Capítulo 38: Jamás perderé a Eva

Mi madre se acercó lentamente, como si temiera interrumpir algo importante, pero extendiendo sus brazos en busca de un abrazo que yo no tenía intención de devolver con la misma calidez.

—Si mi querido Nicolás no viene a su madre, entonces su madre vendrá a él, mi amado pequeño —murmuró con dulzura, ignorando deliberadamente mi evidente falta de entusiasmo.

Con un suspiro, me levanté de mi asiento, permitiendo que se acercara y me envolviera en su abrazo. La dejé hacerlo, aunque su toque me resultaba casi intolerable.

—Deja de llamarme pequeño, ya no soy un niño —le espeté, intentando mantener la compostura, pero mi tono helado revelaba lo poco que me importaba su afecto.

—Eras más adorable cuando eras un niño. ¿Cuándo dejarás tus complejos por tus hermosos ojos? Deberías dejar de usar lentes de contacto —insistió, con esa sonrisa que solo servía para irritarme más.

Sentí cómo mi paciencia se desvanecía, y respondí con una frialdad calculada.

—Si solo has venido a regañarme, puedes irt
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo