Narra Abigaíl.
Ayer, después de haber regresado del hermoso día que compartí con Daniel y sus hijos, me sentí cansada y fui directo a la casa, aunque me mataba la ansiedad de regresar al taller; igual las chicas no dejaron de trabajar porque le pasé los bocetos que necesitaban y trabajaron en los nuevos diseños sin mi ayuda, pero quería estar ahí para ayudar, era mi mayor sueño confeccionar, yo misma mis propios diseños. Sin embargo, estoy aliviada porque ya no le debo nada a Daniel, con esa salida pagué por su amabilidad al ayudarme tanto y como ese fue el pago que él exigió me siento menos comprometida, aunque con sus declaraciones no creo que esto se termine aquí.
Lo que sí agradezco es que me da mi espacio y no es un seductor como Bruno que no pide permiso,
Narrador Omnisciente.Abigaíl no cabía en sí de a emoción, todo parecía un sueño, como si la vida estuviera esperando porque ella tomara la decisión de cambiar su realidad para enviarle la buena suerte, su nueva vida comenzaba con tantos cambios que podría decir que jamás sería la misma Abigaíl gris que vivió con Rogelio y solo podía lamentar no haber abierto los ojos antes; un bebé, un nuevo hogar, un nuevo empleo y traído en bandeja de plata la oportunidad de crecimiento. Levantó la mano en cuanto vio a Lara para que la ubicara y se saludaron con un beso en la mejilla, Abigaíl se quedó un instante abrazando a su amiga.—Lara, amiga, estoy tan feliz —dijo Abigaíl con una gran sonrisa, pero Lara frunció el ceño, aunque despu&e
Narrador Omnisciente.Emiliano iba a diario a la mansión Garcés, al salir de su trabajo iba con su padre y trabajaba con él con los asuntos concernientes a las industrias Garcés, ya Emiliano tenía muchas ideas de inversión y crecimiento y cada vez se sentía más cómodo, más dueño y señor de su herencia, Marcelo Garcés era un hombre astuto que ahora recuperaba su amor y deseo por vivir, realmente no estaba listo para abandonar la presidencia de sus empresas, así que Emiliano estaba conforme con no dedicarse de tiempo completo, solo ayudar de momento, ya que tenía un compromiso con Bruno ayudándolo, ya cuando Bruno completara su venganza y decidiera qué hacer con Sky Limite Emiliano sabría qué hacer él.Decidió quedarse, incluso trajo un bol
Narra Bruno.Me siento ahogándome, como si me encontrara en el fondo del océano con una pesa atada a mi pie que no me deja salir a la superficie, mis criterios eran erróneos; el amor existe y duele mucho, es sofocante, siento que hasta que no vea a Abigaíl no podré salir a respirar.Tengo una sensación extraña de que cada hora o minutos que paso sin ella algo dentro de mí muere, es fatal sentir está agonía, sin embargo, siento merecerlo, por ser tan soberbio, arrogante, y un imbécil al no poder reconocer la verdad ante mí, ella era y siempre será mi verdad.Anhela encontrarla, incluso ya he pagado investigadores para que lo hagan, pero el temor me invade, y miles de preguntas abordan mi mente; y si ella me rechaza por haberle pedido que aborte a nu
Narrador Omnisciente. Él se sentó de frente a ella y se veía extraño tenerlo a él; siendo el que se sentaba al otro lado del escritorio viéndose como una persona normal, no como el arrogante jefe jactancioso que presumía de estar apetecible. —Quiero pedirte perdón, sé que debes estar furiosa por cómo reaccioné cuando me disté la noticia de mi hijo—, Ella alzó ambas cejas. —Tu hijo— repitió con ironía. —Sí; lo siento me equivoqué, yo me arrepiento de haber dicho esa estupidez y de haberme comportado como un idiota, no tengo justificación, pero la verdad es que me asustó mucho no ser digno de ser padre, y aún lo hago siento miedo de no tener nada que ofrecerle a esa personita que es parte de mí, de no ser lo suficiente para él o de defraudarlo—, las lágrimas rodaban por sus ojos como un gri
Narrador Omnisciente. Con una sonrisa en los labios iba saliendo Bruno de la oficina, después de ambos haberse lavado las caras y sus ojos rojos e hinchados dejaban ver que habían llorado; pero aun así no se sintieron cohibidos de salir, son dos personas con problemas distintos que deben sanar sus heridas. Sin embargo, la sonrisa de Bruno desapareció cuando vio a Daniel entrando al taller, no sabía quién era, pero la presencia de un hombre en ese lugar no le agrado, — ¿él es tu jefe? — le preguntó y ella mostró una sonrisa antes de responder sin altanería más bien orgullosa de su propio mérito. —Yo soy mi propio jefe, — se mordió la lengua para no decirle que se acabó tener que cumplirle los caprichitos a su antiguo jefe inmaduro. — ¿Y él qué hace aquí?, —cuando hizo esa última pregunta s
Narrador Omnisciente.En Sky Limited de nuevo las llamadas y ocupaciones de presidencia eran pasadas a la oficina de Wilmer, ya que Emiliano entre risas le dijo que él estaba más capacitado para atender la empresa, por el hecho de que era quien gozaba del amor en su vida; a Wilmer le pareció que Emiliano no lo dijo con su habitual burla, sonreía, pero no con la misma repugnancia por lo bello de la vida, no pudo analizarlo más.—¿Cómo puedo llevar el departamento de Marketing cuando debo atender la empresa entera? —dijo a su oficina vacía e ignorando por treinta segundos su teléfono que no dejaba de sonar.—Señor, la señora Jennifer Gales lo busca —dijo su secretaria utilizando el intercomuni
Narrador Omnisciente.Las empleadas de Abigaíl cuchicheaban, sobre Bruno, quién estaba en la oficina esperando a Abigaíl y soltando un bufido cada dos minutos, se le hacía larga la hora que ella llevaba fuera.—Será que primero fueron a construir el restaurante, antes de comer— dijo molesto hablándole al espacio cerrado.Abigaíl entró al taller y todas las chicas la veían con una sonrisita en el rostro, Bruno abrió la puerta de su oficina y puso sus manos en la cadera, se había quitado el saco y la corbata y subido los puños.—¡¿Bruno, no saliste?! —preguntó Abigaíl, aun sin poder creer que él, siendo el más orgulloso y déspota de los homb
Narrador Omnisciente.Bruno la besó y Abigaíl abrió más sus piernas para darle más acceso, se sentía feliz y quizás se quería engañar, pero quería experimentar esta faceta de estar enamorada con Bruno, aprovecharía un poco de la vida…, Bruno de repente paró y se separó de ella un poco espantado—¿Qué pasó? —preguntó Abigaíl sintiendo el vacío de él al alejarse.—¿Puedes?, es decir, en tu estado, ¿no te hará daño?Abigaíl se echó a reír.—Tienes razón, no podré tener sexo en el próximo año y medio,