Un escalofrío recorrió toda la espalda de la rubia cuando sintió los pequeños, pero húmedos besos que su novio le estaba regalando, de los hombros a su cuello. No podía creer que ese simple gesto la hiciera temblar de deseo, haciéndola soltar un jadeo.—Acabo de descubrir tu debilidad —Farit susurró sobre su piel, totalmente complacido mientras seguía con su trabajo.Encantado de cómo el pequeño cuerpo de Luna respondía ante sus besos y caricias, era totalmente estimulante.Ella se sostuvo con firmeza de los brazos fuerte del azabache, inclinando un poco más la cabeza para que pudiera tener más acceso a su cuello. Cuando sintió cómo empezó a succionar con un poco más de ímpetu, mientras recorría su cuerpo con sus manos, no pudo reprimir sus gemidos más fuertes y necesitados.—¡Farit! —Mordió su labio, manteniendo sus ojos cerrados, disfrutando de todo lo que le hacía sentir, era una delicia totalmente.Pero de pronto el azabache paró, aun sintiendo el gran bulto que rozaba con su abd
No podía pensar que hubiera un hombre más perfecto de lo que ya lo era Farit. Tal vez era porque estaba muy emocionada o por la sorpresa del momento. De verdad lo amaba y sabía que él la amaba a ella tanto como decía.Se lo demostraba cada vez que se comportaba de esa manera tan dulce y no podía sentirse más afortunada. Sentir que alguien puede hacer hasta lo imposible por verte feliz, era lo mejor que podía experimentar.Luna abrió sus ojos un poco más cuando contempló los fuegos artificiales de colores explotar en el cielo formando un corazón con su nombre. Sonrió como niña pequeña cuando llegaba Navidad y veía todos los regalos que le había dejado santa debajo del árbol.Estaba emocionada por el momento y el espectáculo que se presenciaba ante ella. Farit podía traer consigo muchas sorpresas, siempre era así. Cuando sus fuertes brazos la rodearon por detrás, se sintió tranquila y muy a gusto.Era como estar en casa, no cabía duda de que Luna empezaba a verlo con otros ojos, unos qu
Iba a hacer un comentario sobre lo que acababa de decir, como por ejemplo, lo orgullosa que estaba de él y agradecerle por toda la paciencia que le había brindado, además de que era un hombre que amaba mucho, pero en ese momento su celular empezó a sonar haciendo que sus pensamientos se quedaran en su cabeza. Luna vio el número de la casa de sus padres sobre la pantalla del celular, por lo que respondió enseguida.Su mamá empezó a hablar sonando un poco alterada, Luna se puso alerta y claramente preocupada.—Pero… mamá, cálmate, que no te entiendo… —Luna escuchó atenta y luego se puso mucho más intranquila—. ¿Papá está bien? —La rubia miró a Farit angustiada y este se estacionó enseguida poniendo atención a la conversación—. Está bien. Sí, estaré allí en 10 minutos, háblale a su doctor y que vaya enseguida. —Luna colgó y no necesitó darle una explicación a su novio.Montalvo lo entendió a la primera y sin esperar encendió el auto nuevamente conduciendo con más rapidez hacia la casa d
Apenas salió, Luna buscó a Farit por la sala. Tenía una gran sonrisa en el rostro, se sentía bien por las palabras de su padre, aún fueran pocas. Sin embargo, esa sonrisa desapareció lentamente cuando vio a su novio y a su madre platicar misteriosamente dentro de la cocina, como si no quisieran que nadie los escuchara.Algo sumamente extraño para ella. Un surco se formó en su frente y se aclaró la garganta para que la notaran, ya que, parecían muy inertes en su conversación. El azabache se despabiló enseguida y un poco nervioso miró a Luna, le dedicó una pequeña sonrisa nerviosa.—¿Cómo está tu padre? —Farit preguntó con una preocupación genuina.Quería que Luna pasara por alto lo que acababa de ver y no hiciera preguntas, pero, aun así, en verdad quería saber cómo estaba Arturo.—Mejor, lo dejé descansar. —Miró a su madre de forma curiosa y expectante, quien a su vez desvió la mirada sin decir nada. La estaba evitando, no era una buena señal—. Mañana vendré a verlo de nuevo, ¿está
