CAPITULO 16Blair Cooper—Te ves horrible esta mañana querido esposo —digo al ver el rostro de Ezra a través del espejo del tocador; está sentado en la cama estrujándose los ojos—. ¿Tuviste una noche agitada?Baja sus manos y tuerce la boca, hasta que hace una mueca de dolor y termina por tocarse el labio inferior roto.— ¡Mierd@, duele! —dice contrariado y se rasca la cabeza viendo sobre la cama y luego de nuevo a mí.Desvió mis ojos de vuelta a mi rostro mientras termina de aplicarme un poco de rubor en mis mejillas pálidas.—Parece que tu amante estaba un poco enojada cuando la besabas —opine y lo mire de reojo; él solo frunció el ceño.—No sé de qué hablas, Blair —respondió al ponerse de pie y estirar sus brazos sobre su cabeza.Tire la brocha sobre la mesa del tocador y gire mi torso hacia la figura de un somnoliento Ezra.— ¿En serio piensas que soy estúpida? —enarcó una ceja y se señala en el pecho cual alma inocente—. Se perfectamente que saliste anoche y regresaste en plena
CAPITULO 17Blair Cooper—Bueno chicos, eso ha sido todo por la clase de hoy —dije sonriente al grupo de chicos a los que impartía una clase de pintura en el pequeño colegio del orfanato donde crecí—. En el próximo taller definiremos los temas que desarrollaremos para la exposición de fin de año. Que tengan feliz tarde.Todos los chicos recogieron sus materiales de trabajo entre risas y un gran parloteo.—Hasta la próxima semana, profesora Cooper —se despidió el último grupo de chicos antes de abandonar el salón que se me había asignado para dictar mis clases.Los chicos solían llamarme profesora, pero la verdad era que solo daba clases desde mi experiencia en la universidad; había estudiado artes plásticas y me había licenciado hacía dos años como una de las mejores de mi generación, pero por una cosa y otra, nunca pude dedicarme a plasmar mi arte para ser descubierta.Desde que cumplí la mayoría de edad, me tuve que hacer cargo de mi vida porque el orfanato donde crecí solo albergab
CAPITULO 18Blair Cooper— ¿Y qué piensas hacerme si no la suelto, Lennox? —Cuestionó, Scott con desafío en la mirada—. ¿Acaso vas a golpearme hasta enviarme al hospital como es tu costumbre?Mis ojos buscaron con desesperación los de Ezra, pero ni quiera habían reparado en mi presencia; sus ojos azules se mantenían Fijos sobre el cuerpo de Scott como dagas filosas listas para matar. Y fue peor el gesto de enfado de Ezra al ver como mi ex novio me obligaba a girar para pegar mi espalda a su pecho y hundir su nariz en mi cuello.— ¡Déjame en paz, Scott! —chille e intente zafarme—. ¡No caigas en sus provocaciones, Ezra!— ¿Provocación? Esto no es ninguna provocación para Ezra, si más bien fue él quien me provoco al meterse contigo —vi como las manos del hombre en la puerta se cerraban en puño y su mandíbula tensa de apretar los dientes—. ¿O piensas decirme que cuando te la cogiste no tenía idea de que era mi prometida? Lo hiciste para vengarte, todo por siempre querer competir conmigo.
