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Una Dolorosa Realidad

"Todos somos cobarde cuando está en riesgo el ser que más amamos"

Estaba acostada en su cama, abrazando a sus pierna mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Así se la pasaba últimamente.

No entendía cómo había sucedido todo, el porque de las cosas, sólo podía senir dolor.

Si, dolor. Ese dolor que le causaba el saber que Zach había sufrido un accidente. Y que dicho accidente, lo tenía inconsciente en un estado de coma, en una cama de hospital.

¿Qué pasaría si Zach no despertaba del coma? Sí se quedaba así para siempre. Y sí Zach, ¿no volvía? ¿Qué haría sí Zach no despertaba nunca? Todas esas dudas atacaban su mente una y otra vez.

Eli nego con la cabeza al borde de las lágrimas. No, ¿Por qué siempre tenía que pensar en esa posibilidad? ¿Por qué no podía dejar de pensar lo peor? Si bien era cierto que no había estado presente cuando el médico salió a hablar con la familia, pues se había desmayado, según su mamá, el médico había dicho que sólo quedaba esperar a que Zach reaccionara porque lo haría.

Pero, ¿esperar qué? ¿Por qué él no reaccionaba aun? Habían pasado tres semanas y Zach aún nada que reaccionaba. A veces sentía que su madre, no le había dicho la verdad pero, no tenía motivos para hacerlo ni ella para dudar que así fuera.

Se sentíia tan desvastada con todo lo sucedido. Había tantas cosas que no lograba comprender. ¿Por qué Zach había salido ese día? ¿Por qué entre tantas personas le había sucedido eso a él?

Pero su inquietud más grande era, ¿Cuánto tiempo más tendría que esperar a que despertará? Y sí, ¿no despertaba? Y sí Zach nunca iba a despertar y, ¿no le habían dicho la verdad sobre el estado de su novio por no hacerla sufrir?

Por más que intentara no pensar de esa manera tan negativa, volvía a preguntarse a cada rato. Porque una y otra vez esa duda volvía a su mente.

De repente, tocaron la puerta. Y antes de que contestará si quiera, su mejor amiga Natasha se asomo por esta.

- ¿Se puede? - pregunto esta asomando la cabeza sin atreverse a entrar del todo.

Eli alzó la cabeza y asintió sentándose correctamente en la cama. Inmediatamente su amiga paso y se sentó a su lado.

- Tu mamá me dijo que estarías aquí. - anuncio.

Como si hubiera podido estar en algún otro lado, pensó ella con ironía. Todos sabían que durante esas últimas tres semanas, ella no salía a ninguna parte.

Desde que, se había enterado del accidente de Zach, Eli paraba en su habitación encerrada, llorando y sufriendo sola.

No quería salir y ver la lastima reflejada en los demás, porque no la necesitaba. Suficiente tenía ya con su propio dolor como para que, viniera algún otro a echarle sal a la herida.

- Mamá dice... que Zach saldrá de todo esto. - dijo tratando de contener las lágrimas.

De tantas otras cosas que podía decirle, lo único que vino a su mente era eso. Porque lo único que ocupaba su mente en esos momentos, eran Zach y el accidente que este había sufrido.

- Claro que sí, ya lo veras-trato de animarla su amiga. Aunque realmente todos dudaban de que eso pasara.

- ¿De verdad lo crees Natasha? - pregunto buscando consuelo en su amiga.

- Sí Eli. Zach es... Joven, fuerte, saludable. Tiene todo a su favor para salir de esta. Estoy segura de que despertará, ya lo veras. - le mintió esta.

Pues todos sabían que, la probabilidad de que él lo hiciera, era prácticamente nula. El médico que lo había atendido, se los había hecho saber así. Y Natashha odiaba tener que mentirle a su amiga pero sabía que decirle la verdad la afectaría mucho, que ella no estaba preparada aun para saberlo.

Eli la abrazo llorando.

- Ahora levántate, bañate, arreglate y bajemos a comer un poco. - pidió.

- No tengo hambre.

- ¡Ah no! Eso no está en discusión. Debes comer. Sí no, no tendrás fuerzas para ayudar a Zach cuando despierte.

Y es que sentía que la única manera de hacer que ella continuara con su vida, era dándole una esperanza. Y definitivamente, aquello pareció surtir el efecto deseado. Pues Eli asintió dándole la razón.

