Asentí en silencio, acomodándome en el asiento. ¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hermano? Necesito avisarle a mi padre.
- Ty, ¿me prestas tu celular? Necesito llamar a mis padres y me quedé sin saldo. - Tyler me pasó su celular sin dudarlo, dejándome marcar el número de papá.
- Hola, Ty, ¿está todo bien? - Suspiré suavemente.
- Papá, soy Gabriella. - Un pequeño silencio se produjo en la línea.
- ¿Estás bien? ¿Qué sucede? - Podía escuchar la preocupación en su voz, imaginándolo con su ceño fruncido.
- Es Benjamin; se siente mal. Ryan dice que necesita transformarse. - Escuché el suspiro de mi padre, seguido de un pequeño silencio.
- ¿Tyler
Sentí que me movían con mucho cuidado, causando que abriera mis ojos, encontrándome a Benjamín, llevándome entre sus brazos hacia la habitación. Sonreí, acomodándome en su pecho.- Debiste despertarme y caminaría. - Sentí sus labios dejar un beso en mi cabello.- Soy tu hermano y siempre cuidaré de ti. - Asentí en su pecho, sintiendo que me acomodaba en la cama a los pocos minutos.- ¿Dónde están todos? - Ben se posicionó frente a la puerta, mirándome de brazos cruzados, con una seriedad poco común en él.- Dahlia fue a revisar el área. Los demás están reunidos en la aldea del Alpha. - Asentí, mirando hacia la ventana.La luz del sol comenzaba a esconderse entre aquellas nubes mientras, el silencio, se cern&i
Desperté en la gran cama, estirando mi brazo, queriendo sentir a Tyler, sin hallarlo a mi lado. Me giré con cuidado, buscándolo, dándome cuenta de que me encontraba totalmente sola en la gran habitación. Me senté en la cama con rapidez, cubriendo mi cuerpo con la sábana, sintiendo una leve incomodidad en mis caderas; algo extraño, ya que yo no soy virgen. Levanté mis hombros restándole importancia.Miré a mi alrededor, detallando el lugar.La habitación era algo rústica, toda en madera, pero hermosa. Había una ventana enorme, con unas cortinas blancas que, analizándola bien, era una puerta que daba salida hacia un balcón. Habían unas dos o tres ventanas más pequeñas alrededor. Un armario más grande que el mío, e incluso el de mi hermano juntos; al fondo, a la derecha, una puerta que, supongo, será el baño.A ambos lados de la cama, dos mesitas de noche, con unas lámparas pequeñas sobre ellas. Algo que llamó mi atención fue la pequeña hoja blanca, doblada por la mitad. Fruncí mi ceño,
Cerré mis ojos, intentando no perder la cabeza con aquella información, cuando su esencia chocó con fuerza en mi interior, haciéndome suspirar y respirar con calma.Abrí mis ojos, encontrándome con el rostro de Tyler a pocos centímetros del mío, su ceño fruncido y su mirada gris azulada, fría por la preocupación.- Te estuve buscando, Gabriella. Parecía un demente corriendo por toda la aldea, preguntando si te habían visto. No me vuelvas a hacer eso.¿Y dónde quedan sus súper habilidades de perro?Sonreí, dejando en blanco mis ojos, mirando a Lucía, quien observaba a Tyler con una sonrisa, negando en silencio.- ¿Crees que dejaría que le pasara algo, Tyler? Merezco más credibilidad y respeto.Tyler miró a Lucía, dejando a su ceño relajarse, riendo suavemente, acercándose a ella para abrazarla y dejar un beso en su cabeza.- Lo siento, Lu, pero sabes cómo me pongo. - Ella palmeó sus brazos con comprensión.- Lo sé, querido, lo sé. - Ambos se separaron, viéndola a ella mirarme con deter
