Capítulo 129
Sentí un escalofrío por dentro y corrí a la ventana.

Vi cómo un auto negro muy elegante se detenía en el jardín, y dos hombres bajaban.

Uno era Mateo y el otro Alan.

En ese instante, me puse nerviosa.

¿Por qué Mateo regresó tan temprano?

Acabo de hacer que la abuela Bernard se enfermara y, encima, mi papá armó un escándalo frente a él.

Ahora me odia, y si me ve acá, seguro se va a enojar más, capaz hasta me echa.

No, tengo que esconderme. Cuando se vaya, voy a empacar mis cosas rápido y me voy.

Estuve escondida en el baño un buen rato, pero no escuché que nadie entrara.

¿Será que ya se fueron?

Pensando eso, salí con cuidado del baño.

Me acerqué otra vez a la ventana y miré para abajo.

Pero el auto de Mateo seguía ahí, así que todavía no se habían ido.

Fui al pasillo y miré hacia la sala de abajo.

No había nadie, toda la casa estaba en silencio.

Qué raro, ¿dónde se habrán metido?

¿Será que están en el estudio hablando de trabajo?

Bueno, no importa mientras no vengan al cuarto, me da igu
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