Tengo el corazón en una mano, mientras que la otra se aferra a la pequeña manita de mi Alex.
Con cuatro años, está parado frente a la puerta del colegio ansioso por conocer nuevos amigos y por aprender cosas diferentes a las que puedo enseñarle yo en casa.
-Mami, no estés triste – me dice mi pequeño con su sonrisa bella, sus ojos azules llenos de brillo, mientras el viento mece su cabello castaño claro -. Puedes volver por mí cuando sea la hora de la salida.
Y sí, mi hijo de cuatro años me está consolando, cuando a mi alrededor está lleno de situaciones inversas. Varias madres, en algunas casos ambos padres, consuelan a sus hijos en su primer día de colegio.
Nos quedamos esperando a que la profesora se acerque a nosotros para recibir a los niños, las ansias me comen y pretendo quedarme cerca del establecimiento, en caso de que Alex me necesite.
Miro por la ventana a Pía y Luca jugar en la piscina, mientras ríen felices luego de su primer día de colegio. Aquí en Chile los niños inician el año escolar, no dejo de pensar en ese niño que veo en mis sueños, asistiendo con su uniforme a la escuela.Massimo pone una de sus manos sobre mis hombro.-Amigo mío, deberías dejar todo, así como está. No aparecerá.-Esa no es la peor parte, hermano. Venir a este país y que ella no esté, eso duele. ¿Te conté que Romo me dijo iniciaría la búsqueda en los cementerios de España? – Massimo abre mucho los ojos -. Si llegara a aparecer en alguno, me muero con ella.-¿Y si tampoco aparece?-Creo que dejaré de buscarla. Pero eso no quiere decir que busque a alguien más. Me quedaré con ella como mi mujer, aunque me siga atormentando en mis su
Me encuentro en la sala de nuestra casa, mirando las noticias mientras mis manos crean un hermoso vestido a crochet.Hace dos años Isabel me enseñó ambas técnicas, las que aprendí muy bien, pero prefiero esta. Con el paquete de lana que aquella vez me regaló, aprendí a hacer un gorro y un chaleco que fueron para Alex. Luego de eso, hice algunas cosas para mí y la gente comenzó a buscarme. Ahora, el vestido es de verano para una jovencita.Miro la hora que marca la televisión, queda una hora para ir por Alex a la escuela. Así que por ahora puedo tejer tranquila, excepto porque comienza a sonar el teléfono. Estiro el brazo, sostengo el teléfono entre el hombro y mi oreja, para continuar tejiendo.-Buen día – contesto, bajando el volumen de la televisión-.-Buen día, ¿con la apoderada de Alex Manterola?-Sí, con ella &nda
Miro las cuentas que tengo frente a mí y el dinero que me queda. Este mes debo decidir si comer o tener los servicios básicos.Puedo prescindir del teléfono, pero el agua y la luz son muy necesarios, sin embargo ¿de dónde sacaré dinero para pagarlos sin dejar de comer?He llegado a esta situación porque las ventas de tejidos han bajado, además de los gastos extras que tuve que hacer… resulta que Alex no deja de crecer, con diez años ahora debí comprarle ropa para un adolescente de dieciséis. Lo más aterrador, le faltan tan solo cinco centímetros para alcanzar mi estatura.Me encuentro en esas cavilaciones, cuando siento un brazos rodearme y unos labios besando mis mejillas.-Hola mami, ¿qué pasa? – no me he dado cuenta cuando entró, pero tal gesto de amor me hace sonreír y ruego porque nunca desaparezca -.-Nada hijo, ¿cómo te fu… - mi pregunta termina a medio camino cuando lo veo sucio, desordenado y con el labios hinchado y sangrando -. ¡
Me encuentro en un hospital que no reconozco, no sé cómo he llegado aquí ni por qué, pero comienzo a vagar por los pasillos como buscando algo que aún no sé qué.De pronto, frente a una puerta escucho unos sollozos de mujer, rogando al doctor que ayude a su hijo, reconozco la voz… es Jazmín.Abro la puerta con cuidado, pero ninguno se da cuenta de mi presencia. En la cama hay un muchacho, debe tener unos quince o dieciséis años, es idéntico a mí. Me acerco para acariciarlo, para darle aliento, pero no puedo, hay una barrera invisible que no me deja estar allí.Jazmín no deja de llorar, mientras que yo solo deseo abrazarla, consolarla y decirle que estará bien.-¡Maldición!Me despierto sudando, acompañado de una almohada mojada por mis lágrimas. No me queda duda de que tengo un hijo, pero dónde. Romo busc
