda mi frustración en él, y ahora no tenía absolutamente nada.Pensé en ella, en la última vez que la vi en aquella fiesta, en cuando todo terminó entre nosotros, en el hospital, frente a su familia.Cogí el teléfono, llevaba varias semanas sin hablarle, me sentía frustrado, dolido, abandonado, y no quería molestarla, sobre todo era eso.Yo.“¿Estás bien? Sigo estando aquí si necesitas cualquier cosa, a pesar de que nuestro guisante ya no esté yo…”Ella no contestó, aunque si lo leyó, al menos eso me
Capítulo 44. Soledad.Narrado por Abby.No sabía cuánto tiempo había pasado desde que me sentí viva por última vez, lo único que sabía es que no reconocía a la persona que me devolvía el reflejo en el espejo, cada vez que me miraba. Aquella chica desaliñada, con el cabello alborotado y grandes ojeras en el rostro, con ojos vacíos no se parecía a mí en lo absoluto.¿Qué me había sucedido? ¿Por qué me había afectado tanto perder a mi guisante, si se suponía que perderle era lo mejor que podría haberme pasado?Abby – me llamó mi hermano, al ver que me echaba sobre la pared, incapaz de seguir hacia adelante, mientras él trabajaba, sentado en el escritorio, con su ordenador - ¿estás bien?Mis lágrimas cayeron en ese
Capítulo 45. Esa chica.Narrado por Daniel.Abrí la puerta del copiloto y saqué a Dulce de él, para luego mirar hacia mi amigo.Gracias por avisarme – aseguré, para luego tirar de ella hacia mi auto, y montarla en él.Se mantuvo en silencio durante un buen rato, y no habló hasta que no me detuve en el arcén, pues no quería hablar con ella en ningún otro lugar, su casa estaba llena de gente, y la mía también.No hagas como si te importase – me dijo, cansada de aquel silencio, sin tan siquiera bajarse del auto – no vuelvas a comportarte así. Ya no puedo fingir que nada ha pasado, no puedo hacer como si no me molestase que sólo te quedas a mi lado por pena. – le dije, con lágrimas en los ojos, haciendo una leve pausa, para recoger fuerzas – ya no quiero volver a esa relaci&o
Capítulo 46. Feliz.Narrado por Dulce.Cuando desperté estaba sobre su cama, con él junto a mí, por lo que no pude evitar sonreír al recordar lo que había pasado entre nosotros, la noche anterior, nuestra charla.¡Dios! Aquello era una verdadera locura, estaba claro que nuestros padres no lo aceptarían. ¿quién aceptaría aquello? Pero ¿qué era aquello? ´Ni siquiera yo lo sabía, tan sólo sabía que quería estar con él.Ambos nos miramos, con una sonrisa en el rostro, y entonces él me besó, de esa forma especial que tanto me gustaba, haciendo que nuestros labios encajasen bien. Le agarré de la cabeza, y le obligué a mirarme, mientras sentía sus manos subir por mi cintura, hasta detenerse en mis pechos.Se detuvo y me miró, sentándose en la cam