Recuerdos perfectos, realidades dolorosas...
Me encontraba extasiado, y aunque mi cuerpo se encontraba en la tienda de discos, mi mente estaba volando muy lejos recordando la noche anterior.
Una vez le entregué los boletos a Livie, esta se había quedado hasta la una de la madrugada cuando nos acordamos que yo debía trabajar al día siguiente, de lo contrario se hubiese quedado a dormir como hacia algunos viernes de películas.
Livie me había estado regañando toda la noche por haber
Me encontraba en la azotea del edificio, pero esta vez no estaba en el suelo sudando como un cochino esquizofrénico, esta vez estaba creando el ambiente digno de la realeza, o en este caso, para Livie. Había colocado una gran sabana color arena en la parte que se dividía entre el súper gimnasio y el lavandero. Había sacado la pequeña mesa que había en casa y que no se usaba porque siempre comían en el mesón de la cocina y colocado un mantel blanco con dos copas altas y dos juegos de platos con su cubertería, todo un lujo. Lo había arreglado todo para que tuviéramos como vista el pequeño parque que había frente al edificio y como esto era Burbank, a lo lejos se podían ver los Estudios Warner y su emblemático tanque de agua con su logo. También había colocado velas por todos lados cubiertas con vasos para que la briza no las apagara. Si, había pensado en todo, esa era la cena de un enamorado perdido. Antes de salir del trabajo, había recibido un
Hacía cinco minutos que los fuegos artificiales habían acabado, pero yo seguía con la vista fija en el cielo esperando... ¿Qué? ¿Que viniera un alíen y me llevara a su planeta?Ya quisiera…Aunque en algún momento debía decir o hacer algo, ¿Cierto? Es decir, Olivia aún seguía con sus brazos alrededor de mi cuello y con su mentón en mi hombro, y, bueno, yo seguía agarrándola de su cintura, aunque más suave que antes.― ¿Algún día dirás algo? ― Susurró en mi oído con un dejo de diversión.―No― contesté también con un susurro.―Pues, ya has hablado…Tomé una larga bocanada de aire y lo solté despacio, bajando al mismo tiempo la mirada hacia Livie, quién, a su vez, elevó sus ojos para conectarlos con los míos.―E
Despecho.Lunes por la tarde y me encontraba con el mismo humor de perros del sábado en la noche cuando Livie me había dejado. Esa noche no había podido dormir mucho y cuando llegué al trabajo, lo hice en piloto automático.Mi característico buen humor había brillado por su ausencia y los clientes lo habían dejado en claro. Había partido dos caratulas al intentar colocarles el sensor antirrobo y había bloqueado a su vez el sistema de la tienda tres veces entre el domingo y lo que iba del día de hoy.― ¿Me dirás que te sucede? ―Siguió insistiendo Nick.―No.―Entonces no me dejas otra que tener que adivinar―respondió encogiéndose de hombros.―Preferiría que me dejaras mejor en paz, Nick.―Hermano, se te nota que hay algo que te molesta, ¿Acaso te bajó el periodo? ―preguntó en broma ganándose
― ¿Te dignarás a hablarme algún día o seguirás siendo el mismo idiota insufrible que me ha estado evitando toda la semana? ― Espetó Livie a mis espaldas, haciendo que el que sándwich en mis manos cayera.No me quedó de otra más que de voltearme, aunque ese había sido un enorme error pues enojada, Livie se veía aún más hermosa.―No te he estado ignorando―Mentí incómodo― Sólo he estado ocupado.Ella me miró como si me hubiese salido otra cabeza.Obviamente la había estado evitando, pero era más fácil fingir demencia a dar explicaciones.Palabras textuales de Nick.No había hablado con ella desde el lunes que me había encontrado en mi peor momento.Los dos primeros días, Livie había estado texteándome, llamado y hasta esperado en la puerta de mi casa hasta alt
―Home sweet home... Home sweet home...―Entró cantando Jacob a la casa arrastrando su maleta luego de dos horas de viaje.― ¿Qué estás cantando? ―Preguntó Nick parándose a su lado.―No tengo ni la menor idea, es lo único que me sé― Contestó Jacob dejando su maleta en la sala―Hay una chica argentina en mi clase y siempre la canta.―Está muy interesante el ritmo, ¿Sabes? Yo tengo una banda y...Ignoré el resto de aquella conversación para dedicarme a ver con detenimiento, la magnitud de la casa de playa de los padres de Nick.Y por casa me refería a mansión.¿El balcón que Nick había hablado? Más bien era una terraza de unos veinte metros más o menos, y se alzaba en el frente a toda lahumilde casade mi amigo, la cual contaba con ocho habitaciones, cada una
Sentía pequeños pero insistentes puyazos en la planta de mi pie izquierdo, pero tanto era el cansancio, que muy poco me importaba.Y aunque la luz del sol estaba quemándome las retinas, la pesadez que sentía en el cuerpo me prohibía moverse.―Se que puedes oírme, Mark― Aunque Jonny prácticamente estaba susurrando, sentí como si un cantante de Heavy Metal me gritaba en el oído.―Déjame dormir, Jonny― Le pedí dándole la espalda para encontrarme de cara con el suelo ¿En qué momento me había dormido en la silla de playa?―Eso tuvo que doler―dijo riéndose― Mira, no vine aquí a pasar hambre, ya son las once de la mañana y ustedes prometieron llevarme a la playa para que yo...Jonny siguió hablando, pero yo me desconecté, finalmente había podido abrir los ojos y lo que vi me impresionó, en una de las but
― ¡Miren eso! ―Exclamó Jonny una hora después, señalando hacia la noria del muelle de Santa Mónica.―Ni loco me subo en eso― dijo Nick tragando sonoramente.― ¿El chico rudo le tiene miedo a las alturas? ― Se mofó Jacob.―Claro que no.―Claro que sí.― ¡Que no!― ¡Que sí!―Ambos son unos idiotas― Les interrumpió Jonny viendo hacia todos lados.― ¿Qué buscas? ― Le preguntó su hermano imitando su acción.―Que nadie que me conozca me vea con ustedes dos― explicó colocándose de nuevo sus lentes de sol.―Pequeña rata de alcantarilla― Exclamó Jacob antes de comenzar a perseguirlo junto con Nick.―Creo que hemos hecho un mal al juntar a Nick y a Jacob― Dije hacia Livie que, a mi lado, veía el espectáculo que daban nuestros tres acompañantes. Jonny, que se hab
― ¿Qué esperas, Mark? ¡Entra de una vez! ―Escuché el grito de Jonny, que estaba en su flotador con forma de ballena, a pocos metros de la orilla donde yo me encontraba.―En un rato― Le grité vuelta desde la arena, viendo en ese momento salir a Olivia del agua.―Eso dijiste una hora atrás― Apuntó ella sentándose a mi lado y escurriendo su cabello.―Es que no me provoca― Respondí viendo hacia otro lado para evitar admirar cómo le caían las gotas por todo su cuerpo.Esa mañana, cuando había abierto los ojos y encontrado a Livie entre mis brazos, mi júbilo fue tal, que no me moví por miedo a que ella se despertara, cosa que sucedió una hora después gracias a mi cuñado menor que gritó que era tarde y teníamos que irnos en ese mismo instante.―Dime la verdad, Marky―Me pidió Livie trayéndome de vuelta al