Desperté y abrí mis ojos en la gran cama de la habitación de Tyler, que ahora se había vuelto mía también. Anoche habíamos llegado alrededor de las once de la noche, y me había costado un poco conciliar el sueño.Mi cuerpo estaba de medio lado, mirando hacia el balcón; las cortinas se mecían con suavidad debido a la brisa que corría por causa de la puerta que se encontraba entreabierta. Suspiré con suavidad, cerrando mis ojos, absorbiendo todo lo que sucedía, de nuevo: ahora vivo aquí, en la aldea.- Buenos días, princesa. - Me giré un poco para encontrar a Tyler saliendo del baño, con una toalla en su cintura y una bella sonrisa. Sonreí.- Buenos días. - Me acomodé en la gran cama, apoyando mi espalda sobre el espaldar de esta. - ¿Qué haremos hoy?Tyler me miró con una sonrisa mientras se acercaba a su armario; sacó lo que se pondría con rapidez y agilidad, girándose a verme del todo.- Podría llevarte a tu primer entrenamiento. - Fruncí mi ceño sin entender a lo que él se refería.-
Me incliné un poco, tratando de agarrar el morral, enderezándome con rapidez al sentir un dolor punzante en mis costillas.¡Estúpido Daniel! ¡Ojalá se caiga de las escaleras y se quiebre las piernas! Sonreí un poco ante el comentario de mi conciencia, ignorando un poco el malestar que sentía.Suspiré con suavidad, sosteniendo mis costados con uno de mis brazos, estirando el otro, alcanzando el morral con agilidad.Al tenerlo entre mis manos, saqué la ropa limpia, decidida a meterme en el baño, queriendo ayudar a mi cuerpo adolorido. Me levanté con lentitud de la cama, dirigiéndome a él; al entrar y mirarme en el espejo, casi me da un ataque cardíaco al ver el reflejo.Mi cuello tenía las leves marcas de las manos de aquel animal mientras, mi rostro, estaba totalmente sucio debido al lodo que se había pegado a mi piel; mi cabello también se veía extraño con aquella suciedad encima y ni siquiera hablemos de mi ropa.Negué en silencio, comenzando a remover todo aquello de mi cuerpo con
Después de semejante sueño que había tenido, me había despertado a las siete de la mañana, con Tyler a mi lado. Había abierto mis ojos, sintiéndome determinada ante lo que pienso hacer y, aunque me cueste, haré hasta lo imposible para cumplir con mi propósito.Me levanté de aquella cama con lentitud, evitando despertar a Tyler, cuando sentí sus manos aferrándose a mi cintura, deteniéndome en el proceso, atrayéndome a él.- ¿A dónde vas, princesa? - Sonreí un poco, mirándolo con amor.- Iré a entrenar con Daniel. Lo necesito. - Tyler arrugó su entrecejo, negando en silencio, mostrando su oposición esta vez.- No irás. No después de lo que hizo contigo, Gabriella. - Medio sonreí.Él s&oacut
Comencé a sacudir mi cabeza en señal de afirmación, ya que mis palabras no parecían salir, y Tyler esperaba por una respuesta. Como pude, pasé en seco el nudo de mi garganta, acercándome a él, tomando su rostro entre mis manos.- S-sí, Ty, sí quiero. - Mis palabras salieron en un susurro que él escuchó a la perfección.Se colocó de pie, colocando el anillo en mi dedo, dejando un beso en el dorso de mi mano para, luego, tomar mi rostro entre sus manos, secando mis lágrimas con sus pulgares, dejando un beso tierno sobre mis labios.- Tomaré estas lágrimas como lágrimas de emoción. - Reí un poco, colocando mis manos sobre su pecho, asintiendo.- Lo son, tonto. No me esperaba algo como esto. - Él rió con suavidad, dejando un beso en mi frente, hab
*Cuatro semanas después.*Desperté en nuestra habitación, rodeada por los brazos de mi bello prometido.Me sentía algo ansiosa debido a las apariciones más frecuentes de Caio en mi día a día, atormentando mi existencia; no sé lo que planea, pero sea lo que sea, se está metiendo debajo de mi piel y no me gusta en lo absoluto.Y a todo esto le debo agregar también la nueva noticia, que me tiene ansiosa por igual y creo que hasta peor.Me levanto de la cama con cuidado, dirigiéndome al baño.Al estar dentro, renuevo mi ropa sin problema y abro la ducha, metiéndome bajo el agua caliente. Al sentirla caer sobre mi piel, esta relaja cada músculo de mi cuerpo, haciéndome sentir descansada y menos ansiosa