Cerré mis ojos, intentando no perder la cabeza con aquella información, cuando su esencia chocó con fuerza en mi interior, haciéndome suspirar y respirar con calma.Abrí mis ojos, encontrándome con el rostro de Tyler a pocos centímetros del mío, su ceño fruncido y su mirada gris azulada, fría por la preocupación.- Te estuve buscando, Gabriella. Parecía un demente corriendo por toda la aldea, preguntando si te habían visto. No me vuelvas a hacer eso.¿Y dónde quedan sus súper habilidades de perro?Sonreí, dejando en blanco mis ojos, mirando a Lucía, quien observaba a Tyler con una sonrisa, negando en silencio.- ¿Crees que dejaría que le pasara algo, Tyler? Merezco más credibilidad y respeto.Tyler miró a Lucía, dejando a su ceño relajarse, riendo suavemente, acercándose a ella para abrazarla y dejar un beso en su cabeza.- Lo siento, Lu, pero sabes cómo me pongo. - Ella palmeó sus brazos con comprensión.- Lo sé, querido, lo sé. - Ambos se separaron, viéndola a ella mirarme con deter
Desperté y abrí mis ojos en la gran cama de la habitación de Tyler, que ahora se había vuelto mía también. Anoche habíamos llegado alrededor de las once de la noche, y me había costado un poco conciliar el sueño.Mi cuerpo estaba de medio lado, mirando hacia el balcón; las cortinas se mecían con suavidad debido a la brisa que corría por causa de la puerta que se encontraba entreabierta. Suspiré con suavidad, cerrando mis ojos, absorbiendo todo lo que sucedía, de nuevo: ahora vivo aquí, en la aldea.- Buenos días, princesa. - Me giré un poco para encontrar a Tyler saliendo del baño, con una toalla en su cintura y una bella sonrisa. Sonreí.- Buenos días. - Me acomodé en la gran cama, apoyando mi espalda sobre el espaldar de esta. - ¿Qué haremos hoy?Tyler me miró con una sonrisa mientras se acercaba a su armario; sacó lo que se pondría con rapidez y agilidad, girándose a verme del todo.- Podría llevarte a tu primer entrenamiento. - Fruncí mi ceño sin entender a lo que él se refería.-
Me incliné un poco, tratando de agarrar el morral, enderezándome con rapidez al sentir un dolor punzante en mis costillas.¡Estúpido Daniel! ¡Ojalá se caiga de las escaleras y se quiebre las piernas! Sonreí un poco ante el comentario de mi conciencia, ignorando un poco el malestar que sentía.Suspiré con suavidad, sosteniendo mis costados con uno de mis brazos, estirando el otro, alcanzando el morral con agilidad.Al tenerlo entre mis manos, saqué la ropa limpia, decidida a meterme en el baño, queriendo ayudar a mi cuerpo adolorido. Me levanté con lentitud de la cama, dirigiéndome a él; al entrar y mirarme en el espejo, casi me da un ataque cardíaco al ver el reflejo.Mi cuello tenía las leves marcas de las manos de aquel animal mientras, mi rostro, estaba totalmente sucio debido al lodo que se había pegado a mi piel; mi cabello también se veía extraño con aquella suciedad encima y ni siquiera hablemos de mi ropa.Negué en silencio, comenzando a remover todo aquello de mi cuerpo con
Después de semejante sueño que había tenido, me había despertado a las siete de la mañana, con Tyler a mi lado. Había abierto mis ojos, sintiéndome determinada ante lo que pienso hacer y, aunque me cueste, haré hasta lo imposible para cumplir con mi propósito.Me levanté de aquella cama con lentitud, evitando despertar a Tyler, cuando sentí sus manos aferrándose a mi cintura, deteniéndome en el proceso, atrayéndome a él.- ¿A dónde vas, princesa? - Sonreí un poco, mirándolo con amor.- Iré a entrenar con Daniel. Lo necesito. - Tyler arrugó su entrecejo, negando en silencio, mostrando su oposición esta vez.- No irás. No después de lo que hizo contigo, Gabriella. - Medio sonreí.Él s&oacut
Comencé a sacudir mi cabeza en señal de afirmación, ya que mis palabras no parecían salir, y Tyler esperaba por una respuesta. Como pude, pasé en seco el nudo de mi garganta, acercándome a él, tomando su rostro entre mis manos.- S-sí, Ty, sí quiero. - Mis palabras salieron en un susurro que él escuchó a la perfección.Se colocó de pie, colocando el anillo en mi dedo, dejando un beso en el dorso de mi mano para, luego, tomar mi rostro entre sus manos, secando mis lágrimas con sus pulgares, dejando un beso tierno sobre mis labios.- Tomaré estas lágrimas como lágrimas de emoción. - Reí un poco, colocando mis manos sobre su pecho, asintiendo.- Lo son, tonto. No me esperaba algo como esto. - Él rió con suavidad, dejando un beso en mi frente, hab
*Cuatro semanas después.*Desperté en nuestra habitación, rodeada por los brazos de mi bello prometido.Me sentía algo ansiosa debido a las apariciones más frecuentes de Caio en mi día a día, atormentando mi existencia; no sé lo que planea, pero sea lo que sea, se está metiendo debajo de mi piel y no me gusta en lo absoluto.Y a todo esto le debo agregar también la nueva noticia, que me tiene ansiosa por igual y creo que hasta peor.Me levanto de la cama con cuidado, dirigiéndome al baño.Al estar dentro, renuevo mi ropa sin problema y abro la ducha, metiéndome bajo el agua caliente. Al sentirla caer sobre mi piel, esta relaja cada músculo de mi cuerpo, haciéndome sentir descansada y menos ansiosa
- Tyler. - Hablé con toda la calma posible, viendo cómo el cuerpo de Ty se estremecía de a poco.Me dí cuenta que no se encontraban solos. Casi todos estaban aquí, exceptuando por Spencer y Ryan, que no tenía ni la más remota idea de dónde podían estar. Todos me miraban en silencio mientras, yo, me acercaba a Tyler; sólo yo puedo ayudarlo a calmar su animal interior.Coloqué mi mano sobre su mejilla mientras él cerraba sus ojos, inhalando con fuerza el aire, botándolo con cuidado sobre mi rostro. Sonreí al sentir su aroma mentolado golpearme.- Viene por ti. - Abrió sus ojos, mirándome con dolor contenido. Asentí en silencio, intentando quitarle aquel peso.- Lo sé, amor. No pierdas los estribos todavía. - Él suspiró, asintiendo con rendici&oa
¿A quién intenta asustar? ¿A mi madre o a mí?Escucho un golpe en la puerta trasera que me hace tensar con rapidez, colocando una de mis manos sobre uno de los sai mientras camino hacia ella; respiro con alivio al ver el cuerpo de Tyler a través de la ventana de la puerta, mirando con sospecha los alrededores. Al abrir la puerta, me ubico a su lado, observándolo con ansiedad.- ¿Hallaste algo? - Negó en silencio, mirando el bosque frente a nosotros. - ¿Qué sucede?- Siguen aquí; puedo escucharlos, sentirlos. Sólo están bien camuflados. - Siento que mi cuerpo recibe un sacudón fuerte al escuchar aquello. - ¿Y Helena?Reacciono de mi estupidez, entrando nuevamente a la casa, buscando a mi madre en la habitación; al entrar en ella, hablo.- ¿Mamá