A él le encantaba escuchar lo mucho que disfrutaba todo lo que le hacía, le hacía saber lo bien que la hacía disfrutar, era lo único que quería en ese momento que Luna estuviera satisfecha, probarla de todas las formas posibles era lo mejor, por que de verdad sabía deliciosa, como jamás nunca probo y sonrió cuando sintio como se corrió justo en su boca de una manera espectacular, el abrió mucho más la boca, no dejaría que nada se despediciara. Siguió su cometido a pesar de que sabía que Luna había pasado su primer orgasmo, pero también sabía que uno no erasuficiente, jamás lo era si se trataba de ella. Farit observó como se removía sobre la cama tratando de no cerrar sus piernas, estaba luchando contra sus impulsos y le encatantaba a que grado podia llevarla, así que la rubia siguió jalando un poco más fuerte del cabello de Farit, mientras rasguñaba sus hombros. Al el no le importo, simplemente vivía y moría para complacerla, sabiendo que eso solo era el inicio de esa sesión de sexo d
Luna había planeado decirle todo apenas terminara exhausto por el sexo, pero era evidente que resultó ser todo lo contrario, ella se había quedado totalmente dormida y no supo más hasta ahora, se preguntó donde pudo haber ido su novio, ya que no lo escuchaba ni el el baño y su ropa no estaba. Su primero impulso fue salir de la cama e ir a buscarlo.Observó el reloj sobre el buro, pasaban las 2 de la mañana, ¿Por qué no estaba con ella, en su cama, durmiendo igual? Era extraño, jamás la dejaba después de hacer el amor, al contrario, le gustaba dormir acurrucados. Entonces sé preocupó, pero después recordó la fiesta de Sol y se dio un golpe mental, estaba actuando un poco paranoica después del sueño, su novio debía estar con ellos, tal vez aún no terminaba el evento y como el anfitrión que era debía estar ahí. Se paró de la cama un poco más tranquila y se puso una de sus batas para salir de la habitación, frunció el ceño cuando no escucho ningún ruido y las luces estaba apagadas de los
—Exacto —Luna concordó con cualquier pensamiento que tuviera su cuñada, ambas sabían lo mismo—. Y luego me matara a mí por ser su alcahueta. —La rubia refutó, por que sabía que así sería, le reclamaria por el simple hecho de que ella las había juntado. No quería tener una pelea con el por esto. Tenia que pensar que hacer en ese momento.—Señorita, ¿Qué ocurre, por qué gri...? ¡Virgen tantísima! —Yuri exclamó cuando entró a la habitación tapando su rostro, totalmente conmocionada a pesar de que las chicas ya se encontraba cubiertas. Tampoco ella se había imaginado todo lo que se iba a encontrar y pensó pensó el señor Monatalvo.—No le digas a Farit, nos ganó el momento, sabes como es Jessy —Sol quiso justificarse, pero de la peor manera, Luna negó, no quería escuchar como ambas se había seducido, como pensaba Sol que iba a conocer como era su amiga en ese aspecto, jamás la había visto con nadie en la cama. Esto superaba por mucho el nivel de confianza que había entre ambas, no sabía co
Luna se encontraba en un lugar que no creyó visitaría pronto hasta que la duda y la incertidumbre se hicieron más grandes, necesitaba saber la respuesta a su duda de una buenas vez por todas. No sabía realmente cómo sentirse, era un extraño sentimiento mezclado con un poco de temor, aunque no lo quisiera admitir, ella conocía la respuesta, solo quería confirma qur estaba en lo correcto. Apretó sus manos de forma nerviosa, miraba a su alrededor buscando tranquilidad en algo, pero cada vez que miraba hacia alguna dirección solo se encontraba con alguna pareja enamorada mientras se miraban con ternura y acariciaban tiernamente la barriga de la embarazada. La hacían sentir un poco incómoda, pero no era culpa de nadie que ella se sintiera de esa manera. La felicidad de cada una de esas parejas se notaba a distancia y entonces suspiró cansina, imaginarse así con Farit la puso intranquila, había tantas cosas a su alrededor en ese momento que no sabía si un bebé en ese momento sería bueno o m
