Siempre se nos ha dicho que el pasado es lo que define nuestro ser, lo que realmente somos, lo que sentimos, lo que hacemos y lo que haremos a partir de alli.
Somos lo que somos gracias a nuestro pasado. Pero...
Pero ¿Qué sucede cuando no existe el pasado? ¿Cuándo nuestra memoria se niega a recordar?
Sí somos lo que somos por nuestros recuerdos y en un segundo se nos van, entonces, ¿Qué seremos a partir del olvido?
- Dime que no lo olvidaste - le decía Eliana Olsen pegada al teléfono.
Su voz sonaba bastante irritada y algo molesta.
Y Zachary, se la imagino frunciendo el ceño y haciendo una mueca como tenía por costumbre cada vez que algo la irritaba o molestaba.
Se recosto sobre su cama mirando al techo, sin saber que decirle.
Estaba seguro de que si admitía que había olvidado su aniversario, por cualquiera que fuera el motivo, aquello le iba a doler en el alma a su novia, puesto que, se suponía que esa era una fecha super importantísima para los dos.
- ¿Olvidar? - pregunto él alzando su mano y comenzando a jugar con una moneda que tenía entre su mano derecha, sin despegar el móvil de su oreja - ¡Naw! ¿Cómo crees que podría hacerlo? - mintió descaradamente.
Porque la verdad es que, si ella no lo hubiera mencionado, él jamás se habría acordado que ese día, se cumplían tres año desde que, le había pedido a Eliana que fuera su novia.
Eso si que podía recordarlo con claridad.
Era una tarde de verano y ambos habían ido a la playa. Exactamente a Brighton, en la costa sur, al famoso muelle Brighton Pier.
En ese lugar había sido su primera cita. Zachary la hizo jugar con él en los diversos juegos que estaban a penas ingresaba al muelle.
A lo cual podía decir que, Eliana no era especialmente experta en el arte de los juegos de máquinas. De hecho, los había perdido todos contra él.
Y es que su novia, era una hermosa rubia con cabello dorado y liso de la raíz a la mitad pues, en las puntas se le forman ondas que lo hacían lucir muy bien. Su piel era tan clara y pálida pero sus labios le hacían un contraste al ser rosaditos. Y sus ojos, cubiertos por grandes pestañas y cejas perfectas, eran de un celeste hermoso que, que te hacían perderte en el interior de su alma. Y aún a pesar de, no hacer ejercicios, Eliana tenía un cuerpo de modelo, con medidas y curvas envidiables, senos y nalgas grandes, vientre plano y piernas largas.
Era la típica rubia hermosa que, no perdía su tiempo en juegos de máquinas ni en hacer deporte. Ella, prefería el ir de compras, ir a fiestas, bailar, ir a un cine, a comer helado y ese tipo de cosas que tanto les gustaba a las chicas.
Pero para Zachary, Eliana lo fue todo desde que la conoció. Su belleza y su sonrisa, lo atraparon de una manera que, ya no podía dejarla ir de su lado.
Así que, la llevo al muelle Brighton Pier, sabiendo que tenía una fascinación por el mar. Y después de jugar en las máquinas que allí habían, la llevo al final al Palm Court, donde comieron la especialidad, un delicioso Fish and Ships, porque, no se podía ir al Brighton Pier sin dejar de comerlo.
Y fue justo después de comer, cuando la llevo a comprar un recuerdito de ese día y junto con el, le pidió que por favor fuera su novia.
Estaba nervioso y temeroso de que ella lo rechazara pero, Eli lo acepto inmediatamente haciéndolo el chico más feliz del mundo.
Todo eso, podía recordarlo perfectamente. Lamentablemente, lo que no había logrado recordar bien, era la fecha exacta en la cual había sucedido.
Ahora, sí le decía la verdad a Eli, que lo había olvidado, por más que recordara cada detalle de ese día, esta se molestaría mucho con él y eso era lo último que quería en ese momento.
Se sentó de golpe sobre la cama, soltando la moneda que tenía sobre la mesilla de noche.
Amaba a Eli y odiaba cuando ella se enojaba con él. Y no quería que, el que fuera tan descuidado y despistado para recordar una simple fecha, la molestará.
Aunque, él no veía que su falta fuera tan grave. Incluso, en su defensa, podría decir que eso se debía a que era hombre. Por lo general, las mujeres eran más atentas y detallistas que ellos en cuanto a esos pequeños eventos como las fechas en que se conocieron, el aniversario, los cumpleaños y todo eso.
