IVANNA—¿Qué significa esto? —vocifero mi madre alterada.—Mamá, no es asunto nuestro —la detengo apretando mi brazo con el suyo.—Como de que no, ese chico no puede hacerte esto —lo señala furiosa —Me va a escuchar.Sin embargo, antes de que avanzara más, la jale y la llevé conmigo. Entre protestas y maldiciones que iba soltando en el camino puso de su parte y dejo que la arrastrara hasta la cocina.—¿De dónde salió esa maldita trepadora? ¿Y cómo es qué Lillie no me lo dijo?Mi madre está dando vueltas en la cocina, nunca la había visto tan furiosa. Sus ojos llenos de ira y una vena resalta en su cuello cuando mascullo insultos hacía la futura esposa de Adamo.Su futura esposa... No podía hacerme la idea de que él se casará muy pronto.—Madre —musite y me coloque el taburete junto a la barra —No nos deben ninguna explicación.Y es que así era, aunque quería sacar todo y gritarle el porqué ella y yo no, al final mi lado prudente ganaba.Ella se detiene en seco y me observa con esa mir
IVANNA—¡Ahhh! Estoy tan molesta, no, molesta es poco, estoy malditamente furiosa —expreso Anto.Luego de la dichosa comida que tuvieron, vino y se dejó caer a mi lado en la cama, como siempre acostumbramos a hacer esto juntas.—Tranquila, no te hará bien —le dije.Estaba esforzándome para no mostrarme afectada con ese asunto.—No tienes por qué fingir que no te duele. Llora, maldice, patalea y si es necesario también dale una patada en las bolas al tarado de mi hermano, se lo merece por idiota —resoplo.—No, no quiero lastimarlo —musito.—Oh, Ivy tontita —me abraza —Tú eres mucho para todos esos idiotas de allí afuera.—Solo abrázame, Anto, y quédate conmigo está noche.—Y así será, nunca te dejaré sola.Y así fue. El tiempo que estaba ella, hacíamos todo juntas. Vimos varias películas de amor, no podía faltar nuestro helado de chocolate y unos pañuelos para seguir llorando.¿Cuándo se supone que mi alma se vaciara?Quisiera ser fuerte como Antonella, pero ella y yo éramos muy distin
IVANNA—Adamo saldará cuentas conmigo, nomás lo tenga enfrente...—No —lo cortó, antes de que siga —No quiero que hagas nada, papá —lo miro directamente a los ojos, necesito que me lo prometa —Prométemelo.No quería que le hiciera nada a Adamo, ni lo intentara, alguno de los dos iba a salir lastimado y eso nunca me lo perdonaría.—Hija...—Papá, por favor —le suplicó.Él no podrá negarse a mi solicitud, nunca lo hacía. No es que sea caprichosa y le pida todo el tiempo cosas, sin embargo, por esta ocasión lo ameritaba.—Está bien —responde por fin, pero en su voz se escucha el pesar por aceptar.—Hazle caso a la nena —irrumpe Leo —Si lo haces, se molestará más Diablo, lo conoces.Es bueno que se lo recuerde, quizás eso ayude en algo. Tampoco quiero que su amistad de hace muchos años se vea afectada por culpa mía.Ellos no tenían la culpa de que yo me enamorará.—Por mi que le corten el pene, ya no va a poder meterlo en cualquier vagina —espeto mi madre quien seguía de pie dónde mismo —
IVANNA El camino se me hizo eterno. Tanto yo como Anto íbamos apurando a nuestros guardias para que conduzcan a toda velocidad. Antonella había escuchado que la pelea comenzaba cómo eso de las seis, y cuando el auto se detuvo faltaban menos de veinte minutos. Rápido nos bajamos y entramos juntas al lugar, sin esperar a ninguno de nuestros guardias, y la verdad ni le tome importancia. Había mucha gente, diría que estaba completamente lleno y muy apenas podíamos alcanzar a ver el ring. Estaba vacío, eso quería decir que todavía no subían o ya habían peleado, pero no creo, Anto había dicho que comenzaba a las seis, aún había tiempo para buscar a mi padre y hacerlo cambiar de opinión Mientras nos movimos entre el gentío. Le pregunté a Anto algo: —¿Le avisaste a mi madre? —Ya lo sabía, yo me enteré porque la escuché hablando con su guardia para que la trajera hasta aquí —respondió, aún sujetando mi brazo para no perdernos entre el alboroto. Sé qué mamá no me lo iba a decir, así que
EN ALGUNA PARTE DE CHICAGO Dante comenzó a dar vueltas por la explanada casi desierta, si no fuera por los hombres presentes. Dándole varias calas a su cigarro, furioso y a poco de perder el control, pues solamente cuando encontraba inquieto se comportaba de esa forma. Sin embargo, era consciente de que si hacía cualquier movimiento no razonable, estaría poniendo en peligro a su familia, y era lo que menos quería. —Te entrego lo que quieras, pero a cambio debes ordenar que dejen libre a mi hijo —comunico Dante, tratando de sonar calmado —Luego de eso, podrá ser borrón y cuenta nueva. —le recordó, ya que ellos habían tenido tratos en el pasado y él, en algún momento, lo podría necesitar para algún otro trabajo. —Has venido a mi territorio a decirme que, le diga a uno de mis lugartenientes que no puede seguir sus tradiciones italianas porque el jodido Diablo vino a ofrecerme un gran trato a cambio de salvarle el pellejo a uno de tus nenes —una sonrisa torcida le mostró al otro capo.