—Que sorpresa verte aquí, Luna —El de bata saludó amable. Le señaló uno de los asiento en frente de su escritorio y tomó asiento en su sitio al ver que la chica estaba sentada ya.—Para mí también lo es —Luna musitó serena, y un poco irónica, ella juraba que nunca estaría en un consultorio por esa razón, bueno si lo había pensado, pero no de esa forma, lo realmente seguro es que uno jamás sabía como terminarían las cosas, un claro ejemplo era el de ese momento—. Quisiera que me dijera si estoy embarazada o no. —Fue al grano, no veía el caso a estar darle vutas.—¿Y tú que resultados buscas? —Bret preguntó curioso y más serio. Algunas mujeres que obtenían un embarazo no deseado optaban por un proceso definitivo, era su derecho saber que era y no lo que quería para sus vida, no era de su agrado practicarlo, por supuesto que no, ya que el era grato creador de la vida y de Dios mismo, pero tenía que ser claro y ofrecer todas las opciones adecuadas para la paciencia. Ante todo tenía que es
Luna caminó hacia la salida con paso decisivo, estaba ansiosa por ver ya que Farit, hasta que paró por un segundo al ver a David recargado en uno de los pilares de la entrada del hospital. La rubia paró en seco y miró hacia atrás buscando la razón de que se lo encontrara aquí, por que tal vez solo había acompañado a alguien, no quería pensar que la razón de que estuviera ahí fuera ella, por que eso sería inaudito. Cuando no vio a nadie a su alrededor la sospecha se hizo más grande y suspiró cansina.El semblante se Parisis era serio mientras bajó la mirada al abdomen de la rubia y la escudriño de pies a cabeza. Desde que Luna le dijera que esperaba un hijo de Farit, su mente no dejo de molestarlo ni por un instante, era incluso tortuoso, no dejaba de pensar en todo lo que tuvo que renunciar por su culpa. En como fue tan hijo de puta de arrebatarle incluso ese derecho, en realidad lo había hecho todo y eso lo llenaba de tanta frustración, por que así como el le había quitado todo, Dav
Luna subió sus manos al rostro del castaño acunándolo entre ellas, sentía tanto cariño por él, aun pasarán por todo esto, ella lo quería, como el más hermoso amor que algún día tuvo. David también la tomó de la cintura, atrayéndola hacia su cuerpo, por un momento creyó que Luna estaba recapacitado respecto a lo suyo y sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo, la quería con todo su corazón y no quería que esto se acabara nunca. La rubia recordó todo lo que vivieron juntos. ¿Cómo sería capaz de olvidarlo? Jamás, ni lo intentaría, era su primer amor, a pensar de todo lo que vivieron lo atesoraria en su corazón y eso lo tomaría como una despedida definitiva. Parisi cerró sus ojos y se deleitó con la cercanía de Luna, la necesitaba. Había esperando tanto por esa cercanía desde la primera vez que la vio después de tanto tiempo.—Yo sé que puedes volverme amarme como antes... —David dijo ilusionado de todo lo que estaba pasando en ese momento, pero rápidamente sus ilusiones se vinieron
Luna bajó de su auto al estacionarse frente a la casa de sus padres, había ido ahí con un solo propósito que no la dejaron seguir derecho y solo dejarlo pasar, no ella tenía que saberlo en ese instante y de manera urgente. Tenía la necesidad de saber que explicación le daría su madre cuando le reclamara directamente de todo lo que le había dicho David. Aunque conociéndola sabía que le podría muchas trabas o si tenía algo que ver en todo esto trataría de salir por la tangente, Dios si conocía muy bien a su madre. No quería creer que ella tenía algo que ver en todo esto, de verdad que no quería que eso fuera cierto, pero algo dentro en su ser le gritaba que ella tenia todo qué ver, incluso preferiría mil veces pensar que tal vez todo fue culpa de las circunstancias, del destino, de como había sucedió las cosas o que Dios no los quería juntos, pero no lo sabría hasta que se lo preguntara directamente a los ojos y le dijera contundente que no tenía nada que ver y por una vez en su vida pe