—Que sorpresa verte aquí, Luna —El de bata saludó amable. Le señaló uno de los asiento en frente de su escritorio y tomó asiento en su sitio al ver que la chica estaba sentada ya.—Para mí también lo es —Luna musitó serena, y un poco irónica, ella juraba que nunca estaría en un consultorio por esa razón, bueno si lo había pensado, pero no de esa forma, lo realmente seguro es que uno jamás sabía como terminarían las cosas, un claro ejemplo era el de ese momento—. Quisiera que me dijera si estoy embarazada o no. —Fue al grano, no veía el caso a estar darle vutas.—¿Y tú que resultados buscas? —Bret preguntó curioso y más serio. Algunas mujeres que obtenían un embarazo no deseado optaban por un proceso definitivo, era su derecho saber que era y no lo que quería para sus vida, no era de su agrado practicarlo, por supuesto que no, ya que el era grato creador de la vida y de Dios mismo, pero tenía que ser claro y ofrecer todas las opciones adecuadas para la paciencia. Ante todo tenía que es
Luna caminó hacia la salida con paso decisivo, estaba ansiosa por ver ya que Farit, hasta que paró por un segundo al ver a David recargado en uno de los pilares de la entrada del hospital. La rubia paró en seco y miró hacia atrás buscando la razón de que se lo encontrara aquí, por que tal vez solo había acompañado a alguien, no quería pensar que la razón de que estuviera ahí fuera ella, por que eso sería inaudito. Cuando no vio a nadie a su alrededor la sospecha se hizo más grande y suspiró cansina.El semblante se Parisis era serio mientras bajó la mirada al abdomen de la rubia y la escudriño de pies a cabeza. Desde que Luna le dijera que esperaba un hijo de Farit, su mente no dejo de molestarlo ni por un instante, era incluso tortuoso, no dejaba de pensar en todo lo que tuvo que renunciar por su culpa. En como fue tan hijo de puta de arrebatarle incluso ese derecho, en realidad lo había hecho todo y eso lo llenaba de tanta frustración, por que así como el le había quitado todo, Dav
Luna subió sus manos al rostro del castaño acunándolo entre ellas, sentía tanto cariño por él, aun pasarán por todo esto, ella lo quería, como el más hermoso amor que algún día tuvo. David también la tomó de la cintura, atrayéndola hacia su cuerpo, por un momento creyó que Luna estaba recapacitado respecto a lo suyo y sonrió como no lo había hecho en mucho tiempo, la quería con todo su corazón y no quería que esto se acabara nunca. La rubia recordó todo lo que vivieron juntos. ¿Cómo sería capaz de olvidarlo? Jamás, ni lo intentaría, era su primer amor, a pensar de todo lo que vivieron lo atesoraria en su corazón y eso lo tomaría como una despedida definitiva. Parisi cerró sus ojos y se deleitó con la cercanía de Luna, la necesitaba. Había esperando tanto por esa cercanía desde la primera vez que la vio después de tanto tiempo.—Yo sé que puedes volverme amarme como antes... —David dijo ilusionado de todo lo que estaba pasando en ese momento, pero rápidamente sus ilusiones se vinieron
Luna bajó de su auto al estacionarse frente a la casa de sus padres, había ido ahí con un solo propósito que no la dejaron seguir derecho y solo dejarlo pasar, no ella tenía que saberlo en ese instante y de manera urgente. Tenía la necesidad de saber que explicación le daría su madre cuando le reclamara directamente de todo lo que le había dicho David. Aunque conociéndola sabía que le podría muchas trabas o si tenía algo que ver en todo esto trataría de salir por la tangente, Dios si conocía muy bien a su madre. No quería creer que ella tenía algo que ver en todo esto, de verdad que no quería que eso fuera cierto, pero algo dentro en su ser le gritaba que ella tenia todo qué ver, incluso preferiría mil veces pensar que tal vez todo fue culpa de las circunstancias, del destino, de como había sucedió las cosas o que Dios no los quería juntos, pero no lo sabría hasta que se lo preguntara directamente a los ojos y le dijera contundente que no tenía nada que ver y por una vez en su vida pe
