— ¿A qué viene eso ahora? — preguntó confundido Itzam. — Responde — exigió una vez más ella. Cómo podía responder cuando ni él mismo estaba seguro, solo sabía que prefería morir antes que perderla. — ¿Qué soy yo a lado de tus privilegiadas? — No te rebajes poniéndote a su nivel, ellas no significan nada para mí — aseguró Itzam. — Entonces por qué las conservas, ¿son tu respaldo por si te cansas de mí? – Pero que tonterías estas diciendo — reclamó Itzam – eso es lo unico que ese idiota quería, ¿verdad? llenarte la cabeza de humo en contra mía, nada de lo que pudo haber dicho es verdad. — No es verdad entonces que la zorra de Emilia es tu nueva adquisición como privilegiada— reclamó. — ¡No!, ¡No lo es! — estalló Itzam — A esas chicas no las he visto desde hace meses, no las he tocado desde que llegaste a mi departamento, si no lo hice en ese entonces en los que tú y yo no éramos nada, ¿qué razón tendría para hacerlo ahora?, no me interesan. — Porque yo soy suficient
— Apenas puedo creer que estemos a unos cuantos días de graduarnos — exclamó una de las compañeras de Milenka mientras se probaban los vestidos para la fiesta de graduación.— Han pasado tantas cosas en estos meses que parece que todo ha sido un sueño — Milen rememoró todos los momentos transcurridos desde que se escapó del convento y llegó al departamento de Itzam, como él la ignoraba al inicio y después su relación fue transformándose hasta convertirse en el gran amor que ahora se tenían.— ¡Iremos a la universidad!, al fin seremos unas mujeres libres — exclamó Lidia.— Siempre hemos sido libres — replicó Natalia.— Lo sé, me refiero a que al fin nuestros padres no estarán encima de nosotros vig
Le tomó varios segundos a Itzam salir de la conmoción, cuando logró hacerlo, le pidió a Milen que subiera sola al departamento.— Tengo algo urgente que hacer — le dijo antes de encender el auto de nuevo. Ni siquiera le dio la oportunidad de preguntar qué era lo que estaba pasando.Rigo e Itzam quedaron de verse en un restaurante cerca de donde Itzam vivía, no podían arriesgarse a que alguien más escuchara su conversación así que pidieron una de las mesas privadas.— Zaria Duhé, ¿crees que ella pueda ser su madre? — Inquirió Itzam, una vez que el abogado le reveló el nombre.— De acuerdo a lo que encontré de información, Nerón la mantuvo vigilada mucho tiempo, todo comenzó justo después de que Milen naciera, ante
La fiesta de graduación era todo un acontecimiento, desde la decoración del salón, la música y el banquete, denotaban glamour y extravagancia. Plumas bañadas en glitter enmarcaban la entrada al lugar, tiras de perlas colgaban de las sillas, tres enormes candelabros caían del techo.Cada graduado compartía una mesa con sus familiares más cercanos, A Milen la acompañaban en su mesa menos personas que a sus compañeros, Ramona, Noah, Eliot, que sorprendentemente iba solo, Rigo la acompaño solo un momento y se retiró y por supuesto Itzam también estaba ahí.La joven se sentía tan feliz ese momento que no le importo en lo más mínimo que su mesa fuera la menos concurrida, estaban sus amigos y el amor de su vida y con eso le bastaba; la vida tal vez le arrebató la fortuna de tener una familia conve
— Toma, esto ayudará a calmarte — Noah, le tendió un vaso con agua a Milen, esta se encontraba sentada a los pies de la gran cama que engalanaba el moderno pent-house que rentaron para ella y para Itzam esa noche, como regalo de graduación.— Un poco de agua no va a aliviar el dolor que siento — alegó ella moqueando.— Pues tú te estás ahogando en un poco de agua, como dicen — señaló Noah.— Dices eso porque no crees en la fidelidad, el compromiso, la lealtad — siseo Milen entre dientes.Noah se acomodó a un lado de ella, poso sus antebrazos en sus muslos, recargando todo su peso, lucía cansado y pensativo.— Te voy a decir algo — habló con serenidad, algo raro en él — Toda persona en el mundo llega a conocer el amor,
Milen entreabrió los ojos, una figura masculina la miraba atento desde lejos. Llevaba el torso descubierto, su cabello ligeramente despeinado, recargado sobre el marco de la puerta que daba a la terraza, descansaba sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, la única prenda que portaba.— Estás muy lejos de mí — dijo estirando su mano hacia él.La impactante sonrisa de Itzam junto a su penetrante mirada y la luz del amanecer destellando desde su espalda eran la imagen más gratificante que una dama podría recibir al despertar, simplemente su día estaría lleno de dicha.— Pareces, un maldito dios griego — Milen había perdido el filtro de entre lo que pensaba y decía en voz alta.— Yo diría que me acerco más a un gobernante de la oscuridad que a un dios — replicó Itzam, divertido con los halagos de Milen.— Entonces o señor de la oscuridad venga aquí — al estirarse una ráfaga de dolor surcó el rostro de Milen.— No es buena idea que me acerque a ti en este momento, tienes que recup
—- Eres divina — exclamó Itzam en un jadeo maravillado, con la imagen de Milen montada sobre él, contoneando su cadera, sus labios entreabiertos, jadeando su nombre, el ligero sudor sobre su frente y el rubor en sus mejillas lo volvía loco, llevando al extremo más alto de placer.Clavo sus dedos sobre sus glúteos acelerando el ritmo de ella. Un calor delicioso comenzó a cubrir el cuerpo de Milen, anunciando su explosión, rodeo con sus brazos sobre el cuello de Itzam afianzando su agarre antes de desmoronarse, sus pechos descubiertos bamboleaban justo en el rostro de Itzam quien no tardó en atrapar uno con sus labios, aquel gesto arrancó de tajo la cordura de Milen, el temblor de su cuerpo anunció su orgasmo, Itzam no tardó en alcanzarla y manos se desmoronaron juntos.Con el mar de fondo y la suave brisa acariciando sus cuerpo
—Ojalá nos hubiéramos quedado en alguna de las islas — Milen se removió nerviosa sobre su asiento mientras esperaban a Rigo en su despacho, donde se realizaría la lectura del testamento.Itzam lucía inmutable, sin embargo, dentro de su pecho su corazón martillaba con fuerza, más que por nervios, por la ansiedad que le producía desconocer lo que vendría después de que se revelara toda la verdad.Un mal presentimiento hormigueaba dentro de él, creando un vacío en la boca de su estómago que en cualquier momento lo consumiría por completo, cediendo a la desesperación.Cruzó sus enormes piernas en un intento de amortiguar aquella ansiedad y las ganas de llamar a Rigo para que apurara el trámite, no obstante, debía mantenerse tranquilo