En cambio ellos, solían olvidar todo ese tipo de cositas como las fechas importantes. Claro eso no significaba que no las amaran.
Era tengo su amor por su novia que, Zachary, se esforzaba mucho por, demostrarselo a diario.
Eso, debia de ser suficiente, ¿No?
- ¿Seguro? - la escucho preguntar al otro lado del teléfono con recelo.
Y ahí estaba su respuesta: No. No era suficiente. Él debía no solo demostrarle su amor, sino también recordar cada fecha que ella considerará importante para los dos.
Así eran las mujeres. Siempre querían que ellos tuvieran en cuenta fechas tan importantes como aquellas y sobre todo, que les dieran un detalle o sorpresa en muestra de que lo habían tenido presente. Pero él, no solo lo había olvidado, sino que además, no tenía nada que darle a Eli.
- ¡Claro que estoy seguro! ¿Cómo crees que lo olvidaría? Es más, te tengo una sorpresa y te va a encantar. - anuncio sin sí quiera tener idea de que hacer.
Pero de lo que si se sentía seguro, era de que, no podía permitir que ella supiera que él lo había olvidado. Así que, tendría que ingeniarselas en el poco tiempo que le quedaba para ir a verla,
- ¿De verdad? - pregunto entusiasmada.
Y él asintió sonriente.
- Estoy ansiosa.
- Entonces te paso buscando en tres horas, término unas cosas que mamá me pidió y paso por ti. ¿Vale?
- Vale. Te espero. Te amo Zach.
- Y yo a ti Eli.
Y tras despedirse de ella, Zach colgó el teléfono suspirando y echándose con brazos abiertos sobre su cama.
¡Genial! Había olvidado el aniversario con Eli y para variar le había prometido una sorpresa de la cual no tenía ni idea de que hacer.
- Zach Zach Zach. - se reprochó así mismo - ¿Cómo pudiste olvidarlo? Y ahora ¿qué se supone que vas a hacer?
***
Ese mismo día, en horas más tardes, Zachary se vistio con un buzo color negroy una polera manga larga color blanco, se peino su corto cabello color cobrizo con la yema de sus dedos y salió en busca de Eli.
Esta, iba vestida con un vestido corto de tirantes y falda amplia, que la hacían lucir completamente relajada.
Y juntos, se dirigieron a donde sería la sorpresa de Eliana, el Gran Festival de Brighton, el principal festival de Inglaterra.
Había escogido llevarla allí para celebrar su aniversario, después de que Gabe, su hermano menor, le informara que habría música contemporanea, danza, circo, teatro, cine y todo ese tipo de cosas que a Eli le gustaban tanto.
Y ver la expresión de alegria y emoción de Eli, en cuanto llegaron, le hizo saber que, sin ninguna duda, había acertado en su elección del lugar.
Pasaron la tarde entera disfrutando de la música clásica, de ver el circo contemporaneo de Beyond, donde los artistas del mismo los transportaron a un zoo, un cabaré con sus distintos espectáculos. Incluso, participaron en Arde el Telón, donde dejaron de ser solos espectadores para ser participes del show.
Al principio, Zach no tenía muchas ganas de participar en ello pero, debido a la insistencia de su novia y puesto que estaban de aniversario, no pudo negarse a ello.
Para cuando por fin volvieron a la casa de ella, ya había oscurecido.
Y Zach, le hizo entrega de un último regalo, una ppequeña cajita músical en forma de estrella. Al abrirla, se podía observar un cielo estrellado dentro de ella, a la vez que, se escuchaba una hermosa melodía.
Eli lo abrazó y lo beso, sintiéndose la chica más dichosa del mundo.
- ¡Gracias Zach! - dijo recostando su cabeza en el pecho de él.
- Por ti haría lo que fuera preciosa.-la beso en la cabeza de manera tierna.
Y lo decía en serio.
No había nada en el mundo que no fuera capaz de hacer por ella.
Sabía que, aun era un adolescente y le faltaba mucho por crecer pero, esperaba que cuando lo hicieran, pudiera darle todo lo que ella se merecía porque, la amaba y esperaba que estuvieran juntos por siempre.
- Perdoname Zach. Creí que lo habías olvidado.-dijo apenada volteando a verlo a los ojos
Y Zach se sntió culpable de que ella se sintiera así. Porque en verdad Eli no se había equivocado y él lo había olvidado pero, no podía admitir la verdad o lo arruinaría todo por completo.