CAPITULO 19 Ezra Lennox No puedo describir con palabras la forma exacta en la que me sentí cuando llegue aquel salón del orfanato y escuche como el idiota de Scott Emerson insultaba a Blair; tal vez fue cosa de instinto, o un atisbo de sentido común. El hecho es que, cuando mis ojos vieron por si mismos la forma en que ese cabron agitaba a mi esposa, la sangre en mis venas hirvió de puro coraje y me sentí como un perro con rabia listo para atacar en defensa de lo suyo. Y es que si algo odiaba, es que un hombre maltratara de cualquier forma a una mujer y menos a una embarazada. Ver el rostro lleno de terror y angustia de Blair sin duda despertó miles de emociones contradictorias dentro de mí, pero la que más hizo ahínco en mi pecho fue la intensa necesidad que sentí por proteger a esa chica loca que sin querer había comenzado a importarme, aun cuando era una insoportable e impertinente mujer que buscaba cualquier excusa para retarme. ¿Acaso estaba sintiendo cosas por mi esposa? No
CAPITULO 20 Blair Cooper —A ver, a ver, ¿Qué tiene que decir la nueva señora Lennox sobre la vida de casada? —Puse mis ojos en blanco mientras bebía un poco de jugo de durazno—. ¿Cómo se siente ser la mujer más envidiada de todo Canberra? —No digas idioteces, Freya —la reprendí con desdén—. Apenas llevo una semana de casada y sabes bien que este no es un matrimonio convencional. Ella chasqueo la lengua y se quitó sus gafas de sol; estábamos sentadas en las mismas tumbonas donde Ezra y yo conversamos la primera noche que vine a esta casa. Era sábado y había invitado a mis amigas a bañarse en la piscina inutilizada por los Lennox. Cara ni siquiera se molestó en venir, pero con tener a Freya me bastaba; sobre todo por el simple gusto de ver la expresión de escándalo en el rostro de mi linda suegrita cuando la vio llegar. —Vamos a ver, ¿me vas a decir tú que con semejante espécimen durmiendo en tu cama, no ha habido ni un poquito de diversión? —el azul en su cabello brillo al ser alc
CAPITULO 21 Blair Cooper — ¡Estoy muy nerviosa! —admití en voz muy baja. Recorrí de palmo a palmo la pequeña pero elegante salita de espera de mi ginecóloga, donde dos mujeres con un embarazo más avanzado que el mío conversaban animadamente entre ellas. —No hay razón para estarlo, cariño —fruncí al ceño como cada vez que Ezra usaba apelativos cariñosos conmigo—. Todo saldrá perfecto con el renacuajo saltarín que llevas ahí dentro. Asentí y me frote el vientre que ahora lucía un leve curvatura que sobresalía sin dejar lugar a duda de que estaba embarazada; ya tenía aproximadamente dieciocho semanas de embarazo y aunque los malestares fueron desapareciendo de manera paulatina, las náuseas y vómitos se negaban a dejarme en paz. Sin contar con que ahora orinaba cada diez minutos, dormía poco por la noche y mucho en el día y lo que sea que tuviera dentro de mi vientre, se movía cual serpiente apunto de atacar. Ya habían pasado casi dos meses desde que estábamos casados y las cosas ent
CAPITULO 22Ezra Lennox—Bueno, señores Lennox, esto que se ve aquí en este círculo rojo es su pequeño bebé.Contengo la respiración al escuchar el sonido fuerte y claro de un latido vigoroso; Blair me toma la mano y aprieta sus dedos alrededor de los míos, busco sus ojos por un segundo y veo como los suyos parecen brillar mucho más que la misma esmeralda que lleve en su mano izquierda. Ella me sonríe con timidez y vuelve la vista a la pantalla donde se apreció un fondo negro con algunos matices entre gris y blanco, donde una imagen un poco distorsionada se mueve por momentos; se supone que ese es mi hijo, el hijo que sin querer Blair y yo creamos.Los ojos se me llenan de lágrimas y tengo que parpadear para alejarlas.— ¿Qué tiempo tiene… él… nuestro bebé? —Titubeo al preguntar porque me da un poco de miedo que las fechas no coincidan con mis cuentas; mi corazón ahora late de prisa y el estómago se me ha hecho un nudo.Creo que voy a vomitar.—Oh, de acuerdo —la doctora comienza a de
CAPITULO 23 Blair Cooper La mirada sinuosa y descarada de mi ex mejor amiga esta clavada en la silueta del hombre parado junto a mí, con una mano rodeando mi cintura de forma protectora. —No puedo negar que envidio tu habilidad para conseguir hombres guapos y ardientes que calienten tu cama, amiga —pronuncio despacio, relamiéndose los labios pintados de rojo con descaro—. Tengo entendido que eres uno de los hombres más importantes de esta ciudad, CEO del corporativo Lennox y con un amplio recorrido en el ámbito femenino; así que, no me puedo explicar… ¿Qué fue lo que le viste a la insípida de Blair? — ¡Ese no es tu jodido problema, Merylin! —le rugí al paso, lista para defenderme—. ¿Acaso no tuviste suficiente con tirarte a Scott? ¡Mírate! —la señale—. Si hasta preñada quedaste. Deberías estar satisfecha de haberte asegurado un futuro con los Emerson. —No seas ingenua, Blair. El aburrido de tu novio ni para eso me sirvió —murmuró con gesto aburrido—. ¿Sabías que el idiota de Scott