Cuando era una adolecente, muchas cosas no me importaban, ahora siendo una mujer mayor, no estaba segura de que tan mal trecho estaba mi corazón, había llorado por Jack y me había resignado a perderlo, y también cambié de opinión al darme cuenta de que mi amor por él, no se olvidaba, así como así, había tratado con todas mis fuerzas, y todas las noches, soñaba con él.Si cerraba los ojos y pensaba en él con fuerza, podía sentir sus labios tocando los míos, y era todo un tormento.Estuve a punto de terminar con mi vida por él, y luego entendí, que no hay peor lucha, que la que no se hace.—Me siento un poco mal de tener que pedirte esto, pero…mis opciones se agotaron, no sé qué hacer y…Miré como las manos de la señora Mónica temblaron, al igual que sus labios, parecía que difícilmente contenía sus lágrimas.—Veo cuanto le importa esto, pero por doce años él no me buscó, ni me contactó, así que…no sé que pueda lograr.—Él te amaba.—Y yo aun lo amo, pero me pregunto si ¿eso será sufici
‘Toc Toc Toc’.Alcé la vista y sonreí al ver al señor Philips, me sorprendí un poco, miré la hora y entendí porque me sentía tan cansada.Iban a dar las ocho de la noche, estaba tan concentrada que no me di cuenta de que ya era tan tarde.—¿Qué tal?, no creí que seguirías aquí— dijo el señor Philips mientras miraba la oficina con cierta desaprobación, mi oficina en el estudio era más grande y mucho más bonita.—Perdí la noción del tiempo— dije mientras me estiraba un poco, empecé a juntar mis cosas y él asintió.El señor Jasón, fue un hombre difícil de tratar en un principio, pero logré congeniar bien con él, era educado y muy inteligente, me enseñó muchas cosas, Jack me había dicho que lo admiraba mucho, ahora entendía por qué, al principio él señor Philips no quiso aceptarme, pero fui insistente, me dio una oportunidad y tuve que aferrarme a eso, como un gato aferrándose con todas sus uñas.Y aquí estaba.—Mi esposa me dijo que, él no lo tomó muy bien.Yo sonreí. —No, no lo hizo.—V
—Honestamente me da igual, cuando termines las reformas te irás y eso será todo— dijo él, usando ese tono de voz tan agobiante.Yo hice una mueca. —¿Tú padre no te lo ha dicho?.—¿Decirme que?.—Me volví socia del estudio, y ya que tu no vas, yo vendré a ti, me refiero a mantener la comunicación entre tú y los empleados.—De eso se encarga Abel—Dijo sin mostrarse sorprendido, lo que me dejaba claro que ya había conversado con el señor Philips.—No, Abel, se encarga de darte información, yo me encargaré de darte información y soluciones, tú no eres arquitecto, yo sí.—No te creas tan importante.—El punto es, que no te vas a librar de mí, así que…¿Compañeros?—Pregunté ignorando su comentario, y estiré mi mano hacia él, para sellar un acuerdo con un saludo formal.—No te hagas ilusiones—Me rechazó sin dudar.Yo bajé mi mano y me puse seria. —¿Puedo saber por qué me odias?.—¿Puedo saber porque sigues acosándome?.—¿Acosándote?, ya no tengo dieciséis— Necesitaba una buena excusa, hasta
No hablamos después de eso, creo que cualquier cosa que dijéramos, arruinaría nuestro encuentro, él volvió a su oficina y yo a la mía, tenía cosas que atender y al parecer, él también.Fue un primer paso, no volvió a poner el vidrio opaco, esta vez él podía verme y yo a él, ya era un poco tarde, me estiré en mi silla y me sujeté el cabello con una liga fingiendo tener calor, en este lugar hacía mucho frío, y era debido a él, y a todo eso que traía puesto encima.Pero, quería verme interesante, provocarlo hasta hacerlo hablar.Era evidente que iba a seguir a la defensiva, no era ingenua, hizo lo mismo la primera vez, y ahora sí que tenía razones válidas para no quererme en su vida, su aspecto, era el único obstáculo, para él, me encantaría poder entrar a su mente y formatearlo.Me sobé el cuello y sentí su mirada sobre mí, que fácil sería la vida si todos tuviéramos un botón de reset.“Voy a casarme”, ¿Por qué dije esa estupidez?.Mi teléfono vibró, y me apresuré a ver quién era. «Cua