- No tengo nada que perdonarte amor.-odiaba el mentirle pero de no hacerlo arruinaria el momento tan maravilloso que estaban viviendo.
- Yo también te tengo un regalo. - le dijo ella.
Y él sonrió curioso.
- Espera aquí, en seguida vuelvo.
Y sin esperar su respuesta, corrio hacía dentro de su casa.
Volvio al cabo de unos segundo con una guitarra, envuelta en su propio estuche.
Nada más verla, hiizo que Zach, abriera la booca grandemente sorprendido.
Eli sabía cuanto le gustaba la música, aun así, no podía creer que ella le estuviera regalando una guitarra. Estas, estaban un poco costosas, por lo que él, no había tenido aun para comprarse una.
- Ahorre cada centavo de mi mesada y del trabajo de la heladería para poder comprartela. - le dijo ella sonrojándose.
- Eli, no tenías que...
- Shshsh. - le pidió ella acercándose a él y colocando un dedoo sobre sus labios para hacerlo callar - Por favor, aceptala. Sería para mi, la alegría más grande que pudieras darme.
Y fue su expresión, su sonrisa, la manera que tenía de morder sus labios, lo que le llenaban el corazón a Zach cada vez más y más de amor por ella.
Tomando la guitarra en sus manos, la asió de la cintura y la atrajo hacía así con firmeza, para sentirla pegada a su cuerpo.
- Me tienes, loca e irremediablemente a tus pies, preciosa. - le dijo.
Y entonces, la beso.
Al principio, fue un beso suave, tierno y delicado pero, luego fue algo más apasionado y exigente. Mordió su labio inferior y lo succiono, a la vez que ella introducía su lengua en su boca y llevaba sus manos a su cabeza y acariciaba su cabello.
Para Eliana Olsen, no existía nadie más importante en el mundo que Zachary Schlüter.
Desde que lo había conocido, Eliana supo que, quería estar con él, a su lado siempre. Así que, cuando Zachary le pidió aquel día ser su novia, ella respondió que si, sin dudarlo ni un instante.
Él, era el novio perfecto, ese que toda chica soñaba y quería. Físicamente era atractivo, tenía unos ojos color miel que solía achicar cuando algo le molestaba o interesaba, su cabello cobrizo era liso con pequeña y suaves ondas que casi ni se notaban, tenía un cuerpo ejercitado dado que, era parte del equipo de fútbol de su colegio, teníia un trabajo de medio tiempo y también había comenzado con la música recientemente y aún así, tenía tiempo para ella.
Zachary distribuuía bien su tiempo para poder cumpliir coon sus responsabilidades. Por las mañanas, pasaba por ella para ir juntos al colegio; cumplía con todas sus clases y con el equipo de fútbol. Por las tardes, se iba a trabajar y en las noches iba a sus clases de música. Luego de ello, solía ir a visitarla.
Y los fines de semana, eran totalmente suyos.
Era atento, tierno, cariñoso y muy detallista. Sabía lo que le gustaba y siempre buscaba la manera de complacerla.
Y Eliana, temió que algún día, todo eso se acabara.
Zaachary se separo de ella luego de unos instantes, tratando de controlar su respiración. Y fue entonces, cuando la escucho decirlo:
- Tengo miedo. - expresó con la cabeza agacha.
Y él frunció el ceño sin comprender.
¿Miedo? Pero, ¿De qué o quién? ¿Acaso, alguien le había hecho o dicho algo?
- ¿Miedo? - pregunto sorprendido - ¿Por qué preciosa? Yo estoy aquí. Estoy contigo y siempre te protegeré de todo y de todos.
- No Zach. No le tengo miedo a lo que puedan hacer otros. - nego ella con la cabeza y él la miro aun mas confundido - Tengo miedo de perderte a ti, como les pasa a la mayoría de las parejas, de que...-decía angustiada.
- ShShSh! - colocó un dedo en sus labios para hacerla callar - No lo digas. Eso no pasará preciosa.
- ¿Y sí nos pasa Zach? - pregunto casi a punto de llorar.
- No, no pasará. No hay manera de que yo pueda dejarte y olvidarte.
- ¡Prometemelo Zach! Prometeme que siempre estaremos juntos, que nunca me dejaras, que nunca vas a olvidarme.