De seguro era algo tan aburrido que Farit se negaría, tal vez no debió de ir ahí en primer lugar, eso estaba pensando cuando su novio se acercó a ella y desamarró su bata con mucha cautela haciendo que un escalofrío recorriera su cuerpo.Luna se quedó estática ante sus acciones y lo miró atenta —Mierda bebé. —Farid se quedó pasmado—. ¿Cómo me pides que solo duerma contigo cuando vienes vestida a si? —Se mordió el labio delineando con la yema de sus dedos el muslo de la rubia. Sonrió cuando su suave piel se erizó ante su diminuto tacto. Ese pequeño Short no dejaba mucho a la imaginación y menos esa blusa sin sostén. Sería muy depredador de su parte si solo quería arrojarse a ella y tomarla ahí mismo. Sabía que lo era, así que deshizo sus pensamientos y después se tranquilizó o trató de hacerlo—. Pero lo intentaré —dijo sincero.Luna soltó una pequeña risita, estaba feliz de que por primera vez dormiría con su novio y caminó hacia la cama, miró a Farit quien se había quedado atrás y no
Luna parecía realmente afligida, estaba frustrada de tratar de seducir a Farit y este no le hiciera caso, incluso estaba creyendo que tal vez no le gustaba físicamente, haciéndola sentir muy mal.Así que soltó un puchero viendo a su amiga.Jessy alzó ambas cejas, curiosa. Eso sí, no se lo esperaba, pero tratándose de hombres tal vez no era tan sorpresivo. Al sexo opuesto a veces se les dificultaba entender indirectas, lo cual era muy frustrante, por suerte ella no tenía que lidiar con eso.—Quisiera que él tuviera la iniciativa, sin embargo, solo me dice cosas calientes y juguetonas, dejándome sumamente dispuesta ante la expectativa y nada… no hace nada. —Luna dijo de forma frustrante, mientras se cruzaba de brazos sobre su asiento—. ¿Crees que ya no le guste? —La rubia mordió su labio mirando a Jessy de forma preocupada. Ese era su más grande miedo. —No, claro que no. —La azabache dijo enseguida, eso ni de chiste—. Mira, pueda que Farit te esté dando tu tiempo, tal vez piense que aú
Ambos se entregarían por completo, sin ataduras, sus labios se unieron de nuevo, quería contemplarla y adorarla, que ese momento durara para siempre.—Te amo Farit. —Luna dijo y como si esas palabras fueran mágicas, hicieron extender una gran felicidad sobre el pecho del aludido. ¿Podía ser más feliz en ese momento?—Yo también te amo Luna. —Acarició su rostro con tanta ternura mientras iba meneando sus caderas, enterrándose lentamente en su interior, recordando que esa sería su primera vez.Luna cerró sus ojos al sentirse extraña, pero no pidió que se detuviera, tomó fuerte los brazos de Farit, clavando un poco sus uñas por el poco dolor que sintió. Nada que no pudiera soportar.Farit no dejaba de besar su rostro mientras reprimía sus fuerzas, no quería lastimarla, quería ser lo más cuidadoso posible y cuando se adentró por completo la miró.Luna soltó una pequeña lágrima de felicidad, al fin, al fin era totalmente de él y no podía pensar en otra cosa que no fuera en lo dichosa que s
Confiaba en él, pero no en ella y sabía que en cualquier momento haría algo para volver a seducirlo.Miró su reloj, eran las 12 de la mañana. Farit no respondía sus mensajes y el último que había recibido solo decía que llegaría tarde, los celos eran un mal aliado en ese momento.—Cálmate Luna, él debe estar trabajando… mientras Eliza trata de seducirlo con el corto vestido que se puso esa mañana. —Apretó sus puños al recordar la clase de ropa provocativa que usaba la peli naranja.Se paró sobresaltada y tomó su bolso decidida, no haría nada malo, solo iría hasta la oficina de Farit con la escusa de querer darle una sorpresa.Suspiró decaída, a la 12 de la mañana, no sonaba nada creíble, pero tenía que hacerlo o se volvería loca. Con prisa tomó su auto y condujo hasta su destino, el tráfico era casi inexistente a esas horas, por lo que en tiempo récord llegó al lugar, bajó del vehículo y se adentró al edificio donde únicamente se encontró con un guardia de seguridad.Le mostró su cre