CAPÍTULO 10.ALAY BENJAMIN.Salir de la cama, a escondidas de mamá y papá, aprovechado la ausencia de Cassandra y de todos los ayudantes de la casa que yacían dormidos profundamente.Me gustó sentir la adrenalina palpitando en mi pecho, me hacía sentir que estaba cometiendo algo malo pero a la vez no lo era. Estábamos volviendo algo clandestino en algo que podía llevarse al altar.No sentía amor por él.Él no sentía amor por mí…Simplemente nos gustaba jugar.Hugh Ecker había vuelto luego de vivir largos años en España junto a su familia. Nadie sabía de esta llegada inesperada según él, porque sabía lo importante que era que un Ecker volviera para pasar por el palacio luego de la llegada del numero diecinueve. Hace dos años hablábamos por mensaje o por video llamada. Nos contábamos de todo, él hacía que no me sintiera fea y veía mis defectos como la perfección llevada al altar.Mientras el resto se burlaba de mí, Hugh calmaba mi alma insegura oyendo cada cosa que le contaba.Y cuando
CAPÍTULO 11EMMA QUEEN.Le dolió en el alma cuando la limusina que el mismo palacio enviaba para pasar a buscar a los postulantes, se la llevó.Con una mano en su collar, Emma rozaba con sus dedos el dije de este. Temía que la molestaran como lo hacían en la escuela, temía que no supiera defenderse. Que no supiera en quien confiar o no. Tenía miedo de que le hicieran lo mismo que a ella a los diecinueve años y que no la dejaran en paz.Era consciente de que había criado a una niña fuerte y astuta. Eso también lo pensó cuando tenía su edad pero ni esa actitud fue un chaleco antibalas para ignorar las fuertes críticas de la sociedad.Damián la abrazó por detrás, le dio un beso y se despidió para volver a su despacho a trabajar. Sin embargo, Emma se quedó en la entrada, sola, con sus ojos en el final de su hermoso jardín sin porton.Pero esta frunció el ceño al ver que un auto ingresaba a su predio. Uno Ferrari rojo para ser exacta. Que venía cuidadosamente por la entrada y se estacionó
CAPÍTULO 12ALAY QUEEN BENJAMIN ECKER (¿Cuántos apellidos tiene esta niña, dios mio?)Lo había visto a través de fotos, anuncios y desde la distancia cuando pasaba con mi bicicleta. Lo había visto en una noche de tormenta cuando volvíamos del cine con papá. Lo había visto en su plenitud de casamientos y en el socorro de las jóvenes que no deseaban ser casadas aún debido a acuerdos entre familiares.La limocina se estacionó lentamente en cuanto encontró lugar. Fue una bestialidad ver a la cantidad de jóvenes que este año iban a postularse. Y lo noté por las infinidades de autos caros que estaban llegando por minuto.Apenas se estacionó, el chofer bajó conmigo y me ayudó a bajar mis maletas. Era un dia espectacular y lo único que apreciaba era el gran paisaje que se extendia por todo el predio. Como si miles de jardineros trabajaran en él por día. La variedad de flores plantadas le daba tanto color a tanta oscuridad.Y con respecto a eso, como era lo único que apreciaba, vi como la mayo
CAPÍTULO 13ALAY BENJAMIN QUEEN ECKER.Caminar junto a Charlotte fue como si lo hiciéramos en cámara lenta. Todos los ojos estaban puestos sobre nosotras y no era solamente por como estábamos vestidas o maquilladas…sino porque nuestros apellidos eran los más fuertes en postulaciones femeninas. Éramos una amenaza para toda aquella mujer que quisiera presentarse en sociedad para contraer matrimonio en el palacio.Éramo una amenaza para todos aquellos que quisieran tomarnos como esposa porque habían tantos postulantes deseando hacerlo que podían, incluso, sacarse los ojos entre ellos.Pero estaba segura de que eso pasaría más con Charlotte que conmigo.Hugh, inesperadamente se unió junto a nosotras. Literalmente estábamos caminando a la par y ni siquiera nos había saludado hasta que Charlotte lo miró, horrorizada.—¿Y tú eres…?—le preguntó, torciendo sus labios pintados de un rojo fuego.—Hugh Ecker, amigo de Alay—me sonríe a mí, ya que estoy en el medio de ellos.Amigos.Amigos.Amigos.
