Narra Beatriz.Una semana ya había transcurrido rápidamente, desde el diagnostico de la obstetra. Gracias al cielo, mis contracciones habían desaparecido por completo. Pero eso sí, Stefano estaba encima de mí, cuidándome todo el tiempo.Me obligaba a regresar a casa para descansar, a no permanecer mucho tiempo de pie, a tomar baños relajantes y sobre todas las cosas, me llenaba de amor. Esta semana habíamos tenido la oportunidad de estar más tiempo juntos que en el último mes. Él dejó el hospital casi por completo, decía que lo importante era centrarse en el bienestar de su familia.Después de mi revisión semanal con la Doctora Tanner, decidimos hacer ese mismo día la punción para averiguar si este nuevo bebé era compatible.Stefano estuvo todo el tiempo a mi lado, porque realmente me asustaba ver como una aguja tan grande iba a penetrar mi pancita… y también tenía miedo que llegara a dañar a esa pelotita ― que hasta la fecha no dejaba ver si era un niño o una niña―, y que nos tenía
Narra Milton. Llevaba más de una hora con Ness en mis brazos, me dolía mucho verla así, sufriendo y yo sin poder hacer hacer nada que la reconfortara. ― Ness, princesa. Despierta, cielo ― susurraba en su oído. Comenzó a moverse y a hablar mientras volvía a llorar. Abrió sus ojos y en cuanto me vio me abrazó, apoyando su cabeza en mi pecho. ― ¿Cómo te sientes, nena? ― Mal, asustada… ― ¿Por qué? ¿Qué sucede, amor? ― Lo vi, lo reconocí ― dijo, logrando que todos mis nervios se alteraran. Estaba seguro que una sola persona sería capaz de poner a mi prometida en tremendo estado. ― ¿Cómo que lo has visto? ¿Dónde? ― Es… ― sus sollozos eran muy fuertes, yo solo la abrazaba y trataba de que se tranquilizara ― es… el papá de Mía… ― ¿Qué? ― dije, totalmente desorientado. No esperaba esa respuesta. ― El padre de Mía… ― suspiró varias veces, como tratando de juntar valor. ― él fue quien me violó ― término de confesar para nuevamente, entre sollozos, volver a dormir. Si en algún moment
Narra Beatriz.Cuando la puerta se cerró detrás de Nessy y Milton al marcharse, sentí que me derrumbaba. Esa confesión había logrado que todo en mi vida, cobrara un sentido totalmente diferente.Todo ese tiempo, estuve al lado de un criminal: lo había elegido y le había brindado lo mejor de mí a un maldito violador… y lo peor de todo, es que aunque no lo deseara, en cualquier momento, él podría venir y reclamar a mi hija. La simple idea me aterraba demasiado.Me senté en el piso al lado de la puerta y los sollozos se fundieron junto con los recuerdos…Recordé cuando, drásticamente, fue cambiando a lo largo de esos dos años en los que estuvimos juntos. Sus cambios constantes de humor y los últimos días que nos habíamos alejado y que cada uno de los últimos momentos se habían teñido por una fina capa de lo que creía era miedo. Nunca fui muy receptiva, pero ahora todo cobraba un sentido distinto para mí. Hoy sabía que ese temor, que esa desesperación por no quererlo ver después de sus ma
Narra Beatriz.Cuando la puerta se cerró detrás de Nessy y Milton al marcharse, sentí que me derrumbaba. Esa confesión había logrado que todo en mi vida, cobrara un sentido totalmente diferente.Todo ese tiempo, estuve al lado de un criminal: lo había elegido y le había brindado lo mejor de mí a un maldito violador… y lo peor de todo, es que aunque no lo deseara, en cualquier momento, él podría venir y reclamar a mi hija. La simple idea me aterraba demasiado.Me senté en el piso al lado de la puerta y los sollozos se fundieron junto con los recuerdos…Recordé cuando, drásticamente, fue cambiando a lo largo de esos dos años en los que estuvimos juntos. Sus cambios constantes de humor y los últimos días que nos habíamos alejado y que cada uno de los últimos momentos se habían teñido por una fina capa de lo que creía era miedo. Nunca fui muy receptiva, pero ahora todo cobraba un sentido distinto para mí. Hoy sabía que ese temor, que esa desesperación por no quererlo ver después de sus ma