- Tienes razón. - sonrió de manera melancólica - Zach va a necesitarme mucho cuando reaccione y voy a necesitar de todas mis fuerzas para poder ayudarle.

Se levanto un poco más decidido. Busco entre su armario un cambio de ropa y algunas cosas necesarias para darse una ducha. Cuando considero que lo tenía todo, entonces ingreso rápidamente al baño.

- Estaré lista en unos minutos. - grito.

Y Natasha sintió un nudo en la boca del estómago.

"Ahy Eli! ¿Como vamos a decirte la verdad? ¿Cómo te díremos que Zach esta prácticamente muerto?", pensó Natasha mirando la puerta del baño.

***

Después de hablar con su amiga, bañarse, arreglarse y comer un poco, Eli tenía mejor semblante.

- De haber sabido que lo que necesitabas era hablar con Natasha la habría llamado hace rato. - dijo su madre.

- Voy a tener que deprimirme para que Natasha venga a consolarme. - dijo esta vez su hermano.

Y todos rieron su broma. Eli sin muchas ganas pero lo hizo.

- Ni creas que eso te funcionara.

- Que cruel eres conmigo. - dijo este llevándose una mano al pecho - Has herido profundamente mis sentimientos.

- Como si tuvieras. - se burlo esta.

Y Eli los observo bromear por unos instantes en completo silencio. Pero cuando decidió que ya era suficiente se levanto de su asiento y dijo:

- Bueno yo voy a salir.

Todos la miraron sorprendidos, debido a que, hacía tres semanas que ella no asomaba la cabeza ni a la ventana.

- ¿Salir?

Eli asintió a la pregunta de su hermano.

- ¿A dónde irás hermanita?

- Quiero ver a Zach. ¿Vienes? - pregunto dirigiéndose esta vez a su amiga.

- No creo que eso sea buena idea.

- Mamá...

- No definitivamente no lo es. Será mejor que hoy te quedes en casa.

- No puedo hacer eso. Debo ver a Zach.

- ¡Eli basta! Verlo, solo te hará daño.

- Tengo días que no lo veo. Necesito verlo.

- Sí vas te pondrás mal. ¿Qué no lo ves? La última vez que fuiste mira lo que paso, no querías salir de tu cuarto, no querías comer, no querías nada. Pues no señorita, no irás hoy a ningún lado.

- NO ME PUEDES HACER ESO-grito.

- Claro que puedo. Soy tu madre y se lo que es mejor para ti. Y no me faltes al respeto gritandome señorita. - le regaño.

Pero Eli, no estaba dispuesta a aceptar que se le dijera que no podía ver a Zach.

- Voy a ir. ¿Lo entiendes? Quieras o no quieras voy a ir a ver a Zach. - la reto

- Eliana. - censuro su madre molesta y sorprendida por su actitud - Ni se te ocurra desobedecerme.

Mirzi no podía creer que su hija estuviera comportándose así hasta el punto de retarla. Y Eliana, no se podía creer que su mamá le prohibiera ir a ver a Zach, eso no era justo.

- Mamá. - intervino su hermano Jean, tratando de suavizar las cosas.

- Señora Mirzi, Eli calmense. Seguro que podemos resolverlo. - dijo Natasha imitándolo.

- Claro que sí. Eli no saldrá a ningún lado y punto. Es mi última palabra. Y más te vale Eliana que, obedezcas lo que te digo.

- No. Está vez no pienso obedecerte. Lo siento mamá.

Eli se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida.

- Eli vuelve acá.

Pero ella, la ignoro y salió de allí.

- ¡ELIANA! - llamó su madre gritando.

Y aun así, esta no volvió.

- Lo siento señora Mirzi. Pero yo creo que mejor voy con ella-se puso en pie y salió corriendo detrás de su amiga.

***

Horas más tardes, Eli y su amiga, estaban llegando al hospital.

- Tendrás un castigo de por vida por esto. - le dijo Natasha.

- Lo se. - suspiro deteniéndose - Pero debo verlo Natasha. Quiero decirle cuanto lo amo y que estoy esperándolo.

- Eli.

Se sentía culpable por no decirle la verdad a su amiga. Pero, ¿cómo decirle que Zach no despertaría jamás y que en caso de que lo hiciera, cosa que era improbable, quizás fuera mejor no haberlo hecho?