IVANNALlegó ese día, ese que no quiero admitir que odio. Hoy se casa...Están doloroso pensar eso, el que él ya no sea mío y ni yo suya. En pocas horas será de otra y nuestra corta historia dejara de existir, Adamo dejara de recordar lo nuestro, o si no es que ya lo está haciendo.Es claro que no iré a esa boda, no soy masoquista y no me atrevo a ver al hombre que amo con otra cuando le diga "acepto".Habían pasado unos días desde que pasó aquella cosa terrible que hice. No tenía muchos recuerdos de ese día, con lo poco que recuerdo me quedé muy avergonzada, y la verdad era otra de las cosas que quería olvidar.Yo misma me he estado haciendo daño, pero ya no más. Hoy viajaré a Londres. A llegado también ese día el que me hará poner distancia entre él y yo, y todo lo que le rodea.Nunca más sabré de Adamo.Aunque mi relación con Antonella persista, no habrá nada que me lo haga recordar, eso espero...Mamá decidió acompañarme hasta Londres, le dije que no era necesario, pero insistió e
IVANNADeseé algo imposible.Había deseado que lo nuestro hubiese sidodestinado para amarnos por siempre. Pero si amarlo duele, significa que no fuimos hechos para estar juntos.Si alguna vez lo vuelvo a ver... solamente espero, que crucemos como unos desconocidos.Debo tener solo estos pensamientos, pensar que no estamos destinados, para que se vaya apagando poco a poco este sentimiento.Prefería cerrar los ojos cuando el jet comenzó a moverse, mamá y yo ya estábamos de vuelta acomodadas en nuestros asientos, en espera de que el avión ascendiera.Cuando por fin consigo relajarme al poner la cabeza en el respaldo, el jet se detiene de repente. Abrí los ojos observando nuestro alrededor para comprobar que estaba sucediendo, nadie salió de la cabina para avisarnos algo o la joven encargada de atendernos tampoco apareció.—¿Que estará pasando? —cuestiono mi madre inquieta y se desabrochó el cinturón para ponerse de pie, antes de que lo consiguiera la puerta del jet se abrió —¿Pero, qué.
ADAMOTodo es una jodida mierda. No debería estar aquí, pero lo hago, todo sea por protegerlas, protegerla a ella.Qué jodidos, nunca dejaré de pensar en Ivanna, aún estado con otra no podré. Cada cosa, palabra o momento me la recuerda, esto es jodidamente difícil.—¿Baby, estás bien? —la voz chillona e insoportable de mi futura esposa me hace volver al presente, le echo una mirada con desdén antes de poner los ojos en el cura que está enfrente de nosotros —Siga padre —lo anima, ya que había hecho una pausa por mi distracción.El tipo parlotea unas palabras más mientras mi mirada se pierde en el vacío, solo escucho su voz, pero no le pongo atención a ninguna de sus putas palabras.La maldita boda la organizaron en una capilla a lo lejos de Sicilia, pensaban que si no estábamos en el territorio principal de Diablo, nada podía interferir en sus planes, pero no estoy muy seguro de ello.Todo Italia es de Diablo, y no hay poder alguno que detenga un ataque si desea dar la orden, hasta imb