Narra Nessy.El viaje en avión fue el más largo de mi vida. No podía creer que todavía no llegáramos, y aunque Milton me aseguraba que era la ansiedad, ya que el vuelo no había tenido ningún tipo de retrasos.No pude dormir durante todo el trayecto. Solamente quería ver a mi bebé, abrazarlo y llenarlo de besos; necesitaba estar a su lado y pedirle perdón por haberlo abandonado por tanto tiempo.― Ya, cielo. Tienes que tranquilizarte ― insistió Milton, por decima vez.― Lo sé, pero es muy difícil hacerlo. No soporto esperar tanto tiempo… tengo muchas ganas de verlo.― Yo también, Ness. Pero también piensa que es un bebé que acaba de perder a las personas que cuidaban de él. Necesita un apoyo, y que su mamá le dé mucha tranquilidad.Y ahí fue cuando me di cuenta que mi pequeñito había perdido a quienes eran prácticamente sus padres, y me preguntaba de que forma, un pequeño de poco más de dos años podía estar tomando esa noticia.Finalmente llegamos al aeropuerto y mi madrina estaba allí
Por mi mente intentaba encontrar alguna manera de explicarle a este pequeño que Liam y Maggi, habían muerto, que ya no estarían a su lado, pero no encontraba la forma de hacerlo.― Anthony… Liam y Maggi ya no podrán verte ― comenzó explicándose Milton.― ¿Pod qué?― Porque ellos se fueron al cielo. Ahora se volvieron angelitos que nos cuidan, ¿sabes? Mi mamá también es un angelito, como ellos.― ¿Y quen me va cudar adoda?― Nosotros cielo, para eso tienes una mamá y un papá. Para que cuidemos de nuestro hermoso bebé, prometo que nunca más nos vamos a separar.…Llegamos a casa de Heidi, y nos dirigimos al cuarto, preparé el baño y junto con Jake, bañamos por primera vez a nuestro hijo, él se divertía mucho con nosotros.Necesitaba compartir mi felicidad, por lo que le comenté a Jake, y me dijo que le llamara a mi hermano.― Ve, Ness. Yo cuido de Tony.Tomé él teléfono y marqué el número de Stefano .― Nessy, ¿cómo estás?― Hola, Ed. Aquí estoy, con mi bebé en brazos ― respondí, emocio
Narra Beatriz.Finalmente llegó el día. Por fin nos dirían si nuestro pequeñito o pequeñita sería compatible con Mía. Miles de dudas me atormentaban, y esperaba que ese examen diera positivo y fuera nuestra salvación; quería que mi princesa se curara sin tener que recurrir al maldito que donó el esperma para que pudiera tenerla conmigo, porque padre, nunca lo fue. No se preocupó por ella, a lo mucho creo que lo único que puede haberle angustiado fueron las responsabilidades que le impondría Gerard. Pero ahora era mucho más fácil para mí, el no era su padre, era solamente un donante de esperma, donación que pagué demasiado cara: mucho sufrimiento, aunque nada comparado con lo que le tocó pasar a Ness.― Cielo, vamos a desayunar ― llamó Stefano desde la cocina.― Termino de vestir a Thommy y vamos.― Bueno, pero no demoren…recuerda no hacer mucho esfuerzo, Bells.No terminó de pronunciar esas palabras que ya lo tenía a mi lado ayudándome a cambiar al pequeño.― Stefano : estoy embaraza
Narra Milton.Esa mañana desperté temprano, no podía creer que compartía la cama con la mujer que amo y con el pequeño más hermoso y tierno que he podido conocer.Tony, poco a poco fue abriendo sus ojitos y me miró fijamente.― Hola, campeón ― saludé bajito, para no despertar a Nessy.― Hoda…― Sh, no hagamos mucho ruido, así no despertamos a mamá, ¿vale?― Chi― ¿Quieres que te muestre un regalo que te compré? ― pregunté, un poco emocionado.― ¡Chi!― exclamó, agitando sus bracitos.― Ven aquí, campeón ― lo tomé en mis brazos y comencé a caminar hacía donde se encontraba mi maleta.Revolví las cosas, buscando uno de los tantos paquetes y se lo entregué en sus manitas.― Toma, este es para ti.― ¿Y para mami hay segalo?― preguntó.― Mmm… No traje ninguno para mami, pero podemos ir mas tarde y tú elijes el suyo, ¿quieres?― Chi, segalo pada mami munita.― Si, un lindo regalo para la mami más hermosa. Ahora abre tu obsequio, campeón.― Waoooooooooooooo, gachias…― De nada, pequeño. Ahora