Me levanto cansado, los últimos ocho meses no he conseguido dormir más que dos o tres horas seguidas. La búsqueda que se suponía sería fácil, no ha dado frutos.
Jazmín está perdida en alguna parte del planeta.
Sentado en la orilla de la cama, pensando si levantarme o no. Porque la rutina antes de ella era eso, mera rutina sin sentido, superflua e impertérrita.
Veo la invitación a un evento, al que no quiero asistir porque no deseo mezclarme con personas que no comprenderán mi dolor.
No.
Es mejor quedarme aquí, otro día más sin ella.
Pero una cosa es lo que yo quiero, y otra muy distinta es lo que quiere el mundo. Llaman a la puerta, me cubro el torso con un polo y voy a ver quién perturba mi autocompasión.
-Menos mal que vine a verte – veo a Javiera metida en su traje de ejecutiva, entra sin que le diga nada-. Necesito
Me encuentro en la sala, acompañada de Pilar, celebrando el que al fin el dueño de la casa la vendiera. Con el dinero sobrante pude comprar algunas cosas para la casa que hacían falta, con el resto puedo mantenerme un par de años, hasta que mi bebé pueda ir a una guardería y yo salir a trabajar.-Esto es fantástico. Te sienta bien la independencia, mejor que a mí.-Pero no me durará mucho, faltan días para que llegue esta criatura y me traiga de cabeza.-Por eso mismo, tengo un pequeño bolso en el auto, me vengo contigo unos días. Pedí vacaciones en el diario, me deben dos, así que no pusieron objeciones.-Pero, Pili, ¿estás segura? Aquí es muy diferente. Tú misma debes ir a comprar tus cosas, lavar tu ropa y preparar tus alimentos.-Ay, cariño, lo sé. Y estoy dispuesta a todo eso, no quiero perderme el nacimie
En tan solo tres meses de búsqueda, el detective Romo me ha asegurado dos cosas: Jazmín no está en Barcelona y mucho menos en España.Visitó personalmente cada uno de los conventos, búsqueda que se simplificó al eliminar aquellos que albergaban hombres. Le bastó diez días para descartar España en su totalidad como lugar de residencia de mi mujer en algún convento.Luego de eso, la buscó como persona natural, común y corriente, pero nada. Salió de España, luego de un mes y pidiendo disculpas por demorarse tanto y por quedarse con una sola hipótesis. Ahora, su estrategia es buscar en cada país de Europa si ha ingresado Jazmín Manterola, de nacionalidad chilena.Según me dijo hace una semana, hoy enviará un fax con toda la información de su búsqueda, detallada por país. Tiene dos meses buscando a mi mujer e
Un mes había bastado para aprender lo difícil que es ser madre.Un mes me había tomado para desear unas vacaciones.Tan solo una semana había sido necesaria para rogar al cielo que me diera la fortaleza de ser una buena madre para mi Alex.Aunque normalmente Alex es un bebé tranquilo y que duerme bastante, por las noches parece necesitar que su madre lo tenga muy cerca. No me deja dormir, a menos que lo tenga a mi lado, mientras todos me dicen que no lo haga o tendré serios problemas para sacarlo de mi lado cuando crezca.Pilar lo arrulla suavemente, mientras él cae rendido a el dulce tono de voz de la que será su tía Pili. Ella se encuentra embelesada mirando las facciones de mi bello ángel.-Te juro que, al tenerlo así, me dan ganas de tener uno propio.-Eso porque estás viendo el lado dulce de ese pequeño manipulador, pero basta que llegue la noche
Tengo el corazón en una mano, mientras que la otra se aferra a la pequeña manita de mi Alex.Con cuatro años, está parado frente a la puerta del colegio ansioso por conocer nuevos amigos y por aprender cosas diferentes a las que puedo enseñarle yo en casa.-Mami, no estés triste – me dice mi pequeño con su sonrisa bella, sus ojos azules llenos de brillo, mientras el viento mece su cabello castaño claro -. Puedes volver por mí cuando sea la hora de la salida.Y sí, mi hijo de cuatro años me está consolando, cuando a mi alrededor está lleno de situaciones inversas. Varias madres, en algunas casos ambos padres, consuelan a sus hijos en su primer día de colegio.Nos quedamos esperando a que la profesora se acerque a nosotros para recibir a los niños, las ansias me comen y pretendo quedarme cerca del establecimiento, en caso de que Alex me necesite.