- Te lo prometo Eliana. Pase lo que pase, siempre te amaré y siempre estaré contigo. Nunca, escuchame muy bien, nunca te olvidaré.
- ¡Yo también te amaré siempre Zach y jamás te olvidaré!
Zach la abrazo fuerte y tiernamente demostrándole que hablaba en serio.
- Eres mi vida Eli. Te Amo. Y siempre será así.
Y entonces, Zach la beso para sellar la promesa hecha hace un instante por ambos.
- Yo también te Amo Zach. "Nunca me Olvides" porque yo no te olvidaré jamás y no sabría vivir sin ti!
Zachary termino de ordenar el almacén de la pastelería donde trabajaba. Les acababa de llegar los costales de harina, azucar, leche y todos los productos necesarios para la elaboración de los pasteles, por lo que, esa tarde fue necesario que se quedara un poco más para ayudar a sus compañeros a guardar todos los productos en los anaqueles. Ya se habían hecho las diez de la noche para cuando miro el reloj que llevaba siempre en su mano izquierda. Ya no le daba chance de llegar a su clase de música, la cual comenzaba a las nueves de la noche. Suspiro. Se sentía tan cansado, ese día. Cerró el almacén con llave y la colgó en la percha empotrada en la pared destinada para ello. Se despidió del pastelero y salió hacía las oscuras y frías calles de Londres con intención de volver a casa. Esa noche, le mandaría un mensaje a Eli pidiéndole disculpas por no ir a verla pero, se sentía tan cansada que lo único que deseaba, era llegar a casa pronto y echarse a dormir. Camino despacio, sin nin
- Julian. - saludo sin animos de conversar con este. ¿Qué significaba todo eso? Julian lo había hecho salir de su casa con la excusa barata de que estaba comiendo con su novia. Y aunque Zack sabía que eso no era cierto, accedió en ir cuando le ofreció alejarse para siempre de Eli si resultaba que mentía. Sin embargo, no había llegado al lugar donde supuestamente estaban ambos comiendo, ni si quiera había avanzado mucho, cuando este se le presento en frente diciendo que tenía una propuesta para él. ¿De qué trataba todo aquello? - ¿Qué quieres? ¿Me has hecho salir de casa para una más de tus tonterías? Es obvio que Eli no esta aquí contigo. Así que, tendrás que cumplir con tu palabra y alejarte de ella. Julian alzó las manos en señal de rendición y sonriente, como si hubiera descubierto un tesoro invaluble o algo que él no sabía. - Calmate Shlüter. Solo quiero que hagamos un trato. Te conviene. - ¿Cómo podría convenirme a mío, hacer algún tipo de trato contigo? ¿Qué estas loco? El
"Todos somos cobarde cuando está en riesgo el ser que más amamos"Estaba acostada en su cama, abrazando a sus pierna mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Así se la pasaba últimamente.No entendía cómo había sucedido todo, el porque de las cosas, sólo podía senir dolor.Si, dolor. Ese dolor que le causaba el saber que Zach había sufrido un accidente. Y que dicho accidente, lo tenía inconsciente en un estado de coma, en una cama de hospital.¿Qué pasaría si Zach no despertaba del coma? Sí se quedaba así para siempre. Y sí Zach, ¿no volvía? ¿Qué haría sí Zach no despertaba nunca? Todas esas dudas atacaban su mente una y otra vez.Eli nego con la cabeza al borde de las lágrimas. No, ¿Por qué siempre tenía que pensar en esa posibilidad? ¿Por qué no podía dejar de pensar lo peor? Si bien era cierto que no había estado presente cuando el médico salió a hablar con la familia, pues se había desmayado, según su mamá, el médico había dicho que sólo quedaba esperar a que Zach reaccionar
"La verdad no es más que la expresión dolorosa del corazón" Había pasado una semana desde aquel día en que había desafiado a su mamá y fue a ver a Zach. Su madre se había enojado mucho con ella y como consecuencia de eso, estaba castigada de por vida según ella, cosa que realmente Eli dudaba. No era que no estuviera castigada. Sin embargo, estaba segura de que, con el pasar del tiempo, a su madre se le pasaría el enojo y reconsideraría el mantenerla castigada por siempre. Por los momentos, podía continuar con una rutina, la cual le permitía secretamente ir a ver a Zach a escondidas de su madre. Por la mañana, solía ir a trabajar en una heladería cerca de su casa hasta la hora del almuerzo. Tomaba su almuerzo allí o en una de las cafeterías del instituto en el cual se había inscrito para un curso de secretariado, el cual cursaba todas las tardes. Todo eso, era mientras estaba de vacaciones en en el colegio. Pues una vez que las clases comenzaran, dejaría ta
