Capítulo 27. Salir del paso.
Narrado por Dulce.
Ni siquiera me permití a mí misma pensar en lo que estaba sucediendo entre nosotros, ni siquiera quería pensar en lo mucho que me gustaba ser besada por él, en lo que aquello me hacía sentir, tan sólo quería, necesitaba, seguir besándole.
Me agarró del cuello, e intensificó sus besos, entrelazando nuestras lenguas, mientras yo me quedaba allí, estática, como si ni siquiera fuese dueña de mis actos.
Capítulo 28. Agradecido por tener lo que tengo.Narrado por Daniel.Almorzaba en la planta inferior, con mis padres y mi tío. Hablaban de cualquier cosa, pero yo no podía prestarles atención, sólo podía pensar en Dulce, en lo que me había enterado sobre su padre, mi tío y sus hermanos, y, sobre todo, pensaba en ese beso.Debía de haberme vuelto loco para pensar en la posibilidad de volver a besarla.Aquel paripé con mi tío no duró mucho, pues tenía prisa por marcharse a la ciudad, para llevar algunos papeles a su abogado, así que se marchó antes del postre, y yo lo agradecí bastante.Aún no puedo creerme que Dulce no sea su hija – aseguraba mi madre, algo dolida por la situación, pensando en ella, en lo terrible que se sentiría al darse cuenta de que su padre, ese con el qu
Capítulo 29. El hijo de puta de Charlie.Narrado por Roger. Preparaba el itinerario para la semana siguiente, tenía pocas citas, pero sabía que al final de semana se llenaría, cuando escuché la puerta.¿Quién sería a aquellas horas de la noche? ¿Papá? No, había hablado con Tim y me dijo que se Charlie se retrasaría porque tenían noche de apuestas. ¿Jenny? No, ya dormía, yo mismo la había acostado. ¿Abby? Bueno, era la única que podía ser, pero ella no solía dejarse su llave dentro de casa.Me quedé sorprendido al ver allí, frente a mí, devolviéndome la mirada, desafiante, a un chico, que no conocía en lo absoluto. En realidad, sí que le conocía, sabía quién era, aunque nunca había hablado con él, anteriorment
Capítulo 30. Sangre.Narrado por Abby.Acababa de llegar a casa, aún no podía creerme que el último cliente me hubiese tenido hasta las doce, con la maldita sesión fotográfica en su casa, mientras se tiraba a su novia. Sí, como lo leéis, había tenido que estar presente mientras aquellos dos tenían sexo, porque el tipo quería fotografiarlo todo. Al menos había servido para ganarme 800€ en una sola sesión.Aun así, no dejé que esa idiotez me afectara demasiado, esa misma mañana había estado en la clínica, junto a Jay, porque en un momento, habían pasado trece rápidas semanas, y habíamos podido ver en la pantalla a nuestro pequeño guisante, del que aún no podía apreciarse absolutamente nada. Pero verle allí, escuchando su corazón, fue lo más
Capítulo 31. Soy una furcia.Narrado por Dulce.Cuando salí de trabajar aquella mañana, Daniel estaba allí, con mi moto, para llevarme de vuelta a casa, ya había abusado de su hospitalidad demasiado, y sabía que mi tía me descubriría si seguía allí escondida.Llevaba varias semanas fuera de casa, y notaba a mi mejor amiga súper rara, llevaba toda la semana dándome largas sobre la fiesta de Cameron.Vendré a buscarte en cuanto me digas – aseguró Daniel, justo después de dejarme en la puerta de mi casa – si necesitas que …Estaré bien – le calmé, para luego darle un beso en la mejilla y un fuerte abrazo antes de volver a hablar – gracias por todo.Es un placer, ya lo sabes – aseguró, para lue
Capítulo 32. Una desgracia. Narrado por Jay.Cuando llegué al hospital ella estaba tendida en la cama, con la expresión triste, mientras su hermana pequeña sujetaba su mano. No tenía ni idea de qué había sucedido, pero tras recibir un mensaje de texto de ella diciéndome que estaba en el hospital todo había quedado claro. Algo le había pasado a nuestro guisante.Abby – la llamé, tan pronto como entré en la habitación, haciendo que ella dejase de mirar hacia ninguna parte y se fijase en mí. Sus ojos se llenaron pronto de lágrimas, y me miró, horrorizada. Ni siquiera necesité preguntar qué era lo que había ocurrido, lo supe en ese justo instante: ella había perdido al bebé. Mis lágrimas salieron en ese instante, y ella rompió a llorar, mientras su hermana intent
Capítulo 33. Ella sigue siendo mi prima.Narrado por Daniel.Corría lo más rápido que me lo permitían mis piernas, calle abajo, hacia la casa de Dulce, pues mi primo acababa de llamarme para contarme que su hermana necesitaba el apoyo de alguien. Ella acababa de enterarse de aquella terrible verdad.La abracé con fuerza, tan pronto como entré en su casa, y la vi allí, llorando a moco tendido frente a su madre, y ella tan sólo se aferró a aquel abrazo.Su madre se marchó y su hermano también, para darnos un poco de intimidad, mientras yo besaba su mejilla y acariciaba su cabeza, intentando calmarla.Es mi hermano, Daniel – aseguró, abrazándome con aún más fuerza, entre sollozos – Roger Watson es mi hermano.Mierda, odiaba verla así de mal.
Capítulo 34. Momentos que atesorar.Narrado por Dulce.Por dios santo. Me moría por acostarme con él, era cierto, me moría por acostarme con mi primo Daniel. Pero aquello era mucho más que lo que sentía por el resto de los otros chicos, incluso mucho mayor que el tonteo que tenía con el idiota de Roger, él me gustaba de verdad. Me había gustado desde que tenía doce años, sólo que no quería verlo.Él era la única persona que me conocía mejor que yo misma, el único que siempre había estado ahí para mí, en lo bueno y en lo malo.Pero era una locura, en aquel caos que era mi vida últimamente, era una locura que ya no fuésemos primos nunca más, era una locura, que me estuviese volviendo loca en aquel momento por ser tomada por él.Debería dorm
Capítulo 35. Sin mi guisanteNarrado por Abby.Me tomé unos días libres, en el trabajo. Bueno, más bien, me obligaron a tomarme unos días libres. Mi hermano y mi padre estaba preocupados por mí, incluso Jenni lo estaba. No había vuelto a ser la misma, no desde que abandoné el hospital aquella misma semana.No podía dejar de pensar en mi guisante, en esa vida que había estado creciendo dentro de mí. Y mi cuerpo estaba débil, había perdido mucha sangre y estaba tardando más de la cuenta en recuperarme del todo.Mi hermano llamaba todos los días al doctor para preguntarle si mi estado de ánimo era normal, pues yo era un verdadero desastre, apenas comía, y no dejaba de llorar a cada rato.Emma me escribió para preguntarme si estaba bien, al tercer día de mi aislamiento, al parecer alguien