Estaba un poco inquieta, había pasado ya media hora, y por suerte, Sofía se puso de pie mientras se estiraba, bostezó y miró a Mathias.—Ya hay que irnos, ya es tarde y Anne ya se quedó dormida.Yo miré a Anne y ella estaba acostada en un sofá, totalmente dormida, me preocupaba un poco qué durmiera con todo ese maquillaje encima, pero no quería despertarla, en verdad parecía muy cansada.—Si, tienes razón, ya es tarde. Bueno, vamos Nolan—Dijo Mathias.—Oye, mañana hablamos bien, ¿De acuerdo?— Preguntó Sofía.Yo asentí y los acompañé a la puerta, cerré y regresé al sofá.Habían pasado cincuenta minutos, iban a dar las once, apagué las luces y me quedé ahí, terminando de ver la película, tratando de no pensar.“No vendrá”.La señora Mónica dijo que, rara vez salía de su casa, no sabía dónde vivía yo, así que no debía de preocuparme.Me estaba quedando dormida cuando, escuché que golpearon a la puerta.Me levanté de golpe y miré a Anne, quien aún estaba en el quinto sueño, golpearon de
Jack:Mi fin de semana se convirtió en algo rutinario, los sábados por la mañana, salía a correr, me ponía una sudadera ne*gra con capucha, un cubre bocas y corría por casi una hora y media, hasta que mi corazón no daba para más, volvía a casa y me duchaba, me preparaba el desayuno…, a veces, pues a mi madre no le gustaba que comiera solo.Así que, a veces tenía que hacer acto de presencia en su comedor, o la tendría encima de mí, diciéndome cosas como:“No deberías de pasar tanto tiempo solo. Ni siquiera te importo tanto como para que vengas a verme. No sé si estás vivo o no”.Era preferible no angustiarla.Después de eso, mi terapeuta venía a mi casa, era una mujer de 30 años, creo que sabía más yo de ella, que ella de mí.En ocasiones me ayudaba, en ocasiones solo se me hacía una pérdida de tiempo.—Hola Jack, ¿Te has ejercitado mucho esta semana?, se nota— dijo mientras se acomodaba en un sofá de la sala.Ella era bonita, soltera, demasiado gentil, no parecía que se enojara por na
Me miré al espejo y sobé mi cuello, estaba lleno de marcas dejadas por él, me arreglé el labial y el cabello, acomodé mi ropa y sonreí, pero aún no podía cantar victoria, salí del baño tratando de mantenerme enfocada.Jack estaba hablando por teléfono.Hoy no traía ese traje ejecutivo, traía unos jeans azules, una camisa blanca, una chaqueta neg*ra, y aquella gorra.De espaldas se veía jodidamente atractivo, tenía hombros anchos y un trasero de ensueño, tenía el cuerpo perfecto, pero decírselo, le parecería una burla.Se giró para verme y yo me aclaré la garganta, tal vez pensaría qué era una desquiciada del se*xo, acabábamos de tener un fabuloso encuentro y ya me moría por más.Me preguntaba ¿si todas las parejas sienten lo mismo?, ¿Debería de pedir más?, no, era mejor que no.Esperé hasta que terminó su llamada y entonces estiré mi mano hacia él.—Mi pulsera—Pedí mientras me miraba con aquellos hermosos ojos brillantes y atormentados. Él la sacó de su bolsillo y me la dio sin prote
—Bueno, tu tobillo se ve bien, tal vez fue un desgarre leve, te daré unas pastillas, solo en caso de que tengas mucho dolor, un ungüento y por ahora hay que poner una venda para que quede lo más inmovilizado posible, hay que guardar reposo, al menos por hoy, ya veremos mañana como sigue.Yo tenía mi vista fija en el doctor, era un señor mayor de cabello canoso, de gafas gruesas y de elegante traje.—Muchas gracias, seguiré sus indicaciones al pie de la letra— dije muy agradecida.—Bien, te pondré….—Yo lo hare— dijo Jack al ver que el doctor iba a vendarme el pie.—De acuerdo— dijo el doctor y dejó una venda y un ungüento. —Entonces, me retiro.—Lo acompaño— dijo Jack.Los miré salir y aproveché para mandarle un mensaje a Sofía, seguramente estaba que se volvía loca por saber que pasaba.Dejé mi teléfono con prisa al escuchar pasos y me acomodé el cabello.Miré a Jack entrar a la habitación, se sentó en la cama y puso mi pie con cuidado en sus piernas, me puso de aquel ungüento, y me