- Aquí tiene, señor - el fastidio que se filtró con tanta claridad en la voz de Nahila casi lo hizo reír.
- Gracias. Que tenga un buen regreso a casa y la espero el lunes - respondió Anwar con una seriedad fingida. No podía evitar sentirse el maldito más afortunado del mundo. En su habitación una bella Omega esperaba por él, lista para entregarle tanto placer como el que él deseaba que ella sintiera. Y no solo eso, se irían juntos a la casa de la muchacha y allí sí podrían hacer todo el ruido que quisieran.
Caminó tratando de no sonreír, de mantener su expresión neutra a medida que recorría los pasillos que se le estaban antojando interminables.
-"Me dijeron por ahí que estás muy, pero muy cómoda en tu casa" - cuando Tau leyó aquel mensaje automáticamente miró al castaño que estaba acostado a su lado. Anwar giró su cabeza para verla de frente y sonreír, ajeno a aquellas palabras.-¿Le has contado a alguien que te encuentras aquí? - indagó ella observándolo con los ojos entrecerrados.-Mark - respondió él sin darle demasiada importancia.-¿Y si yo no quería que se enterara? - y ahí el castaño bajó su teléfono para mirar a la mujer que parecía ofendida.-¿Te avergüenzo? - preguntó é
Luego de horas y horas de navegar entre distintas páginas Omar dio con aquello que tanto buscaba. Él sabía que la seguridad informática de aquel régimen era una verdadera mierda, por lo tanto no le llevó demasiado tiempo acceder a los archivos secretos de los servicios de seguridad, vigilancia, comunicación y salud. Pensó que el dictador era un verdadero imbécil al dejar tan mal resguardada la información en una época donde obtener buenos datos era aún más importante que contar con buenas armas, pero para los fines que él perseguía esto lo beneficiaba. Le había costado mucho más acceder a los datos de una importante página de apuestas en línea que acceder a los datos secretos del gobierno, una ironía no tan extraña a su entender.Llevaba casi doce horas buceando
-Señor - Tapia caminaba a paso firme para poder hablar con el Comandante. Debía actualizar la información que había conseguido sobre ese país que, repentinamente, causaba interés en el gobierno.-Tapia. ¿Tiene novedades? - el morocho asintió con un movimiento de cabeza -. Excelente. Vamos a mi oficina - le indicó.-Señor. Hay noticias de varios grupos rebeldes que se encuentran activos y causan algún que otro daño a los edificios del gobierno o sus ministerios. Comencé a investigar sobre eso y no encontré nada sobre esas supuestas organizaciones, por lo tanto sospecho que no existen y son usadas para despistar al gobierno de Karan. Realmente es pésima su seguridad informática y sus investigaciones son aún peor, pero
-Ven, siéntate allí - le indicó el hombre. La pequeña se subió a aquel banco alargado donde más de seis personas podían sentarse a la vez -. Ya vuelvo. No te muevas - le indicó y ella se limitó a observarlo.Vio al hombre desaparecer detrás de esa tela que separaba el interior de aquella enorme carpa de la zona exterior, donde una pequeña llovizna comenzaba a caer. No pasó mucho tiempo hasta que el sujeto volvió con un plato lleno de comida y un enorme vaso con agua limpia. Ni bien lo dejó delante de la niña ella se abalanzó sobre él, devorando casi sin respirar. Él la contemplaba sereno, sintiendo esa calidez en el pecho que solo su hijo, quien tenía casi la misma edad que la pequeña, le hacía sentir.
-Volví - le susurró a la rubia que dormía cómodamente. Ella se revolvió en la cama hasta girarse para ver al hermoso hombre que tenía delante suyo.-Hola - susurró y le dejó un beso casto en los labios.-Vuelve a dormir - dijo él atrayéndola a su cuerpo.-No. Quiero terminar de contarte la historia. Ya empecé y no sé si mañana tendré ánimos.-¿Por? - preguntó curioso.-Emmm… me pongo muy sensible el último día…Algo así como si estuviera deprimida - rió -. Y no voy a tener ánimos de contar est
A la mañana siguiente Anwar partió muy temprano a su trabajo. Tau se despidió de él y le pidió comprar algo de chocolate para cuando regresara. Ni bien entró en la base pudo ver a su rubio amigo parado frente a la máquina de café, debatiendo qué hacer.-Xumac - dijo.-Estas mierdas de café. Nunca sé qué pedir - respondió con mal humor y analizando las opciones.-Este, entrenador - la voz de Nahila los sorprendió a ambos. La castaña presionó el botón y el café comenzó a servirse en un pequeño vaso de telgopor.-Nahila - saludó Anwar.
-Buenos días señor. Me dijeron que me presentara ante usted apenas me reincorporara - dijo Tau frente al Comandante que la observaba desde su escritorio.-Su hermano - la rubia no se impresionó porque supiera aquel detalle. Tampoco es que fuese un secreto guardado bajo mil llaves - me pidió su permiso por el día de ayer - ella asintió con un movimiento de cabeza -. Quiero que usted entienda que no me sirve un subordinado que, cada determinado tiempo, deberá pedirse permisos especiales - esa última palabra la remarcó con un gesto de comillas con los dedos. Tau frunció el entrecejo -. Se le otorgará el ingreso a la fuerza, pero deberá elegir otro equipo que no sea el de asalto. Las personas que pertenecen a él deben estar disponible los 365 días del año, y ayer usted me dejó en claro
Las graduaciones siempre han sido eventos aburridos, tediosos y en los que ninguno de los presentes, incluyendo a los graduados, parece querer estar allí. Esta no era la excepción.Sobre un escenario montado al aire libre se encontraba el Comandante Borvachov y los entrenadores, esperando uno al lado del otro para saludar a los graduados que pasaban a recibir sus diplomas. Cuando llegó el momento de Tau, Anwar se apresuró en tomar el diploma, quería entregárselo él personalmente.La rubia subió a paso firme las escalera y caminó directo al Comandante que estrechó con fuerza su pequeña mano, aún no estaba zanjado el asunto entre ellos. Luego saludó a Xumac. De allí Anwar le entregó su diploma, acompañando el acto con una mirada cargada de amor y