"La verdad por muy dolorosa que sea siempre es el camino adecuado" La muchacha se había puesto palida y estaba respirando con dificultad sentada sobre un asiento de la sala de espera. Él estaba ahí, a los pies de la silla frente a ella, preocupado por verla en ese estado. Parecía como si fuera a sufrir algún tipo de ataque cardíaco o algo por el estilo. Y todo porque él, había hablado de más. Harry no tenía ni idea de que, su familia, le hubiese ocultado la verdad del estado de salud de Zachary. De haberlo sabido, jamás le habría dicho nada. - Eli...yo...lo siento, no tenía idea. - No puede ser cierto. - lloraba ella desconsolada - El médico dijo que sólo debíamos esperar a que reaccionara. - lo miro implorando con la mirada que eso último fuera cierto. Pero Harry agachó la cabeza, sin tener el valor para mentirle. - Y... yo... - tartamudeo Harry, sin saber que decirle, ni como hacerlo. Eli negó con la cabeza. - No. - dijo. Se negaba a creer que Zachary no despertaría jamá
"Cuando desees morir, piensa en la personas que una vez murieron sin sí quiera desearlo" Apenas amaneció Harry llevó a Eli a su casa donde todos estaban angustiados. La muchacha se había dormido en brazos de él, después de pasar la noche entera llorando. Ellos dos, nunca habían sido amigos, de hecho él sólo había sido el amigo de Zachary durante todos esos años, el novio de la chica. Entre ellos, solo había existido un trato cordial y educado pero, eso había Sido todo hasta ese momento que, el dolor por la perdida de su amigo, los estaba uniendo. Ver a la muchacha, la novia de su amigo, en el estado en que estaba le había partido el corazón. Así que, a pesar de estar cargando con su propio dolor, no pudo menos que estar a su lado, sobre todo por Zach. Él mejor que nadie sabía cuanto la había amado su amigo. Por lo que, no podía dejarla sola con su dolor. La chica, llegó prácticamente en un estado de inercia. No respondió a ninguna de las preguntas que su madre o hermano le hici
"La muerte no es salida a ninguna solución, es el final a todas las opciones" Los rayos del sol, se colaron por su ventana, despertandolo. No entendía quien podía haber corrido las cortinas de la ventana, quitándole la oscuridad a su habitación. Pero Harry, estaba decidido a ignorar ese hecho y se arropó hasta la cabeza sin sí quiera dignarse abrir los ojos ni prestarle agencion a quien quiera que fuera que estaba allí. - Vamos Duchene, despierta. - dijo una voz femenina que no reconocía al mismo tiempo que jalaban de su cobija. A regañadientes Harry abrió los ojos y se sentó sobre su cama, entrecerrando los ojos para mirar a quien quiera que había irrumpido en su descanso. Natasha, al verlo, tragó saliva sintiendo como su corazón se aceleraba. Se veía tan sexy recién levantado. Pero no, ella no había ido allí a observarlo sino a pedir su ayuda. Harry entorno sus hermosos ojos color verde al mirarla y darse cuenta de quien se trataba. Era la amiga de la novia de Zachary, la mis
"No siempre lo que deseas es lo que necesitas" Había decidido levantarse, darse un baño, arreglarse y salir con Harry. Era mejor eso, a salir en un estado vergonzoso. Y sin embargo, en cuanto llegaron a una pequeña sandwicheria y pidieron un par de hamburguesas para cenar, su estómago gruño. Aún a pesar de decir que no tenía hambre, en cuanto dio la primera mordida a la hamburguesa que Harry le compró, su estómago pareció indicarle que necesitaba comer, así que se la comió toda. Y Harry se sintió totalmente complacido con ello. Una vez que acabaron de cenar, caminaron por un parque cercano a la casa de Eli, mientras comían helados, de fresa para ella y nutella para él, e iban hablando de trivialidades. - Gracias. - le dijo ella de repente sin sí quiera mirarlo. - ¿Por qué? - quiso saber aún concentrado en su helado. Él no había hecho nada en especial, más que invitarla a comer y ya. - Por esto Harry. Por lo que haces por mi, a pesar de que no somos amigos precisamente. - No e