El no tenía por qué lidiar con sus problemas, era un asunto entre su madre y ella, era mejor que no supiera nada, no hasta que ella estuviera muy segura de lo que había pasado en realidad. Arturo asintió, no le creía, sin embargo, al menos confiaría en que así fuera. Ella tenía que tener sus razones para no querer decirle y entendía cual era una de ellas.—No te preocupes, es solo un malentendido que quiero que ella me explique. —Luna le explico solo un poco y sonrió para apaciguar un poco su preocupación, Se encogió de hombros restándole importancia. era mejor aparentar que era una cosa sin importancia a que su padre sospechara algo más. El señor Sandoval asintió de nuevo y palmeo su mejilla con suavidad. No insistirá más, estaba feliz por verla ahí, a pesar de que fuera por situaciones que le preopaba un poco.—Espero veste en la cena. —Arturo musito con paciencia y Luna soltó una mueca, no sabía que tan buena idea sería eso, no después de que hablara con su madre y respecto a lo q
Al menos ambas estaba en la misma sintonía. Ambas no se soportaban.—Necesito hablar de algo contigo. —Luna exclamo seria, esperaba que entendier su tono de voz y que supiera que no iba en tono neutral, que supiera que era algo muy serio Camil subió su mirada, mirándola expectante, ella conocía ese tono en su hija, era algo importante, tenía curiosidad de saber que era lo que quería, Tenía varias ideas en la cabeza, pero una resaltaba entre todas ellas.—Me vas a decir que por fin razonaste y que piensas dejar a Farit y regresar con David. —Camil dijo burlesca, ella sabía que no iba ser así solo le gustaba jugar un poco con los sentimientos de su hija. Luna frunció el ceño, esa fue su respuesta así que resopló fingiendo que estába acongojada, solo le importaba que Luna pudiera proveerles dinero fuera con quien fuera o si lo amaba o no—. Me queda claro que sigues siendo una niña tonta. —Camil siguió con su labor y volvío a ignorar a Luna. No sabía que quería hablar su hija pero la verd
Volaría por la felicidad de su hijo cuenste lo que le cueste, ella no sería su madre, estaba más que decidida.Camila no pasó desapercibido ese acto y bajó la mirada hasta esta zona y cerró los ojos, frustrada. Esto era el colmo, sabía lo que estaba pasando y eso la lleno de mucho enojo, un enojo que ni ella misma comprendió.—Niña tonta —Camil siguió diciendo.—Sí, estoy embarazada del hombre a quien amo. —Luna ya no le importo ocultar su felicidad, ¿ahora que haría? ¿Aún así quería separarla de Farit? Aun sabiendo que estaba esperando un hijo de él.—Luna, solo intenta ver el panorama desde mi perspectiva, el amor es algo sobrevalorado. ¿De que te sirve?, de nada, es solo algo pasajero, y tú eres una prueba fiel de eso. —Camila trató de explicarle, de ser más cuarente, y enteder las cosas con más perspectiva—. ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando te casaste con Farit? —La rubia lo sopeso, como olvidarlo, fue una pesadilla que al final se volvió su vida entera—. Exacto. Aprenderás ama
Robert dijo quisquilloso y miró de soslayo a su amigo solo para ver su reacción, al parecer no solo él se había dado cuenta de eso, lo que le dio a enteder que no estaba tan paranoico como supuso, sabía que algo se traía Parisi con su novia, no podía pensar nada malo de Luna, pero del Italiano no se fia, por su puesto que no—. Luna es hermosa, te lo digo con todo respeto. —Robet siguió diciendo, como si fuera la voz de su conciencia, tratando de poner mas en duda todo lo que estaba diciendo. Este alzó sus manos ante la mirada amenazante de su amigo, aunque le dijera que con todo respeto, no toleraba que nadie se dirigiera a su novia de ningún modo—. Es normal que atraiga la mirada de hombres, pero una cosa es segura y es que ella solo tiene ojos para ti hermano.Farit ladeo la cabeza pensativo, su amigo le daba aliento, alejando un poco sus inseguridades, tenía razón, por favor, tenía más que la razón, Luna solamente tenía ojos para él así que sonrió, de eso no tenía duda, ella jamás