- ¿Pasa algo? - pregunto al ver la expresión palida de su amiga.

- No. No. Es sólo que... nunca vi a nadie amar como tú.

Eli sonrió aunque melancólica como solía hacerlo últimamente. Pues su alegría se había esfumado cuando supo del accidente de Zach y sólo volvería cuando el despertará y estuviera junto a ella nuevamente.

- Gracias por acompañarme. - la abrazo dulcemente.

Natasha la abrazo y se la soltaron algunas lágrimas.

"Perdóname Eli" pensó Natasha.

- Bien, mejor continuamos. Quiero llegar antes de que acabe el horario de visita y no me permitan ver a Zach.

Natasha asintió. Y ambas continuaron el camino en silencio.

Al llegar al hospital se encontraron con Leo un amigo de Zach, sentado frente a la habitación de este.

- ¡Eli! - exclamó sorprendido al verla llegar.

- Hola Leo. - saludo medio sonriente - ¿Conoces a mi amiga Natasha?

Leo se levanto colocandose frente a ellas.

- No tenía el gusto. Leonardo Fischer señorita.

- Yo soy Natasha Metaxis, mucho gusto Leo.

- El gusto es mío.

- ¿Cómo está? - pregunto Eli esperanzada de una nueva novedad.

Y Leo la miro extrañado.

¿Por qué le hacía esa pregunta? Si ya se sabía que Zach no tendría ningún tipo de mejoría.

- Igual.

Eli suspiro con desilusión.

- Puedo verlo, ¿verdad?

- ¡Claro! ¿Ves esa enfermera de allá? - le pregunto señalando a una señora con el uniforme.

Y ella asintió.

- Ella te dará lo necesario para entrar. Ve.

- Gracias Leo. - lo beso en el cachete y casi corrió hacia la enfermera.

- Creía que no volvería. - le dijo a su amiga.

- La señora Mirzi no quería que viniera, pero Eli es terca.

- Sí lo se. Zach solía decirlo siempre que nos hablaba de ella. - expresó melancólico mirando en la dirección que ella se había ido.

- ¿Qué más han dicho los médicos? - le pregunto Natasha cambiando de tema -¿Hay alguna posibilidad de...?

- No, ninguna. - negó él con la cabeza - El diagnóstico es el mismo. Las posibilidades de que Zach despierte son mínimas por no decir nulas, y en caso de despertar, algo bastante improbable, todo el tiempo que pase en coma jugara en su contra. El doctor dice que, mientras más tiempo pase en coma más serán los daños...

***

- Hola Zach. - saludo acariciando su mejilla y esbozando una triste sonrisa.

Cuanto le dolía verlo así: inconsciente en una cama, viviendo a través de esos tubos a los que estaba conectado. Pero debía ser fuerte, por él tenía que serlo.

- El doctor dijo que hay que esperar a que reacciones. - le hablaba como sí él pudiera escucharle - Aunque, debo de admitir que me he desesperado un poco, pero es que te extraño tanto cielo y te necesito, por favor despierta rápido. Mamá dice que lo harás, que saldrás de está y Natasha también, así que no me hagas esperar mucho amor.

Eli le dio un suave roce en los labios.

- Recuerda que estoy aquí esperandote. Mi Zachary Schlüter. Prometimos que siempre estaríamos juntos.

Eli abrió la cajita musical que el le había regalado en su aniversario, el mismo día que habían hecho aquella promesa, y la cual había llevado consigo a todos lados. Quería que él escuchara la hermosa melodía.

- ¿La recuerdas? Me la diste en nuestro último aniversario. - una lágrima comenzó a caer por sus ojos - Tienes que despertar para celebrar muchos más.

Se seco la lágrima con la mano. Y respiro hondo tratando de contenerse.

No quería que su estado de ánimo le hiciera daño alguno.

- Además pronto empezarán las clases y te necesito a mi lado. Sí no, ¿quién me cuidara?

Sin entender el porqué, Eli sentía un profundo dolor en el pecho. No lograba comprenderlo pero sentía y tenía el presentimiento de que Zach se quedaría así para siempre y tenía miedo de que eso sucediera.

- Así que por favor vuelve. Porque te necesito mi Zach Schlüter. Vuelve a mi. Que te necesito ammor mio. - le pidió en forma de suplica.

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