CAPÍTULO14Lo primero que sintió Emma al cerrar la puerta luego de despedirse de la señora Ecker fueron dos cosas: abrumación y desconcierto.Fue como una visita engañosa, calculadora. Estaba segura de que la señorita Madeleine había venido hasta aquí con la intención de conocer a la ex de años pasados de su esposo.Era una estrategia meticulosa. Claro, si algo llegaba a suceder otra vez algo entre Emma y Ashton, seguro le generaría culpa porque había traído un delicioso pie en signo de “amistad”.“Oh, cómo puedo ser tan desconsiderada en querer engañar a Madeleine. Ella trajo pie a esta casa” pensó Emma, irónicamente.—He visto a la señora Ecker desayunar en el jardín contigo ¿todo marcha bien? —se sobresalta al escuchar a Damián salir de su despacho.La joven se da la vuelta, saliendo de la ventana y caminando hacia su esposo, alisándose el pantalón blanco.Y ahí está él, limpio, pulcro, una belleza andante. Un hombre duro, frio y que a pesar de que esté trajeado y con lentes, le da
CAPÍTULO 15Al mediodía debíamos bajar a uno de los salones para comer. No tenía hambre. No mucho. Había desayunado bien en casa con mis padres antes de venir aquí.Sinceramente, hasta ahora, me había llevado una mala impresión. Me había topado con la destacada mirada de Hugh sobre Char e iba a convivir con un hombre con unos años más que yo que me despreciaba y yo igual.Aquel tipo era literalmente un simbolismo sexual. Pero tenía una actitud de ogro que opacaba su belleza por completo. Era un sujeto apuesto, debía admitirlo. Incluso tenía en la mente su cuerpo escultural saliendo de la ducha mientras se secaba el cabello con una pequeña toalla, frotando sus mechones rubio ceniza tirando a un castaño claro…—Alay—Charlotte da un chasquido de dedos con fuerza ante mis ojos para regresarme a la realidad—. Tu comida se enfría.—Mierda—musito, comiendo mi puré de papas con culpa por haberlo hecho esperar.—¿No te parece extraño que ninguna chica quiera sentarse en nuestra mesa?—deja caer
CAPÍTULO 16Una de las cosas que había visto Sebastián en Alay, era su forma de hablar tan pausada y tranquila. Como si la paloma de la Paz le hubiese meado encima o fornicado con una humana y de ella hubiera nacido semejante mujer diminuta.Era diminuta por su contextura física pero todas la partes de su cuerpo tenía lo suyo. Pechos medianos, cintura pequeña y trasero de manzana. Era una joven de muñecas chiquitas, tanto que, juraba que algún apretón podía rompersela. De la nada terminaron charlo en un jardín, viendo como varios jóvenes ya habían tomado varios caballos para montarlos y seducir a mujeres que tomaban el té.—Siento que el tiempo aquí será tan eterno como tedioso—le dijo Sebastián—¿tú eras de mi escuela?—Sí, era tu compañera en física, aleman y matemáticas—le responde ella.—Nunca te había visto o simplemente no te recuerdo. Lamenta mi mala memoria.> piensa Alay, con tristeza. —No te preocupes—le dice ella—. Creo que las cosas siempre se dan por
CAPÍTULO 17ALAY BENJAMIN QUEEN ECKER.Era normal ver como todos, al salir de almorzar, preferían pasar el tiempo al aire libre en el clima espectacular. Y los entendía porque el palacio era el paraíso.No iba a faltarte comida nunca, no iba a faltarte agua nunca, la diversión estaba al alcance de nuestras manos. Nos imagino a todos con la ropa cómoda, a colores, pero a decir verdad…el gris era un fastidio.El gris opaca nuestros atributos, esa era la verdad. Charlotte no era la única que se había saltado la norma. Incluso Sebastián no la llevaba puesta, tenían algo muy a gusto sacado de sus roperos.Me sentía una tonta estar de gris entre ellos como una azafata sin color.Pero eso no era lo importante, sino como Charlotte y Sebastian se habían quedado mirando. Cada vez que sus ojos se encontraban, nerviosos, los desviaban deseando que el otro no se hubiera dado cuenta.De pronto me convertí en un tercero, que estaba allí, tomando su malteada de frutilla con timidez.—¿Ya tienen en me