- Oye Niko… Oh lo siento.
Tau había entrado descuidadamente a la cocina, como lo hacía desde que llegó a la base hace tres meses. Ella nunca esperó ver a su amigo en los brazos de Mark, a una distancia que claramente indicaba que ellos se habían besado. Además la mirada avergonzada del pelirrojo no le dejaba dudas.
- ¿Necesita algo García? - ese era Mark que no dejaba a Niko apartarse de su lado. Era evidente la lucha que estaban manteniendo ambos, uno quería alejarse y el otro lo impedía.
- Solo… solo vengo por agua - se excusó ella señalando el grifo.
- Bueno, busque - le indicó Mark apretando los brazos alrede
Los entrenamientos ya no ocupaban tanto tiempo, por lo que los reclutas podían relajarse un poco en estos últimos días que le quedaban. Así fue que Tau se encontraba en el gimnasio, levantando pesas con el mayor peso que su cuerpo le permitía. Parker la miraba de reojo, riendo por lo bajo al ver el excesivo esfuerzo que hacía la rubia. Se terminó cansando cuando notó que Tau estaba demasiado agotada y tal vez no podría volver a poner la pesa en su lugar. Con lentitud se paró frente a ella, cerca de su cabeza y listo para recibir la pesa.- Oye te vas a lastimar - le dijo en su tono serio.- Yo… - hacía un esfuerzo demasiado grande para levantar la pesa -... puedo…- y sintió las manos de Parker envolver la pesa para colocarla en su lugar.
- Aquí tiene, señor - el fastidio que se filtró con tanta claridad en la voz de Nahila casi lo hizo reír.- Gracias. Que tenga un buen regreso a casa y la espero el lunes - respondió Anwar con una seriedad fingida. No podía evitar sentirse el maldito más afortunado del mundo. En su habitación una bella Omega esperaba por él, lista para entregarle tanto placer como el que él deseaba que ella sintiera. Y no solo eso, se irían juntos a la casa de la muchacha y allí sí podrían hacer todo el ruido que quisieran.Caminó tratando de no sonreír, de mantener su expresión neutra a medida que recorría los pasillos que se le estaban antojando interminables. -"Me dijeron por ahí que estás muy, pero muy cómoda en tu casa" - cuando Tau leyó aquel mensaje automáticamente miró al castaño que estaba acostado a su lado. Anwar giró su cabeza para verla de frente y sonreír, ajeno a aquellas palabras.-¿Le has contado a alguien que te encuentras aquí? - indagó ella observándolo con los ojos entrecerrados.-Mark - respondió él sin darle demasiada importancia.-¿Y si yo no quería que se enterara? - y ahí el castaño bajó su teléfono para mirar a la mujer que parecía ofendida.-¿Te avergüenzo? - preguntó éCapítulo 18
Luego de horas y horas de navegar entre distintas páginas Omar dio con aquello que tanto buscaba. Él sabía que la seguridad informática de aquel régimen era una verdadera mierda, por lo tanto no le llevó demasiado tiempo acceder a los archivos secretos de los servicios de seguridad, vigilancia, comunicación y salud. Pensó que el dictador era un verdadero imbécil al dejar tan mal resguardada la información en una época donde obtener buenos datos era aún más importante que contar con buenas armas, pero para los fines que él perseguía esto lo beneficiaba. Le había costado mucho más acceder a los datos de una importante página de apuestas en línea que acceder a los datos secretos del gobierno, una ironía no tan extraña a su entender.Llevaba casi doce horas buceando
-Señor - Tapia caminaba a paso firme para poder hablar con el Comandante. Debía actualizar la información que había conseguido sobre ese país que, repentinamente, causaba interés en el gobierno.-Tapia. ¿Tiene novedades? - el morocho asintió con un movimiento de cabeza -. Excelente. Vamos a mi oficina - le indicó.-Señor. Hay noticias de varios grupos rebeldes que se encuentran activos y causan algún que otro daño a los edificios del gobierno o sus ministerios. Comencé a investigar sobre eso y no encontré nada sobre esas supuestas organizaciones, por lo tanto sospecho que no existen y son usadas para despistar al gobierno de Karan. Realmente es pésima su seguridad informática y sus investigaciones son aún peor, pero
-Ven, siéntate allí - le indicó el hombre. La pequeña se subió a aquel banco alargado donde más de seis personas podían sentarse a la vez -. Ya vuelvo. No te muevas - le indicó y ella se limitó a observarlo.Vio al hombre desaparecer detrás de esa tela que separaba el interior de aquella enorme carpa de la zona exterior, donde una pequeña llovizna comenzaba a caer. No pasó mucho tiempo hasta que el sujeto volvió con un plato lleno de comida y un enorme vaso con agua limpia. Ni bien lo dejó delante de la niña ella se abalanzó sobre él, devorando casi sin respirar. Él la contemplaba sereno, sintiendo esa calidez en el pecho que solo su hijo, quien tenía casi la misma edad que la pequeña, le hacía sentir.
-Volví - le susurró a la rubia que dormía cómodamente. Ella se revolvió en la cama hasta girarse para ver al hermoso hombre que tenía delante suyo.-Hola - susurró y le dejó un beso casto en los labios.-Vuelve a dormir - dijo él atrayéndola a su cuerpo.-No. Quiero terminar de contarte la historia. Ya empecé y no sé si mañana tendré ánimos.-¿Por? - preguntó curioso.-Emmm… me pongo muy sensible el último día…Algo así como si estuviera deprimida - rió -. Y no voy a tener ánimos de contar est
A la mañana siguiente Anwar partió muy temprano a su trabajo. Tau se despidió de él y le pidió comprar algo de chocolate para cuando regresara. Ni bien entró en la base pudo ver a su rubio amigo parado frente a la máquina de café, debatiendo qué hacer.-Xumac - dijo.-Estas mierdas de café. Nunca sé qué pedir - respondió con mal humor y analizando las opciones.-Este, entrenador - la voz de Nahila los sorprendió a ambos. La castaña presionó el botón y el café comenzó a servirse en un pequeño vaso de telgopor.-Nahila - saludó Anwar.