La excitación de la gente por la ocasión tan especial que estamos a punto de vivir me deja con una sensación especial. Cámara fotográfica en mano y acompañada por Pilar, quien lleva una cámara de video, esperamos a que los chicos de cuarto medio tomen sus posiciones delante de las familias que esperan ansiosas este momento.Mi Alex, mi orgullo, mi hijo amado cumple una etapa de su vida y saldrá del colegio, con cientos de sueños por cumplir y yo dispuesta a hacer lo que sea para apoyarlo en este nuevo camino.El director toma posesión del micrófono y todos tomamos asiento en silencio, para que la ceremonia inicie. Nos da la bienvenida y llama al cuarto medio “A” para que ingrese al salón.Formados en una fila, ingresan por orden alfabético para tomar posiciones en sus lugares, la última vez que estarán todos juntos en este lugar y siguiendo &oacut
Todo lo que puedo sentir en este momento es un dolor inmenso, porque hasta mis veinte años estuve convencida que al final de sus años, estaría con él.¿Han perdido a alguien en su vida sin tener la oportunidad de despedirse?¿Han sentido esa necesidad de gritar para tratar de acallar el dolor creciente de su alma por esa pérdida?Así es como me siento ahora.Sigo aferrada al teléfono, lo mantengo abrazado como si el no colgar me fuese a devolver al hombre más importante de mi vida.Alex está arrodillado junto a mí, tratando de consolarme y buscando la manera de quitarme el auricular del artefacto maldito por donde mi prima me anunció la muerte de mi padre, hace cinco minutos o una eternidad, eso no importa, porque en este mundo ya no está.-Mamita, por favor, suéltalo – me quita el aparato y me sienta en su regazo, como yo cuando era un ni&
Estoy en mi tienda, tejiendo una hermosa manta para bebé que me han pedido, en realidad es todo un conjunto de vestido, gorro, zapatitos, chalequito y una manta con un conejo en medio, para que haga de manta de apego.Viajo al pasado y pienso en que hubiese sido maravilloso haber tejido para Alex de bebé, pero podré hacerlo para mis nietos, algo que espero se demore un tiempo en llegar. Quiero que Alex termine su carrera y luego piense en formar familia y ruego a Dios cada día que no sea con Gabriela, es linda y de buena crianza, pero demasiado loca. No puedo evitar pensar que a veces se lleva a Alex y él necesita una mujer que lo potencie, que lo anime a seguir, no que lo opaque o critique.Ahora mismo está buscando la cotización para entrar a una universidad, que deberá ser privada porque no hay oferta académica en una estatal y por nada del mundo le permitiré eso del “año sabát
Llego a casa luego de un día bastante agitado, me han llegado dos pedidos de vestidos de fiesta y un vestido de verano, aunque falta bastante para la estación, desde ahora se aseguran con una prenda única.Lo que me gusta de crear, es que ya no necesito patrones. Solo mi imaginación y sale a luz lo que sea. Nunca una clienta se ha quejado o sentido decepcionada, y eso es un aliento para mi creatividad.Las luces están apagadas, veo la hora en mi reloj, Alex ya debería estar aquí. Camino por la sala, veo su mochila tirada en el trayecto a la escalera y subo a verlo, eso no es normal, porque siempre tiene cuidado con sus cosas.Al acercarme al segundo piso, escucho fuertes sollozos, corro hacia su habitación, pero está cerrada con llave. Comienzo a golpear la puerta para que me abra, pero no obtengo respuesta.Miro a todos lados, buscando la manera de abrir la puerta, pero solo me queda seguir g