Miro por la ventana a Pía y Luca jugar en la piscina, mientras ríen felices luego de su primer día de colegio. Aquí en Chile los niños inician el año escolar, no dejo de pensar en ese niño que veo en mis sueños, asistiendo con su uniforme a la escuela.Massimo pone una de sus manos sobre mis hombro.-Amigo mío, deberías dejar todo, así como está. No aparecerá.-Esa no es la peor parte, hermano. Venir a este país y que ella no esté, eso duele. ¿Te conté que Romo me dijo iniciaría la búsqueda en los cementerios de España? – Massimo abre mucho los ojos -. Si llegara a aparecer en alguno, me muero con ella.-¿Y si tampoco aparece?-Creo que dejaré de buscarla. Pero eso no quiere decir que busque a alguien más. Me quedaré con ella como mi mujer, aunque me siga atormentando en mis su
Me encuentro en la sala de nuestra casa, mirando las noticias mientras mis manos crean un hermoso vestido a crochet.Hace dos años Isabel me enseñó ambas técnicas, las que aprendí muy bien, pero prefiero esta. Con el paquete de lana que aquella vez me regaló, aprendí a hacer un gorro y un chaleco que fueron para Alex. Luego de eso, hice algunas cosas para mí y la gente comenzó a buscarme. Ahora, el vestido es de verano para una jovencita.Miro la hora que marca la televisión, queda una hora para ir por Alex a la escuela. Así que por ahora puedo tejer tranquila, excepto porque comienza a sonar el teléfono. Estiro el brazo, sostengo el teléfono entre el hombro y mi oreja, para continuar tejiendo.-Buen día – contesto, bajando el volumen de la televisión-.-Buen día, ¿con la apoderada de Alex Manterola?-Sí, con ella &nda
Miro las cuentas que tengo frente a mí y el dinero que me queda. Este mes debo decidir si comer o tener los servicios básicos.Puedo prescindir del teléfono, pero el agua y la luz son muy necesarios, sin embargo ¿de dónde sacaré dinero para pagarlos sin dejar de comer?He llegado a esta situación porque las ventas de tejidos han bajado, además de los gastos extras que tuve que hacer… resulta que Alex no deja de crecer, con diez años ahora debí comprarle ropa para un adolescente de dieciséis. Lo más aterrador, le faltan tan solo cinco centímetros para alcanzar mi estatura.Me encuentro en esas cavilaciones, cuando siento un brazos rodearme y unos labios besando mis mejillas.-Hola mami, ¿qué pasa? – no me he dado cuenta cuando entró, pero tal gesto de amor me hace sonreír y ruego porque nunca desaparezca -.-Nada hijo, ¿cómo te fu… - mi pregunta termina a medio camino cuando lo veo sucio, desordenado y con el labios hinchado y sangrando -. ¡
Me encuentro en un hospital que no reconozco, no sé cómo he llegado aquí ni por qué, pero comienzo a vagar por los pasillos como buscando algo que aún no sé qué.De pronto, frente a una puerta escucho unos sollozos de mujer, rogando al doctor que ayude a su hijo, reconozco la voz… es Jazmín.Abro la puerta con cuidado, pero ninguno se da cuenta de mi presencia. En la cama hay un muchacho, debe tener unos quince o dieciséis años, es idéntico a mí. Me acerco para acariciarlo, para darle aliento, pero no puedo, hay una barrera invisible que no me deja estar allí.Jazmín no deja de llorar, mientras que yo solo deseo abrazarla, consolarla y decirle que estará bien.-¡Maldición!Me despierto sudando, acompañado de una almohada mojada por mis lágrimas. No me queda duda de que tengo un hijo, pero dónde. Romo busc